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‘Aquel PSOE’, manual sobre el felipismo de Virgilio Zapatero

El ensayo del exministro socialista, un verdadero máster de política real, repasa la historia del PSOE durante los Gobiernos de Felipe González y su repercusión actual

Aquel PSOE Virgilio Zapatero
Virgilio Zapatero (detrás de Felipe González y Juan Carlos I) posa junto al resto de los miembros del Gobierno tras la jura del cargo de los ministros, el 7 de diciembre de 1989 en la escalinata del Palacio de la Zarzuela.MARISA FLOREZ
Jordi Amat

Este notable ensayo autobiográfico de Virgilio Zapatero —representante paradigmático de la ilustración socialista— explica la participación del autor y la de su partido en la institucionalización de la democracia en España. Por sus responsabilidades en el grupo parlamentario durante las dos primeras legislaturas y después como secretario de Estado y ministro en los gobiernos de Felipe González hasta 1993, su testimonio aporta información privilegiada y una valoración cabal sobre cómo se gestó y desplegó el Estado de 1978. Además, de manera elegante y por suerte sin acritud, el libro participa de dos debates de actualidad relevantes: la conmemoración de los 40 años de la victoria de octubre de 1982 y, desde el mismo título y el prólogo de Alfonso Guerra, la controversia latente, tan generacional, sobre si el Gobierno de Pedro Sánchez es leal al legado de los jóvenes socialistas que refundaron el partido en los prolegómenos de la Transición y dieron forma al felipismo. Es un asunto en discusión. Tal vez nadie lo planteó de manera más ponderada que José María Maravall aquí mismo al evidenciar la continuidad socialdemócrata entre los tres gobiernos socialistas porque son las políticas públicas, más que las familias políticas, lo que avala la continuidad del proyecto del PSOE en democracia.

El 1 de mayo de 1977, cuando ya era candidato por Cuenca para las elecciones constituyentes a propuesta del secretario de organización, una persona mayor se presentó en la Casa del Pueblo. Le preguntó si aquel partido era el de Pablo Iglesias. Sí. Después le mostró un papel que certificaba la visita de Indalecio Prieto a Cuenca 41 años antes. Le habían dejado de pagar la factura de una comida y la reclamaba. La pagó. Hagamos categoría de la anécdota. La conciencia social de la continuidad entre el partido histórico y el de aquellos jóvenes izquierdistas a los que politizó la onda expansiva del 68 era casi inexistente. Pero las siglas históricas albergaron el espíritu transformador del 68, como razona el libro. Cuando en 1976 Francisco Bustelo le propuso a Peces-Barba y a Zapatero que redactasen un panfleto para presentar en sociedad al nuevo PSOE, tuvieron claro que aquel partido renovado debía impulsar las libertades públicas. Nada lo demostraría mejor que la impronta socialista en la elaboración de la ley del divorcio que quebró a la UCD gobernante. “Terminaron aceptando todas nuestras propuestas”, escribe, “se secularizó definitivamente la ley”. Avanzar en libertades públicas y en una europeización indesligable al Estado del bienestar fue la Gran Transformación socialista. ¿Hay continuidad?

El ensayo enseña que el poder político está asediado por otros intereses, sobre todo los económicos, como González empezó a sufrir desde finales de los noventa

Aquel PSOE es un buen libro de historia y su lectura vale como un máster para descubrir cómo funciona la política real. Asumir la incertidumbre como lugar desde el que en ocasiones deben tomarse decisiones (la autocrítica sobre la construcción del Estado de las autonomías lo demuestra). Tener clara la función de los partidos y las tensiones que pueden crearse entre la estructura, el grupo parlamentario y el gobierno y las organizaciones afines (como ocurrió con el Bad Godesberg de 1979 o con las relaciones con UGT). Rodearse de expertos de primer nivel, con conocimiento del funcionamiento del Estado, para poder legislar con rigor y saber cuál es la función del Tribunal Constitucional (un capítulo sensacional). Entender que la lógica del poder la humaniza la química personal, como ejemplifica una cena entre Guerra y Abril Martorell que abrió una nueva fase en la elaboración de la Constitución. Saber que el poder político está asediado por otros intereses, sobre todo los económicos, como González empezó a sufrir desde finales de los ochenta. Lo puso entonces por escrito. Zapatero lo resume: “Las fuerzas más reaccionarias habían logrado mantener intactos sus resortes de poder obtenidos del franquismo que los utilizaban contra nosotros”. ¿Hay continuidad?

Portada de 'Aquel PSOE', de Virgilio Zapatero. EDITORIAL ALMUZARA

Aquel PSOE

Virgilio Zapatero
Prólogo de Alfonso Guerra
Almuzara, 2023
400 páginas. 25 euros


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Sobre la firma

Jordi Amat
Filólogo y escritor. Ha estudiado la reconstrucción de la cultura democrática catalana y española. Sus últimos libros son la novela 'El hijo del chófer' y la biografía 'Vencer el miedo. Vida de Gabriel Ferrater' (Tusquets). Escribe en la sección de 'Opinión' y coordina 'Babelia', el suplemento cultural de EL PAÍS.

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