Taylor Swift vuelve a reinar (en ‘versión Taylor’)

Ni todo es política, ni todo es sexo. En realidad, todo es Taylor Swift. Ahora mismo, la de Pensilvania es inevitable. Cuando hablamos de música, pero también cuando hablamos de economía, de distribución de la riqueza o incluso de inflación. Cuando hablamos de feminismo o de redes sociales. Cuando lo hacemos para denunciar los altos precios de las entradas, las comisiones bárbaras que nos cargan. Y también cuando afrontamos los problemas de los artistas en el nuevo ecosistema por el que transita la industria del disco. De manera algo ilusa, pensamos que en este adelanto de las principales novedades musicales de este otoño de 2023 sería posible evitar a Swift, pues no hace ni un año que lanzó su último disco de estudio y parecía demasiado enfrascada en culminar la gira musical más grande y más rentable de la historia del pop como para encerrarse en un estudio a grabar algo nuevo o incluso algo viejo.

Pero nunca hay que menospreciar la voracidad de Swift. Así, en su último concierto de la primera fase de The Eras Tour, la artista anunció que el próximo 27 de octubre saldrá a la venta la Taylor’s Version de 1989, el disco que la certificó como estrella pop global. Con ese álbum abandonaba una piscina, la del country pop, en la que nadaba como quería para sumergirse en un mar, el del pop del siglo XXI, lleno de tiburones. Y arrasó. Hoy, en pleno 2023, y con el viento de cola, el roto que puede hacer en las listas la nueva versión de ese disco puede ser épico.

Sufjan Stevens parece mantener su reputación intacta gracias a sus silencios. Publicará, ocho años después, ‘Javelin’

Este año iba a ser de transición, un concepto que casi nunca se había utilizado de forma global en el mundo de la música, pero que en tiempos recientes se ha convertido en la más afinada forma de describir aquellos ejercicios en los que las más rutilantes estrellas se dedican a las giras, a criar a sus hijos, arrancar negocios varios o simplemente subir muchas fotos a Instagram haciendo ver que come enormes platos de espaguetis que luego acaban en el cuenco del perro. Por motivos que resultan casi contraintuitivos, los grandes siempre sacan disco el mismo año, dejando para el siguiente espacio a retornos inesperados, algún que otro nuevo valor que celebrar y la opción para los que juegan en ligas menores de campar unos meses a sus anchas por espacios masivos que normalmente les son vetados. Este otoño viene, por ejemplo, con un nuevo disco en solitario de Sufjan Stevens titulado Javelin y previsto para el 8 de octubre, ocho años más tarde —si no contamos villancicos y otros divertimentos— desde su último lanzamiento de esta índole. Stevens parece mantener su reputación intacta gracias a sus silencios.

Se le espera como se espera a Bon Iver o a The National, valores supuestamente seguros de un underground que perdió relevancia global, pero que se han asentado en una suerte de espacio paralelo que, aunque cada año pierde más adeptos de los que gana, sigue siendo igual de relevante que de nostálgico. Que ya es, viendo hacia dónde se mueve el mundo. Algo similar le sucede a Mike Skinner, cuyo proyecto, The Streets, volvió hace un par de años tras un largo silencio, para asentarse cómodamente en esta nueva normalidad. Este otoño vuelve con The Darker The Shadow, The Brighter The Light (20 de octubre). Los adelantos intuyen una querencia por el drum n’bass, ese estilo que en su momento cuajó una media hora y que en tiempos recientes se ha convertido en uno de los más sorprendentes revivals del siglo XXI, una época que parece odiar tanto al pasado que cuando mira hacia él lo hace con las peores intenciones, buscando sacar de ahí lo más vergonzoso. Incluso la retromanía es política.

Cuanto más raros son, más triunfan Wilco. Fichan a Cate Le Bon para recobrar el esplendor experimental que les hizo grandes

Otros epígonos del underground de principios de este siglo —de aquel que dominaba las listas y las pasarelas y los últimos lanzamientos antes de convertirse en cuentas en redes sociales de las revistas de estilo de vida— que van a lanzar disco esta temporada son Animal Collective. Su Isn’t It Now? saldrá el 29 de septiembre. Menos conectados de forma casi metafísica a ese tiempo, pero igual de exitosos aquel entonces, fueron Wilco, quienes han reclutado a Cate Le Bon con el fin, se supone, de recuperar aquel esplendor experimental que les hizo grandes. Curiosamente, Wilco triunfan más cuanto más raros son. Han tardado solo 15 años en descubrirlo. El nuevo disco de los de Chicago aparecerá el 29 de septiembre bajo el título de Cousin.

Uno de los álbumes que puede dar mayores satisfacciones esta temporada, teniendo en cuenta tanto la naturaleza de su responsable como la calidad de los sencillos de adelanto, es la nueva referencia de Róisín Murphy. La que fuera chica de portada del trip hop, reconvertida en la Björk de las revistas de moda y más tarde confirmada como la última gran esperanza de la música de baile para aquella generación que ya tiene problemas con las articulaciones cuando amenaza tormenta, lanzará Hit Parade este 8 de septiembre.

Esa semana también verán la luz largos de Kristin Hersh, Olivia Rodrigo o Courtney Barnett. Justo antes de que termine ese mes, Brian Eno publicará la banda sonora de la serie Top Boy, el clásico original de Chanel 4 y ahora en Netflix que, desafortunadamente, llega a su fin.

En el universo de la música en español, Aitana debería confirmar su Alpha para antes de que acabe otoño. El disco, su reconversión en estrella dance y madura, se esperaba con gran fervor ya la pasada primavera, pero el verano y alguna que otra decisión más que dudosa han enfriado los ánimos. A ver. Xoel López también promete disco nuevo, aunque el que más promete en este negociado latino es la nueva referencia del rapero argentino Trueno, que llegará en octubre y que podría elevarlo a la altura de nuevos clásicos como Duki. Mientras los grandes de la rima latina descansan, Trueno se dispone a robarles el trono.

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