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‘Héroes de la retirada’, el olvidado aniversario de ETA-pm

La disolución en 1982 de la rama político-militar de los terroristas redujo el número de atentados, pero sacrificó el derecho de las víctimas a la justicia

Heroes de la retirada
Miembros de ETA político-militar, por primera vez sin capuchas ante la prensa, anuncian un alto el fuego permanente, el 30 de septiembre de 1982 en Biarritz (Francia). De izquierda a derecha: Luis Emaldi Mitxelena, alias 'Mendi'; Josu Sánchez Terradillos, 'Josu'; Jose María Lera Fernández de Muniain, 'Txepe'; Joseba Aulestia Urrutia, 'Zotza'; Fernando López Castillo, 'Peke'; Miren Lourdes Alkorta Santos; Juan Miguel Goiburu Mendizabal, 'Goierri'; Juan Maria Ortuzar Soloeta, 'Ruso'; José Maria Zubeldia Maiz, 'Jose Mari', y Perico Diez Ulzurrun, 'Periko'.EFE
Luis R. Aizpeolea

En el 40º aniversario de la disolución de ETA político-militar, el primer hito en la decadencia del terrorismo vasco, la editorial Tecnos ha publicado Héroes de la retirada, un libro coordinado por Gaizka Fernández, historiador y jefe de investigación del Memorial de Víctimas del Terrorismo, y Sara Hidalgo, historiadora de la Universidad del País Vasco, que trata de rescatar del olvido un acontecimiento que marcó la trayectoria del terrorismo vasco y su combate desde su complejidad y sus perfiles más variados.

El recuerdo de la disolución de ETA-pm resulta incómodo en determinadas instancias políticas y sociales. La mejor prueba es que su 40º aniversario, el 30 de septiembre, ha pasado inadvertido. Los héroes de la retirada, título que Fernández e Hidalgo han tomado prestado de un texto del ensayista alemán Hans Magnus Enzensberger, son primordialmente el ministro del Interior del Gobierno de UCD, Juan José Rosón, y el líder del entonces brazo político de ETA político-militar, Euskadiko Ezkerra, Mario Onaindia, que, a través de un proceso dialogado, concluyeron con la disolución, el desmontaje en palabras de Enzensberger, de la segunda organización terrorista vasca en septiembre de 1982.

La introducción y los nueve textos del libro, de diferentes historiadores, abarcan distintas facetas de la disolución poli-mili, en las que prima la información rigurosa. El eje central del libro es el capítulo ‘ETA político-militar, de principio a fin’, firmado por Gaizka Fernández. Narra minuciosamente cómo 300 presos y exiliados poli-milis normalizaron su vida. Sus casos pendientes fueron sobreseídos, y los sentenciados, indultados. Su consecuencia fue la bajada drástica de los asesinatos y el debilitamiento del terrorismo vasco que continuó exclusivamente ETA militar. El autor sigue la evolución cronológica de ETA-pm desde su nacimiento en 1974, como escisión de ETA, hasta su disolución en vísperas de la victoria socialista de 1982.

La tregua de 1981, previa al cese en septiembre de 1982, salvó la vida al presidente del Congreso Landelino Lavilla, en la diana etarra

El capítulo aporta novedades sobre el proceso de reinserción poli-mili al haber accedido a los archivos de Juan María Bandrés, diputado de Euskadiko Ezkerra y figura clave en el fin de ETA-pm. También revela la pretensión poli-mili de asesinar al presidente del Congreso y dirigente de UCD, Landelino Lavilla, en 1981, y de secuestrar al ministro de Transportes, también de UCD, José Luis Álvarez. La tregua de ETA-pm de febrero de 1981, previa a su disolución en septiembre de 1982, impulsada por el diálogo Rosón-Onaindia, salvó la vida a Lavilla.

Ante un acontecimiento tan insólito, como el acuerdo de paz por presos, traducido en una amnistía encubierta, como reconoce Fernández, el libro se esfuerza por abordar exhaustivamente el contexto en que se produjo el pacto Rosón-Onaindia y la situación de las víctimas de ETA-pm, cuyo derecho a la justicia fue sacrificado en aras del debilitamiento del terrorismo vasco.

Un dato es revelador: el 68% de los asesinatos etarras se produjo entre 1976 y 1982

Dos capítulos —'Entre la libertad y la ira, la Euskadi de la Transición’, de Santiago de Pablo, y ‘La importancia de las fronteras en la violencia política de la Transición’, de Xavier Casals— y el texto de Fernández explican detalladamente la enorme vulnerabilidad política, social y económica de España durante la Transición, en coincidencia con la tercera ola terrorista a escala europea, abordada en otro capítulo por Juan Avilés, con el objetivo de justificar las razones del pacto de paz por presos de 1982. Uno de sus cuantiosos datos es especialmente revelador: el 68% de los asesinatos etarras se produjo entre 1976 y 1982.

Los datos analizados de la Transición son abrumadores sobre el desprestigio de las fuerzas policiales, su inadaptación a la democracia, su falta de medios; sobre las amenazas golpistas y las tramas ultra; sobre la crisis económica y política, con el presidente Suárez en entredicho por su propio partido frente a la marca ETA crecida. Lo que se tradujo en “la ausencia de Estado en el País Vasco”, según un informe de 1980, que revela el libro, de la Delegación del Gobierno del País Vasco, año en que las organizaciones terroristas asesinaron a más de 130 personas, 93 de ellas las etarras.

En esas condiciones, el ministro del Interior, Juan José Rosón, priorizó la disolución de ETA-pm para reducir la presión terrorista que ponía en peligro al Estado, revela el texto. El libro destaca el diagnóstico acertado del ministro Rosón al considerar que dicha disolución bajaría drásticamente el terrorismo, como sucedió. Así como la empatía personal entre Rosón y Onaindia, desde su primer encuentro en el otoño de 1980, empeñados en la tarea común de terminar con el terrorismo.

Los coordinadores del libro, conscientes de que la cara amarga de la disolución de ETA-pm fue el olvido de sus víctimas, le dedican dos capítulos: ‘Olvido y memoria de las víctimas de ETA-pm’, firmado por María Jiménez, y ‘La justicia restaurativa y el derecho a la verdad en delitos cometidos por ETA-pm’, de Gema Varona. Jiménez recupera la memoria olvidada de cada una de sus víctimas, detalladamente, para paliar la injusticia que sufrieron. Narra los detalles conocidos, víctima por víctima, de sus asesinatos y de sus circunstancias posteriores. La publicación de este texto es un ejercicio del derecho a la verdad de las víctimas. Varona propone una justicia restaurativa como modo de resarcirlas.

El libro aborda, finalmente, un sugerente análisis de Sara Hidalgo sobre la aportación de Euskadiko Ezkerra —el partido que, procedente de ETA-pm, en la dictadura, evolucionó al pacifismo, la defensa de la pluralidad, de la autonomía y la convivencia— a la Euskadi actual; un repaso al tratamiento cinematográfico de la disolución poli-mili, y un análisis, a cargo de Luis Sordo, sobre el fracaso de ETA-m, la organización terrorista que siguió hasta 2011.

Portada de 'Héroes de la retirada'.

Héroes de la retirada

Coordinador: Gaizka Fernández Soldevilla y Sara Hidalgo García de Orellán.


Prólogo: Felipe Juaristi.


Autores: Gaizka Fernández Soldevilla, Sara Hidalgo García de Orellán, Santiago de Pablo Contreras, Xavier Casals, María Jiménez Ramos, Roncesvalles Labiano Juangarcía, Lucía Gastón Lorente, Luis Miguel Sordo Estella, Gema Varona Martínez y Juan Avilés Farré.


Editorial: Tecnos, 2022.


Formato: tapa blanda (368 páginas, 26,95 euros) y e-book (16,49 euros).


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