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Nacen los dos primeros yaguaretés en libertad en Argentina después de 70 años casi extintos

Los cachorros son hijos de una hembra que nació en cautiverio y fue liberada en el parque nacional Esteros del Iberá y de un macho traído desde Brasil

En la foto, la yaguareté Arami carga a una de sus crías.Foto: Fundación Rewilding Argentina

En Argentina quedan sólo unos 250 ejemplares de jaguar —o yaguareté, como se conoce aquí—, el felino más grande de América. En los Esteros del Iberá, en la provincia norteña de Corrientes, este depredador se consideró extinto hace 70 años, pero después de una década de trabajos de reintroducción de la especie acaban de nacer los dos primeros yaguaretés en libertad. La Fundación Rewilding Argentina anunció este jueves que los cachorros son hijos de Aramí, una hembra nacida en cautiverio y liberada en el parque nacional el año pasado, y de Jatobazinho, procedente de Brasil.

Las primeras señales del nacimiento de los cachorros se remontan al pasado 17 de mayo. Ese día, Aramí (cuyo nombre significa cielo en guaraní) restringió sus movimientos al mínimo. El collar GPS que lleva al cuello y permite conocer su ubicación mostraba que permanecía en un único lugar de esta reserva natural de 1,3 millones de hectáreas.

“También se quedan en el mismo lugar cuando comen, pero sólo un día o dos, así que sospechábamos que podía haber parido. No la vimos hasta un mes después, con los cachorros en la boca, gracias a una cámara trampa”, cuenta por teléfono Sebastián di Martino, director de conservación de la fundación. Días atrás, un par de investigadores vieron a los recién nacidos por primera vez. Estaban escondidos en el hueco de un árbol.

yaguareté
Una cría de la yaguareté Arami se resguarda bajo un árbol, en el Parque Nacional Iberá (Argentina).Proyecto Yaguarete CONICET

“Como los gatos, los yaguaretés nacen con los ojos cerrados, indefensos. La madre las primeras semanas casi ni sale a cazar, solo los cuida y les da la teta. En dos meses ellos pueden empezar a seguir a la madre y se van a quedar con ella hasta el año, más o menos, cuando empieza una separación gradual”, continúa Di Martino.

Con los dos cachorros, la población actual de yaguaretés salvajes en los Esteros del Iberá es de diez ejemplares: cuatro adultos, cuatro juveniles y los dos que acaban de nacer. Los cuatro juveniles nacieron dentro de los corrales del del Centro de Reintroducción de Yaguareté (CRY) en Iberá y después fueron liberados junto a sus madres.

El proyecto de reintroducción de especies en los Esteros del Iberá comenzó hace una década y tiene como objetivo contribuir a la restauración de este valioso ecosistema, uno de los mayores humedales de Argentina. “El yaguareté es el máximo depredador y es lo que ecólogos llaman una especie clave por su rol destacado. Cuando estas especies faltan los ecosistemas empiezan a degradarse y pueden colapsar, convertirse en otra cosa”, describe el director de conservación de Rewilding. En Argentina, donde ha sido declarado monumento nacional, se considera en peligro crítico de extinción.

La presencia de yaguaretés regula las poblaciones de herbívoros que son sus presas y mejora la calidad de la vegetación, aumentando la captura de carbono. Al cazar a los individuos más débiles, eliminan patógenos del ambiente, señala Di Martino entre los beneficios que aporta la reintroducción de esta especie en el ecosistema.

Los productores ganaderos de los alrededores del parque nacional son los más reacios al regreso de este depredador, al que consideran una amenaza para sus animales y contra el que antes no dudaban en disparar. Sin embargo, el rápido desarrollo del turismo de naturaleza como uno de los motores de la economía local hace que el proyecto gane cada vez más adeptos.

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