El primer paciente con corazón artificial falleció de forma natural por una arritmia
La autopsia descarta un fallo del aparato, presentado en público un día antes del fallecimiento
Falleció de forma natural. Eufemio García, el primer paciente de Cataluña al que se le implantó un corazón artificial en el Hospital de Bellvitge de Barcelona, murió por una arritmia que padeció como consecuencia de su enfermedad cardíaca. Así lo ha concluido la autopsia del cadáver dada a conocer esta tarde y en la que han participado médicos de Bellvitge.
El fallecimiento se produjo el pasado martes, un día después de que su caso se diese a conocer públicamente a los medios de comunicación. "Fue una coincidencia", ha asegurado el responsable de la unidad de insuficiencia cardíaca del hospital de Bellvitge, Nicolás Manito.
Este ha lamentado que la muerte se produjese precisamente pocas horas después de la presentación y ha desvinculado el fallecimiento de todo lo relacionado con aquella rueda de prensa: ni murió por un fallo del corazón artificial ni por la presión que el paciente hubiera podido tener ante los medios.
Se produjo una arritmia ventricular maligna, que el paciente no pudo superar Doctor Nicolás Manito
Según la autopsia, el aparato mecánico que llevaba el paciente implantado funcionó acorde a lo previsto. "Se produjo una arritmia ventricular maligna, que fue la causa de la muerte. El paciente no pudo superarla a pesar de llevar implantado un desfibrilador", ha señalado Manito. "El paciente ya había tenido arritmias anteriormente, por eso llevaba el corazón artificial", ha recordado el doctor.
Esta máquina no era capaz por sí sola de mantener con vida al paciente ya que se trataba de un aparato de apoyo y no de sustitución. "A pesar del triste desenlace creemos que el futuro de este tipo de pacientes pasa por la implantación de corazones artificiales, aunque debe seleccionarse a los pacientes adecuados", ha apuntado Manito.
El doctor recordó que el paciente tenía una patología cardíaca "muy desarrollada, sin posibilidad de acceder a un trasplante por diferentes problemas de salud". Por ello se le implantó el corazón mecánico que ha llevado durante tres meses y le pemritió recuperar una vida prácticamente normal. "Finalmente pudo dormir estirado, caminar, y esto nosotros lo consideramos un avance", ha subrayado Manito.
Tras la operación, el paciente pudo volver a llevar una vida normal durante tres meses
El responsable del área de cardiología de Bellvitge ha justificado el coste de la máquina, unos 100.000 euros, y ha recordado que "con este aparato la calidad de vida del paciente mejoró de forma exponencial".
Manito ha recordado que "en casos como este, el paciente no hubiese podido salir nunca del hospital y también hay que tener en cuenta que un ingreso tan largo es costoso para el centro", ha señalado.
El consejero de Salud, Boi Ruiz, lamentó el fallecimiento del paciente cuando este ya parecía ver la luz tras una larga enfermedad cardíaca. "Era una situación extrema", admitió el consejero.
"Es una lástima porque las expectativas del Hospital de Bellvitge y del Departamento eran muy altas. Pero esto no debe cerrar las puertas a continuar la investigación en este tipo de soluciones", señaló Ruiz antes de destacar que que este desenlace no frenará seguir desarrollando terapias "innovadoras".
La intervención se realizó el pasado 23 de noviembre. Después de estar 40 días ingresado, el paciente fue dado de alta con la única prohibición de bañarse en la piscina para evitar daños en la parte exterior del sistema implantado.
El hospital de Bellvitge, centro de referencia que realizó 19 trasplantes de corazón en 2011, lleva años implantando dispositivos mecánicos en corazones. Estos se insertan de forma temporal, normalmente para un plazo no superior a un mes, a la espera que aparezca un donante compatible.
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