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‘Los empleados’, todos somos pasajeros de la nave seis mil

La segunda novela de la poeta danesa Olga Ravn divaga sobre la idea de ser humano en una distopía en la que las personas, reducidas a una sola tarea, se cuestionan si son máquinas

La autora Olga Ravn, retratada en 2020.
La autora Olga Ravn, retratada en 2020.Laerke Posselt
Laura Fernández

He aquí que el lector es un investigador. Alguien que trata de descubrir algo. Ese algo ha ocurrido, o está ocurriendo, quizá ocurra eternamente, en la nave seis mil. La nave seis mil es una nave repleta de empleados. Algunos son humanos, otros no. Los que no son humanos, lo parecen. Hasta creen tener recuerdos. Los humanos echan de menos cada minuto que no están pasando en la Tierra. Pero ¿de veras creyeron que la cosa podía llegar a ser tan horrible? Al menos una de ellas estaba embarazada. Pero dos meses antes de partir dejó de estarlo. Cada día se pregunta cómo habría sido su vida si no hubiera dejado de estar embarazada. No estaría en el espacio. No orbitaría alrededor de un planeta llamado simplemente Reciente Descubrimiento. Pero ¿lo está, en realidad?

La segunda novela de la poeta Olga Ravn (Copenhague, 36 años) es una pequeña y contundente rara avis de, literalmente, otro planeta, un fantástico oscurísimo, algo parecido a una kubrickiana distopía laboral en la que el punto de vista toma el mando y se convierte, de alguna forma, en la trama. ¿Cómo? Manteniendo a ciegas al lector, que se ve obligado a dar forma a lo que sea que esté ocurriendo a partir de lo que escucha, porque la trama la impulsan únicamente los inputs de voces que tratan de describir a la vez cómo se sienten y qué creen que ha pasado, o está pasando, o pasa, todo el tiempo, en dicha nave, la nave seis mil. Esas voces tienen, en el papel, la forma de testimonios numerados —aleatorios, no consecuentes—, y poderosamente fríos, casi quirúrgicos.

A medio camino entre ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, y Severance, la serie de Dan Erickson, y a la vez un asfixiante capítulo de Black Mirror en el que el futuro, como en Matrix, ha empequeñecido hasta el punto de consistir en poco más que tener una tarea, Los empleados es un críptico reflejo de un mundo, el contemporáneo, en el que los límites entre aquello que somos y aquello que hacemos han desaparecido. ¿Y qué ha provocado eso? Que la alienación haya ampliado su campo de batalla. En la Era de la Omniproductividad, el humano vivirá alienado o no vivirá, parece decir el microcosmos de Ravn, que no casualmente está poblado por humanos que ni siquiera saben si son humanos, ¿son suyos sus recuerdos?

Philip K. Dick erigía un monumento literario a la empatía, y a aquello que se tiene por demasiado humano en un mundo que ha dejado de serlo, y el mensaje de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, nunca lo suficientemente valorado como tal, quedó eclipsado por el opuesto que lanzó la adaptación de Ridley Scott, la famosísima Blade Runner. Mientras, Ravn se dedica, utilizando la misma doble posibilidad —ser o no ser humano, o, mejor, serlo o haber sido creado para parecerlo—, a desmontar la propia idea de la humanidad desde un futuro en el que ya de ella apenas quedan recuerdos, como ocurre en Membrana, de Jorge Carrión (Galaxia Gutenberg). La misteriosa tripulación de la nave seis mil es así un misterio para sí misma.

“Jamás he sido un empleado”, dice alguien conocido como Testimonio 031. “Fui creado para trabajar”, expone a continuación, y también: “Tampoco tuve nunca una infancia. Pero he intentado imaginarme una”. El vacío de la no conciencia impuesta por la tarea acaba con las diferencias entre aquellos que han sido creados para parecer lo que no son y aquellos que están dejando de ser lo que fueron, echándolo de menos todo, empezando por la idea misma del cielo. Ahí arriba, en la nave seis mil, hay agentes funerarios, sí, que se deshacen de los cadáveres de aquellos que tienen un final, pero también y sobre todo hay controladores de objetos, y amantes de esos objetos. Los objetos hablan. Sin hacerlo, en realidad. Porque están tan vivos como ellos.

Funciona, Los empleados, como una sátira salvaje en suspensión, cuyo impacto no es directo, sino que va calando, encuentra la forma de llegar al rincón más oscuro de la mente del lector, o investigador, el que posee todas las piezas y aun así está ante un enigma irresoluble, el que plantea el Testimonio 046. “¿Sería verdaderamente tan terrible no pertenecer al género humano?”, se pregunta. “No sé si puedo seguir enorgulleciéndome de mi humanidad”, se responde. La novela artefacto de Ravn lanza ideas, desde su extraña atalaya de voces, como se lanzan dardos contra una diana en perpetua reconstrucción: la de la idea de lo humano, idea, en estos tiempos, en busca de nuevo asidero, de un nuevo papel necesariamente no protagonista.

El nuevo humano, se diría también por el final de Los empleados, de la misma forma en que se lleva diciendo desde que la distopía literaria existe, debe sobre todo volver a sentirse minúsculo, y parte de un algo superior, y en algún sentido mágico. Ese planeta llamado Reciente Descubrimiento, por ejemplo, que podría ser el nuestro. ¿No nos maravillaríamos ante cualquier cosa que creciese en él si lo fuese? ¿Por qué hemos dejado de hacerlo? ¿Quiénes somos? ¿Qué ha sido de nosotros? El viaje de los pasajeros de la nave seis mil no tiene otro final que el que tiene cualquier vida, pero en su determinismo hay esperanza, porque aquellos que aún no estamos ahí arriba todavía estamos a tiempo. ¿De qué? De cualquier cosa.

Portada del libro 'Los empleados', de Olga Ravn. EDITORIAL ANAGRAMA

Los empleados

Autora: Olga Ravn.


Traducción: Victoria Alonso.


Editorial: Anagrama, 2023.


Formato: tapa blanda (144 páginas. 17,90 euros) y e-book (10,99 euros).

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Sobre la firma

Laura Fernández
Laura Fernández es escritora. Su última novela, 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus' (Random House), mereció, entre otros, el Ojo Crítico de Narrativa y el Premio Finestres 2021. Es también periodista y crítica literaria y musical, y una apasionada entrevistadora de escritores y analista de series de televisión.

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