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Ganadores y perdedores en el primer año de Milei: euforia en empresas energéticas y financieras y angustia en los jubilados

Las grandes compañías de hidrocarburos, los inversores bursátiles y los bancos tienen ganancias extraordinarias en 2024. En el otro extremo, jubilados, empleados públicos y pequeñas industrias sufren por la motosierra y la caída del consumo

Primer año de Gobierno de Javier Milei
Jubilados y miembros de sindicatos protestan frente al Congreso de la Nación, en Buenos Aires, el 11 de septiembre pasado.MARIANA NEDELCU

Los dueños de las grandes empresas de energía y las vinculadas a las finanzas tienen motivos para celebrar el primer año de Javier Milei como presidente de Argentina. Han sido las más beneficiadas por la desregulación económica y los beneficios impositivos aprobados por el Gobierno ultraliberal, aunque el premio gordo ha recaído en los evasores fiscales, para los que puso en marcha un generoso blanqueo de capitales que hizo aflorar más de 20.000 millones de dólares. En el otro extremo están los jubilados, empleados estatales y propietarios de pequeñas y medianas industrias, los más perjudicados por un modelo que ha recortado el gasto público y ha eliminado restricciones a las importaciones para derrotar a la inflación, un mal crónico de Argentina que asfixiaba a millones de familias.

A continuación detallamos los ganadores y perdedores en los primeros doce meses del Gobierno de Milei.

Sector energético: el despegue de Vaca Muerta

Las ganancias de las grandes empresas energéticas que operan en Argentina se han disparado en 2024 gracias al aumento de la producción, la liberación de precios y las expectativas para un sector que lidera el cambio de matriz productiva de Argentina y que se verá beneficiado por los ingentes beneficios impositivos, aduaneros, cambiarios y legales a 30 años dispuestos por el Régimen de Inversiones a Grandes Empresas (RIGI). La cotización bursátil en Wall Street de la compañía estatal YPF aumentó casi un 140% entre enero y noviembre de 2024, hasta los 17.380 dólares, mientras que las de las privadas Vista Oil & Gas y Pampa crecieron un 79% y un 71% respectivamente.

Por primera vez en dos décadas, Argentina cerrará el año con un superávit energético de cerca de 5.000 millones de dólares y aspira a duplicarlo el año que viene. La clave está en Vaca Muerta, la gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales de la Patagonia argentina que alberga la segunda reserva de gas natural de este tipo y la cuarta de petróleo del mundo, y que Argentina se apresura a explotar durante la ventana que otorgue la transición energética. Las exportaciones se acercaron a los 8.000 millones de dólares en los diez primeros meses del año, pero todavía fue más significativa la reducción del 40% de las importaciones de gas natural gracias al gasoducto inaugurado en 2022 que permite trasladar este recurso desde Vaca Muerta hasta el centro del país.

Javier Milei junto a varios trabajadores del yacimiento de Vaca Muerta, en agosto de 2024.
Javier Milei junto a varios trabajadores del yacimiento de Vaca Muerta, en agosto de 2024. YPF (EFE)

Finanzas: festín en plena recesión

Los inversores financieros se han dado un festín en Argentina en plena recesión. El Gobierno de Milei fijó una devaluación oficial del peso del 2% mensual, pero los tipos de interés rindieron en 2024 entre el 4% y el 5% en 30 días, lo que ha permitido obtener ganancias de más del 40% en dólares en un año a los que han apostado por la bicicleta financiera o carry trade. Además, los poseedores de bonos soberanos y títulos bursátiles locales se han beneficiado de aumentos récord: entre enero y noviembre, el índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires avanzó un 138% y el precio de los distintos bonos soberanos en dólares subió entre un 40% y un 80%. Los bancos también han estado entre los grandes ganadores del año, con ganancias récord de más del 100% en los primeros seis meses de 2024, impulsadas por la recuperación del crédito privado y el impacto positivo de la inflación sobre sus activos ajustados.

Minería: revive la eterna promesa

Chile y Argentina están divididas por la cordillera de los Andes, pero la explotación de sus minerales ha sido muy disímil. Para Chile, representa su motor económico y las exportaciones de cobre y litio superaron los 48.000 millones de dólares en 2023; el total de las exportaciones mineras en Argentina el año pasado fue 12 veces menor, de 4.060 millones de dólares. Sin embargo, con Milei y el RIGI ofrecido a las empresas se han reavivado las expectativas del despegue de este sector, cuyas exportaciones van camino de cerrar el año con un aumento de más del 5%. Dos de las mineras más grandes del mundo —BHP y Río Tinto— anunciaron este año su desembarco en Argentina a través de la compra de empresas locales que explotan proyectos de cobre, oro y litio. Otros inversores, sin embargo, se muestran reticentes por la falta de competitividad y de infraestructuras y los altos costos.

Agroindustria: una mejora engañosa

Las exportaciones de la agroindustria aumentaron más del 20% en los primeros meses del año respecto al mismo período de 2023, pero se trata de una comparación engañosa. La campaña agrícola anterior estuvo marcada por la peor sequía en 60 años, que supuso pérdidas de más de 15.000 millones de dólares, y la recuperación de este año está relacionada con la normalización de las lluvias y no con un aumento extraordinario de la producción. Al ser el sector más desarrollado y competitivo del país, su reactivación ha permitido amortiguar la caída del PIB prevista para este año y disponer de las divisas que en 2023 escasearon. Sin embargo, a diferencia de las empresas energéticas y mineras, los productores agropecuarios no se han visto favorecidos por beneficios impositivos: Milei ha mantenido los impuestos a las exportaciones y el ‘cepo cambiario’ que impide la libre cotización del peso.

Javier Milei camina con el presidente de la Sociedad Rural Nicolás Pino durante la exposición anual de la Sociedad, en julio de 2024.
Javier Milei camina con el presidente de la Sociedad Rural Nicolás Pino durante la exposición anual de la Sociedad, en julio de 2024. Gustavo Garello (AP)

Construcción, industria y comercio: un año para el olvido

La paralización de la obra pública decretada por Milei al asumir y el ajuste fiscal que forzó a los hogares a reestructurar los presupuestos para afrontar el aumento de gastos desplomaron la construcción y el consumo. La venta de insumos para la construcción sigue un 24% por debajo del año pasado y en los comercios comienza a verse una tenue recuperación tras todo un año en números rojos. La industria argentina, por su parte, se ha visto golpeada por tres lados en simultáneo: por la caída de ventas, por la apertura de importaciones que los obliga a competir frente a productos foráneos más baratos y por una apreciación del peso frente al dólar que les resta competitividad para exportar.

Clase media: entre quemar ahorros y viajar al exterior

El Gobierno de Milei ha reducido los múltiples subsidios decretados por el kirchnerismo para toda la población y los ha mantenido solo para los más vulnerables. La clase media ha tenido que afrontar incrementos del precio del transporte de hasta el 1000% en el caso del subterráneo, del 500% en las tarifas de luz y gas y también en combustible, seguros médicos de salud y escuelas privadas.

El shock fue especialmente doloroso durante el primer semestre, cuando una inflación interanual que volaba a casi el 300% se combinó con el freno abrupto del gasto público: más de cinco millones de personas cayeron en la pobreza, que llegó al 53% del total, mientras que los que podían quemaban ahorros para intentar mantener su nivel de vida. Las medidas de Milei suponen para los argentinos de clase media acomodada un deja vú de los noventa: pese al aumento de los gastos, la apreciación del peso y la apertura de las fronteras les permite volver a viajar al exterior o, al menos, comprar fuera de Argentina productos que antes estaban vetados por un sinfín de aranceles y trabas burocráticas.

Empleados públicos: salarios más bajos y estigmatización

Milei llegó al poder con una motosierra como símbolo y la promesa de reducir en unos 20.000 millones el gasto estatal. Las primeras víctimas fueron los empleados públicos: más de 30.000 han perdido sus puestos de trabajo en 2024 en medio de acusaciones de ñoquis, como se llama despectivamente en Argentina a los que cobran un salario pero no trabajan. Los cerca de 300.000 empleados actuales de la Administración nacional han visto mermados sus ingresos en alrededor de un 20%. También han sufrido recortes salariales y presupuestarios similares los profesores de universidades públicas, los profesionales de la salud de hospitales nacionales y los investigadores de las instituciones científicas estatales, colectivos que han protagonizado protestas callejeras y cartas públicas en contra del ajuste de Milei.

Una mujer mayor durante la protesta de jubilados, organizaciones sociales y sindicatos contra el veto a la ley de Milei, en septiembre pasado en Buenos Aires.
Una mujer mayor durante la protesta de jubilados, organizaciones sociales y sindicatos contra el veto a la ley de Milei, en septiembre pasado en Buenos Aires. MARIANA NEDELCU

Jubilados: pensiones de miseria

Los jubilados argentinos han sido los grandes perdedores del primer año de la presidencia de Milei. La jubilación mínima, que cobra el 65% del total, está hoy un 13% por debajo del promedio del año pasado en términos reales. En mano, esa pensión mínima equivale a 320 dólares, que los deja justo por encima de la línea de la pobreza. La ecuación se complica aún más si se tiene en cuenta que el precio de los medicamentos se ha disparado un 240% en el último año, según datos de la entidad de usuarios Deuco. Los jubilados accedían de forma gratuita a muchos medicamentos, pero el Gobierno acaba de decretar el cese de ese programa: a partir de enero de 2025 solo gozarán de este beneficio los que cumplan los requisitos dispuestos para obtener el “subsidio social” y se hayan registrado.

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