Felipe González defiende que la lista más votada “sea aceptable cuando no haya otra opción”

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha afirmado este lunes que si gana las elecciones generales del próximo 23 de julio gobernará en coalición con Vox en caso de que necesite el voto a favor de los ultras para llegar a La Moncloa. Una decisión que ha dado a conocer en una entrevista en el Programa de Ana Rosa, en Telecinco, y después de que el último sondeo de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER muestre una pérdida de algo más de dos puntos porcentuales en estimación de voto del PP, que sigue en cabeza (31%), con 125 escaños, lastrado precisamente por los pactos con Vox en tres comunidades autónomas y en decenas de ayuntamientos. En este contexto, en el que el PSOE recrimina a Feijóo que no haya respetado tras el 28-M su máxima de que gobierne la lista más votada, lo que habría permitido a los socialistas revalidar la Junta de Extremadura y las alcaldías de 52 ciudades, Felipe González ha publicado un artículo en el que aboga por la búsqueda de “soluciones en las que la lista más votada sea aceptable cuando no haya otra opción”. El expresidente del Gobierno se declara “partidario de los pactos, especialmente los pactos de centralidad”, en el prólogo del último número de Nueva Revista, editada por la Universidad Internacional de La Rioja. “Estos fortalecen no solo la democracia, sino también el destino de un país. Cuando estos pactos de centralidad desaparecen, el país se debilita, se polariza, pierde fuerza y credibilidad tanto interna como internacionalmente. Y ahí es donde estamos ahora”, añade poniendo como ejemplo casos concretos como los de Estados Unidos y Brasil.

“Pensando en el contexto español, hay propuestas que podrían tener sentido si no estuviéramos atrapados en bloqueos políticos. Hace seis meses tendrían más sentido que ahora, que es más difícil”, reconoce González. “¿Qué pedimos a cambio de permitir gobernar? No pedir nada. Si no pides nada, tendrán que llegar a acuerdos en cada proyecto de ley y en el presupuesto. ¿Por qué no se transmite esa experiencia política acumulada?”, propone el referente socialista en un artículo que lleva por título “Pónganse de acuerdo”.

Durante la presentación del monográfico en el Centro Riojano de Madrid, González ha defendido que “algunos pactos son más o menos necesarios, pero otros son de supervivencia” y se ha referido al cambio climático, cuya existencia Vox niega, para señalar una cuestión “sobre la que merecería llegar a un gran pacto de convivencia”. En su exposición, González ha reivindicado al PSOE por su “papel sistémico en la sociedad” y se ha declarado “ofendido” por que “insulten” a su partido, “sobre todo los que son sus socios”. Y ha lamentado la parálisis que afecta a alguna de las principales instituciones del Estado: “No estamos respetando la Constitución: seguimos sin Consejo del Poder Judicial”, ha afirmado. El PP impide su renovación, pendiente desde hace cuatro años y medio.

González incide en su artículo en la idea de que “la esencia del funcionamiento de una democracia eficiente es sumar el máximo de voluntades en los asuntos en los que el país se la juega. Pero se la juega con los intereses de los ciudadanos, no con los intereses de los políticos. Ese es un reclamo constante. Y si alguien piensa que pactar es eliminar el conflicto propio de funcionamiento de una sociedad democrática, se equivoca”. Y concluye: “Si alguien piensa que la gente castiga al que pacta, se equivoca mucho más”.

El expresidente socialista, que a diferencia de José Luis Rodríguez Zapatero no ha tenido un papel activo en la precampaña del PSOE, recalca que los pactos “son una constante” de su experiencia política y destaca “hitos” de “esa dinámica de negociación, como los Pactos de La Moncloa”. “Había un valor intangible que la gente no quiere ver. Que desde los herederos del PNV hasta los herederos del Partido Comunista, pasando por muchos más que los que después quedaron en las urnas, podíamos sentarnos en una mesa, a hablar, a analizar la situación del país y llegar a la conclusión de que había que pactar un camino. Era un camino difícil y doloroso, pero imprescindible para sacar adelante a nuestro país”. Su conclusión es que los Pactos de La Moncloa fueron “un entrenamiento” que les dio “la perspectiva para llegar a un acuerdo constitucional” y supusieron “un entrenamiento psicológico, a través del diálogo y la búsqueda de un interés general para salvar una situación crítica de transición entre un régimen como el de Franco y una democracia”.

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