El hospital de Buenos Aires vive su peor crisis y se enfrenta a la quiebra
Las huelgas y la mala situación financiera comprometen el futuro del centro
La salida de la Xunta de la gestión del hospital del Centro Gallego de Buenos Aires, que se hizo efectiva hace algo más de un año, ha desencadenado la peor crisis en la historia ya centenaria del centro sanitario, siempre vinculado a la emigración gallega en la capital argentina. En los últimos meses los usuarios del centro, muchos de ellos ciudadanos gallegos de avanzada edad, han tenido que sufrir las consecuencias de la mala situación financiera de la institución y de los conflictos sindicales que han llevado a la huelga al personal médico y de enfermería. La mala imagen del centro se difunde a través de los noticiarios televisivos que informan con mucha frecuencia sobre los cortes de avenidas porteñas que realizan los huelguistas.
Uno de los principales problemas que afrontan los directivos del centro es la disolución de la Fundación Galicia-Salud, que hasta el año pasado gestionaba el hospital. La Xunta y el propio Centro Gallego se repartían la presencia en esta fundación que se encuentra en un proceso concursal que podría terminar con la declaración de quiebra del hospital. La Xunta tendrá que afrontar el pago de 7,2 millones de euros procedentes de las deudas contraídas durante los años en los que cogestionó el centro sanitario, y el propio Centro Gallego deberá abonar 6,6 millones de euros para saldar su parte. El problema es que el presidente del Centro Gallego, Carlos Vello, asegura que la entidad no puede hacer frente al pago de esta cantidad por lo que ve probable que se acabe declarando la quiebra. Vello explica que la situación financiera del centro es de “estrechez” aunque se está intentando pagar los salarios atrasados que se debe a médicos y el resto de empleados. La poca fiabilidad en la capacidad de pago del hospital hace que la institución tenga que abonar a sus proveedores precios más caros que los que realizan otros hospitales.
Vello aseguró tras su elección como presidente que el Centro Gallego podía afrontar con garantías su futuro sin contar con el apoyo de la Xunta en la gestión del hospital. Su pronóstico no se ha cumplido ya que, aunque no hay datos públicos, todo apunta a que la deuda del hospital (que a finales de 2011 se elevaba a más de 23 millones de euros) ha seguido creciendo en el último año.
Más allá de la complicada situación financiera, lo que más han sufrido los pacientes del hospital en los últimos meses son los conflictos sindicales que incluso han convertido las dependencias del centro sanitario en terreno de escenas poco decorosas, como la agresión sufrida por el director médico hace algunos días. La falta de recursos y la sucesión de huelgas han conducido a que determinadas áreas clínicas funcionen bajo mínimos y a que tengan que suspenderse muchas operaciones quirúrgicas, aunque las más urgentes se siguen realizando.
El hospital tiene que pagar precios muy elevados a los proveedores
El vicepresidente del Centro Gallego, Oscar Graña, explica que el personal no médico está dividido en tres facciones “que usan a la institución como campo de batalla”. Las consecuencias de todo esto las acaban pagando los enfermos y la imagen del hospital no es la mejor para competir a fin de captar a nuevos socios que puedan contribuir a sostener al centro. “La atención a los pacientes se está resintiendo y se reciben multitud de quejas por el funcionamiento de los servicios”, indica Graña.
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