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Alauda Ruiz de Azúa, cineasta: “Aunque no seas creyente, el catolicismo está intrincado en nuestra cultura”

La bilbaína, autora de ‘Cinco lobitos’ y la serie ‘Querer’, cuenta en ‘Los domingos’ el estallido familiar que provoca el deseo de una chica de 17 años de ser monja de clausura. Con este drama compite por primera vez en el festival de San Sebastián

La directora Alauda Ruiz de Azúa fotografiada en Madrid el 2 de septiembre de 2025
Gregorio Belinchón

Hace bastantes años, a Alauda Ruiz de Azúa (Barakaldo, 47 años) le contaron una historia sobre una familia de Bilbao que recibió muy sorprendida la noticia de que su hija de 18 años quería entrar en un convento de clausura. “Yo era muy joven también y me llamó mucho la atención. Me pareció muy misterioso que en ese momento en que empiezas a vivir, cuando eliges carrera universitaria y te haces mayor de edad, alguien prefiera lo que yo veía como una renuncia o encerrarse frente al mundo”. La cineasta medita: “Yo tengo educación laica, y aquel hecho era muy complejo, había muchas cosas que no sabía cómo abordar. Muchos años después, al acabar Cinco lobitos, sin estrenarla, las productoras me preguntaron si estaba con otro proyecto. Les respondí: ‘Os parecerá una locura, pero hay un tema que me ha acompañado a largo de los años y me fascina...“. La locura ha cuajado en Los domingos, que compite en la sección Oficial del festival de San Sebastián el lunes 22 de septiembre, antes de su estreno comercial el 24 de octubre.

Hay muy pocas carreras cinematográficas en España como la de Ruiz de Azúa, una explosión tan tardía como rotunda. En tres años ha estrenado tres películas y una serie en Movistar+, y ha sabido navegar en las aguas turbulentas de la fama, manteniéndose en el anonimato a la vez que tanto Cinco lobitos como la serie Querer han sido recibidas por un numerosísimo público como obras que por fin contaban situaciones muy habituales en la sociedad que no habían trascendido al audiovisual patrio.

Las comidas el último día de la semana de 'Los domingos', de Alauda Ruiz de Azúa.

Esa ola la cineasta la observa con mucha calma. Le ha pillado mayor, tras ser madre, con otro ritmo. Durante dos décadas fue ganando festivales de todo el mundo con sus cortometrajes y dirigiendo un anuncio tras otro. En su horizonte ya había desaparecido la opción de liderar un largometraje. Licenciada en Comunicación Audiovisual en la Universidad del País Vasco y en Filología Inglesa en la de Deusto, Ruiz de Azúa se diplomó en Dirección en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM). Allí, en 2017, su productora Marisa Fernández Armenteros se cruzó con un guion asombroso en La Incubadora, programa de desarrollo de largometrajes de la ECAM. “Yo era tutora”, recuerda Fernández Armenteros. “Y leí un libreto que me impresionó y pedí mentorizarlo; si no, me salía del programa. Era Cinco lobitos. Ya estaba ahí Manu Calvo como productor y con ambos surgió una relación muy bonita. El último día de la tutoría me soltaron: ‘Ahora no te vas a marchar de la película, ¿no?’. Y, efectivamente, ¿cómo me iba a ir?“.

Tenía miedo de hacer un retrato poco riguroso, o fantasioso, o prejuicioso. Como... facilón”

Llegó la pandemia y la producción cinematográfica mundial se detuvo. Cinco lobitos incluida. Hubo que esperar hasta febrero de 2022 para que aquella historia sobre los miedos, el desamparado y las soledades de la maternidad se estrenara en la sección Panorama de la Berlinale, donde cayó como un bombazo. Meses después arrasó en el festival de Málaga, en las salas conectó de manera muy emotiva con su audiencia y en los premios Goya de 11 nominaciones Cinco lobitos ganó tres estatuillas, incluida la de dirección novel. “Sentí que formaba, y formo, parte de una generación de cineastas”, recuerda Ruiz de Azúa, “que compartimos una parecida sensibilidad”. Justo tras esos premios estrenó su segundo filme, Eres tú, una comedia interesante para Netflix, mientras barruntaba aquella historia de la adolescente ansiosa por ser monja... que de nuevo se quedó en pausa por la serie Querer. “Curiosamente, y sonará a contradictorio”, explica Fernández Armenteros, “Alauda no tiene prisa. No maneja siete proyectos a la vez ni acepta encargos fácilmente. Una vez me dijo que para encontrar un proyecto necesitaba hacer dieta creativa y darse cuenta de lo que es pasar hambre”.

Querer confirmó el talento de Ruiz de Azúa y la elevó a otro nivel en la industria. “Cuando me contaron inicialmente la idea —una mujer denuncia a su marido por violación continuada—, estuve varios días pensando en esa historia, esa mujer, esa familia, cómo sería ese conflicto en la intimidad, más allá del viaje judicial. Cómo se vive eso en el día a día. Tuve un flechazo con la idea. Acepté desarrollarla y les dije que me gustaría escribirla y dirigirla”, apunta en la sala de reuniones de la oficina de sus otras dos productoras; la mayor parte de los líderes de los departamentos técnicos de Los domingos son mujeres.

Si Cinco lobitos estuvo seis años cociéndose, Los domingos ha acompañado media vida a la cineasta. “En realidad, es que tras Cinco lobitos sentí que por fin tenía el ángulo para poder abordar ese conflicto: la familia. Descubrí que esa decisión de hacerse monja causaba, incluso en familias religiosas, bastante división de opiniones". Por supuesto, como en sus trabajos previos, acabó llevándola, geográficamente, a Bilbao. Después de mucho tiempo en Madrid, aún le acompaña un deje en su acento que apunta su origen. Sonríe de manera tímida; ante la grabadora usa un ritmo pausado. Al final de la charla, interpelada por su comedimiento en las respuestas, confirma que sí, que no quiere dar un titular que torpedee su película o que la zozobre hacia un lado. “Me interesa mucho que el espectador tome sus propias decisiones, pero sí que sugiero cosas, sospecho que abiertamente, ¿no?“.

Me parece muy difícil ser tolerante y más aún la tolerancia religiosa genuina. Quizá porque me pregunto si hay que tolerarlo todo”

No tanto, o no de manera simple. La chica de 17 años que ansía ser monja de clausura es la mayor de tres hermanas, huérfanas de madre. Su padre brega por sacar adelante un restaurante, así que las chicas pasan tiempo con su abuela materna y con su tía, encarnada por Patricia López Arnaiz. Ella será la que dé la voz de alarma ante la pasividad general tras la confesión. No es una familia muy religiosa, van a un colegio católico casi por inercia. “Como los buenos magos, no quiero revelar mis trucos, pero sí, he preguntado mucho, hablado con muchísima gente, con monjas, con chicas que quisieron serlo y no lo fueron, incluso con mujeres que se salieron de un convento. Porque ese no es mi mundo, yo estudié en un colegio-cooperativa en Barakaldo. Me daba miedo hacer un retrato poco riguroso, o fantasioso, o prejuicioso. Como... facilón”, aduce.

Blanca Soroa, abajo, en el coro del colegio de 'Los domingos', de Alauda Ruiz de Azúa.

En Los domingos cada diálogo da una pincelada sobre el paisaje humano, cada comida el último día de la semana apunta un detalle más de las auténticas motivaciones que mueven a cada uno al afrontar la decisión de la protagonista. En esos grises, Ruiz de Azúa se permite ciertos guiños de humor sobre los bilbaínos de toda la vida, sobre quién habla euskera o el uso controlado de los móviles en un convento. “Para mí el personaje del padre es interesante”, reflexiona la cineasta, “porque cuenta cómo a veces a los propios hijos, cuando atravesamos la adolescencia, nos cuesta leer a nuestros propios padres. Empezamos a descubrir que nuestros progenitores lo mismo son personas distintas de las que creíamos. Por eso el padre no está muy explicitado, sí sugerido. Y al espectador le planteo hasta qué punto este hombre, que toma las decisiones que toma, acompaña a sus hijas desde el respeto o desde un cierto egoísmo particular. Puede que incluso por las dos cosas”. ¿Le sobran las niñas ahora que quiere iniciar una nueva relación sentimental? ¿No se opone frontalmente a su hija, porque le ha enseñado la importancia de respetar las decisiones, y esta, aunque extraña, es una elección muy meditada por su primogénita, Ainara? ¿Hasta qué punto decide libremente una chica de 17 años? Su tía, la más liberal, es a la vez quien más le niega ese derecho: considera que su sobrina está siendo absorbida por una secta; en cambio, no presta atención al hundimiento de su matrimonio. “Todo está en la mirada”, resume la cineasta, que exprime en su cine esas reuniones familiares alrededor de una mesa, que condensan a la sociedad actual. En ese chapapote emocional, Ruiz de Azúa disfruta. “Bueno, es una familia en la que sus integrantes, aunque se reúnen todos los domingos a comer y compongan una foto de familia tradicional, se callan muchísimas cosas de lo que piensan unos de otros. Les separan abismos”.

De vuelta al peso de la Iglesia Católica en la sociedad española, país que además de la fregona y el chupachús ha inventando el concepto de colegio concertado para pagar desde el Estado aconfesional la educación católica, la cineasta empieza a caminar por el borde del abismo. “Una de las tensiones principales en Los domingos se construye cimentada en que como espectador te ves enfrentado a dilucidar si esa vocación es algo genuino, espiritual, incluso aunque no creas en lo sobrenatural, en resumen, si es un sentimiento autónomo de ella o si es algo más construido, empujado... Hasta qué punto las personas religiosas que aparecen en la película están ayudando en ese proceso de discernimiento, que se realiza para acompañar religiosamente a alguien en este camino, o están empujándola en otra dirección". Más claro: ¿religión o secta? ¿Libre albedrío o adoctrinamiento?

Alauda Ruiz de Azúa, fotografiada en Madrid.

Por eso, además del joven cura que acompaña a Ainara en ese discernimiento, en el guion refulge el personaje de la madre priora, para el que Ruiz de Azúa ha contado con Nagore Aranburu, actriz de inmensa carrera... que, con todo, será para siempre recordada como la protagonista de Querer. “Es cierto, he hecho muchas películas, pero ningún personaje ha tenido la repercusión que mi Miren Torres de Querer”, desgrana Aranburu. “De Alauda me impresiona su trabajo de largo recorrido. En las entrevistas suelen preguntarte sobre las relaciones en los rodajes. Y con Alauda la labor empieza muchísimo antes, porque la filmación, en su caso, es la consecuencia de una labor previa larga e intensa”. Es decir, el trabajo de mesa. “Eso es, habla mucho con los intérpretes sobre preguntas que el guion plantea; es meticulosa con cada detalle; subraya que encontremos cosas juntas, y contagia el entusiasmo por la historia”. Después, en rodaje, repite y repite. “Nunca se queda con la primera toma, ahonda en las capas. Es cansando, cierto. Yo le he oído muchas veces en rodaje decir: ‘Podemos encontrar algo más, seguro que hay algo más’. Y lleva razón. Además, cada personaje, hasta el más pequeño, es poliédrico. Siempre escribe secuencias que para los actores son oro”. ¿Ha cambiado Alauda Ruiz de Azúa de Querer a Los domingos? “Vista desde mi perspectiva, más que cambiar está evolucionando, ganando confianza en su método de trabajo. Puede que incluso esté más tranquila. ¿Cómo no iba a repetir con ella?”, confiesa la intérprete.

En esa mañana que el calor amenaza con tomar Madrid, Ruiz de Azúa describe la búsqueda de su protagonista, a la que da vida la debutante Blanca Soroa. “Esas chicas que quieren ser religiosas suelen ser sensibles, buenas estudiantes, brillantes, con inquietudes... y Blanca tuvo la capacidad de transmitir todos sus matices”. Los domingos esconde aún más capas, como su aguda indagación en la tolerancia. “Me parece muy difícil ser tolerante, y aún más complicada la tolerancia religiosa genuina. Puede que porque me pregunto si hay que tolerarlo todo. No sé, espero que la película nos lleve a que se hable sobre los menores y la libertad religiosa. En defensa de esa libertad de los progenitores, ¿podemos enseñar religión a los niños en los colegios? ¿Por qué no esperar hasta los 18 años? Y dentro de cada familia, no en un centro educativo“, reflexiona. Todo en la película está medido, como la música. No solo se escucha Callaíta, de Bad Bunny, o Quédate, de Quevedo, que para eso aparecen adolescentes, sino que el coro del colegio, en el que canta la protagonista, entona en un momento preciso la sobrecogedora Into My Arms, de Nick Cave and The Bad Seeds. A la cineasta le brillan los ojos hablando sobre ese momento.

Con el guionista Eduard Sola coescribe una nueva serie sobre OnlyFans: “Analizamos cómo se resignifica la intimidad”

¿Por qué hay tan poco cine español que hable de la religión más allá del evidente cine cristiano? “Puede que porque somos un país de tradición católica. Aunque no seas creyente, el catolicismo está intrincado en nuestra cultura. Quizás lo llevamos tan integrado, está tan dentro del paisaje, que no somos capaces de ver lo contradictorio y extraño que tiene ese peso en una sociedad moderna. Es curioso, mi atracción por esta historia nació desde su cara más emocional o poética, y en el viaje he encontrado su dimensión política y ética”. Como madre de un niño, Ruiz de Azúa ha pensado mucho durante este viaje fílmico en la “mochila ideológica” que se traslada a la nueva generación. “Los chavales de 16 o 17 años viven otra relación con lo religioso, alejada de lo ideológico... Además, los padres creemos que podemos ganar todas esas batallas, y lo mismo no. Igual cada persona debe hacer su camino, su aprendizaje, porque no le vas a poder convencer. Y así volvemos al choque con la tía en Los domingos”.

Miguel Garcés (el padre, de pie), Blanca Soroa (la protagonista) y Patricia López Arnaiz (la tía), en 'Los domingos', de Alauda Ruiz de Azúa.

La charla acaba con una doble mirada a su pasado y su futuro. Primero, a su concatenación de proyectos. “He experimentado en mis propias carnes lo difícil que es levantar una película, dirigí ya mayor. Sé que es un privilegio, y tenía que aprovechar el momento. Los domingos ha convivido mucho con Querer, sí, y ha ido bastante bien, pero ha convivido mucho. Ha sido muy exigente, y a su vez creativo e interesante. Ha habido elementos que han pasado de un proyecto a otro”. Sin embargo, en su futuro va a ir de uno en uno. Ahora mismo coescribe con Eduardo Sola, el guionista de moda, una serie para Movistar+ sobre el universo OnlyFans. “Con Eduard se escribe muy bien, hago el viaje acompañada. Todavía estamos reflexionando sobre cómo lo encaramos. Ahondamos en otro universo muy interesante, con muchísimas contradicciones. Esto es como mirar el futuro, porque Los domingos es un poco observar el pasado. Analizamos cómo estamos resignificando la intimidad, la sexualidad.. Con gran facilidad, claro, porque en cuanto entra el dinero aumenta la velocidad del cambio. Muy inquietante, sí... A mí lo inquietante me gusta". De nuevo, la actualidad. De nuevo, un tema poliédrico. El trabajo de Alauda Ruiz de Azúa no entiende ni de simplezas ni de miedos.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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