“En la cooperativa de L'Aldea no ha habido ningún desfalco ni fuga de capital”
El presidente de la cooperativa pide calma a los afectados y asegura que dimitirá cuando pase la crisis
Los 3.000 afectados por el corralito de la sección de crédito de la cooperativa agrícola de L'Aldea (Baix Ebre) aún no saben cuándo podrán disponer de su dinero. En el municipio decenas de tiendas han bajado la persiana porque sus clientes habituales concentran estos días el escaso efectivo que les queda en conseguir comida y pagar facturas pendientes. La cooperativa permanece abierta, pero muchos agricultores tienen sus cosechas en vilo porque no tienen asegurado el presupuesto necesario para afrontarla. Mientras L'Aldea intenta salvarse del naufragio, el presidente de la junta de la cooperativa, José Fernando Falcó, hace una llamamiento a la calma y la unidad. “Solo podemos salir de esta si nos esforzamos todos juntos; los payeses también vuelven al trabajo, estamos consiguiendo un ambiente normal dentro de la anormalidad”, reflexiona. El presidente de la junta afirma no saber si el colapso podría haberse evitado, pero sostiene que la sección de crédito de la cooperativa no ha sufrido ninguna malversación de fondos. “En L'Aldea no ha habido ningún desfalco ni fuga de capital, esperamos la ayuda de la Generalitat y confiamos en poder comer algún turrón estas Navidades”, dice Falcó. Sin embargo, otras fuentes sostienen que en el último mes muchos socios decidieron llevar sus depósitos a otra entidad que ofrecía el 7,5% de interés frente al 3% pactado en la cooperativa.
Falcó, que lleva 13 años en el cargo, anuncia que tanto él como la junta, integrada por ocho miembros, dimitirán cuando la situación se estabilice. “Seguimos al pie del cañón, pero cuando todo se arregle pondremos la dimisión sobre la mesa”, afirma el presidente de la cooperativa. Los estatutos internos dictan que cada cuatro años puede haber un relevo en la entidad.
Según el presidente solo han mantenido un primer contacto con el Ejecutivo catalán porque esperan conocer el estado real de las cuentas para decidir el futuro de la cooperativa. Fuentes de la Generalitat confiesan que ya han elaborado varias propuestas: contratar a economistas para que tracen un plan de viabilidad en la sección de crédito, vender bienes inmuebles y llevar hacia delante el concurso de acreedores. Sin embargo, en última instancia será la cooperativa la que decidirá qué medidas tomar, matizan desde el Gobierno catalán.
Falcó asegura que, por el momento, no pueden reabrir los depósitos “porque no hay ni un duro” y, finalmente, el Ayuntamiento de L'Aldea empezará a entregar las ayudas a partir de mañana. “Las han solicitado 18 familias, les haremos un ingreso, pero no será elevado porque intuimos que esto va para largo y queremos reservar el dinero del fondo por si la situación se agrava”, dicen en el Consistorio. El fondo consta de 70.000 euros. En el Ayuntamiento, los gestores están calculando el importe de la ayuda, pero según el primer teniente de alcalde, Simón Falcó, rondará los 600 euros por familia.
Otras cooperativas, como Soldebre, en Tortosa (Baix Ebre), ya han realizado varios encuentros con sus socios para tratar de evitar el contagio. “Quizá los socios han retirado dinero, pero no ha afectado porque las cantidades son bajas”, aseguran fuentes de la Generalitat.
Pese al panorama incierto, Falcó confía en salir adelante. “Creo que salvaremos la cooperativa y no cerrará, pero si lo hiciese tenemos que seguir todos unidos, crear una asociación de agricultores, por ejemplo. Si no vamos a una será fatal para nuestro sector”, concluye el presidente de la cooperativa de L'Aldea.
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