El castillo de Montjuïc exhibirá piezas militares
El teniente de alcalde Jaume Ciurana afirma que no volverán los soldaditos de plomo
¿Adios a las armas? Pues no. En una decisión que supone un cambio radical en la política seguida hasta ahora por los Ayuntamientos de izquierdas con respecto al castillo de Montjuïc, tendente a desmilitarizarlo hasta dejarlo como si fuera una casa de colonias, el nuevo Gobierno municipal de CiU es partidario de volver a armarlo, aunque sea un poquito. Así lo reconoció ayer el quinto teniente de alcalde y responsable de Cultura, Jaume Ciurana, en la comisión municipal de Cultura, donde, informa Efe, admitió que en el castillo se podrán exhibir algunas piezas militares “atendiendo a criterios museológicos”. En la comisión, Isabel Ribas (ICV-EUiA) pidió al Gobierno que la fortaleza no acoja fondos de carácter militar y Jordi Portabella (UpB) preguntó por las piezas que volverán. Ciurana negó que hayan pactado con el PP acerca de dichas piezas.
Añadió Ciurana que el acuerdo sobre el castillo alcanzado con los populares en el marco de los presupuestos está escrito “y no habrá un retorno de fondos militares a Montjuïc”, pero se podrán incorporar piezas para explicar la relación de la fortaleza con la ciudad.
De esta forma parecen confirmarse los peores temores de los que consideraban precipitado desprenderse del patrimonio militar del castillo para en un futuro (cercano) tener que volver a adquirir objetos, dado que parecía previsible que una fortaleza no pudiera explicarse sin referencias a su uso histórico — militar, por supuesto—. Ha sido salir la izquierda, que siempre ha tenido peor rollo con las armas que la derecha (y así le ha ido) —aunque ha habido notables historiadores progresistas en contra del desarme del castillo—, y volverse a abrir el polvorín de Montjuïc, y valga la metáfora. Ciurana insistió ayer en que no se trata de que regrese por su fueros el Museo Militar —ciertamente, una apoteosis de la museografía de cuarta imaginaria y ensaladilla nacional— ni de volver a abrir un centro semejante, pero sí de que el castillo albergue alguna pieza al estilo de museos como el Marítimo y el Marès.
Ciurana ha puesto el dedo en la llaga, porque a ver a quién se le habría ocurrido sacar la galera real de las Drassanes porque era un ingenio bélico (y mira que chorreó sangre —mayoritariamente turca, a Dios gracias— por sus imbornales). En cuanto a la referencia al Marès, tiene miga porque precisamente se inauguraron en mayo en ese centro las instalaciones que acogen el fastuoso conjunto de armas blancas de coleccionista que antes se exhibía... en Montjuïc. Ciurana, eso sí, ha recalcado que no está previsto exponer soldaditos de plomo, en referencia a la colección Llobera, que se exhibía en el Museo Militar.
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