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Miguel Ángel Santos: “Venezuela no va a tener ninguna posibilidad de recuperarse si no ocurre una transición política”

El economista apuesta por reestructurar la deuda externa, que según sus cálculos puede triplicar el PIB, con apoyo del Fondo Monetario Internacional

El economista venezolano Miguel Angel Santos, en junio del 2023
El economista venezolano Miguel Angel Santos, en junio del 2023Aggi Garduño
Isabella Cota

Miguel Ángel Santos (Valencia, Venezuela, 53 años) no recuerda una elección presidencial en Venezuela más trascendental que la que se celebrará este domingo. “Quizás fue más importante la elección que puso a (Hugo) Chávez en el poder”, dice el economista, “pero en ese momento no lo sabíamos”. Por primera vez en 25 años existe la posibilidad de que la oposición llegue al poder, lo que abriría la puerta a una reestructuración de la deuda y a una recuperación económica.

En entrevista con EL PAÍS, el académico y decano de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey (TEC) asegura que el levantamiento de sanciones petroleras por parte de Estados Unidos sería insuficiente para que el país inicie una reconstrucción de su economía. Lo único que puede hacer una diferencia significativa, según él, es que la oposición llegue al poder.

Pregunta. ¿Cómo llega la economía venezolana a las elecciones del domingo y cómo es distinto a otras elecciones?

Respuesta. A pesar de que ha habido una recuperación a partir de 2021, dado que la economía perdió el 75% de su tamaño entre 2014 y 2021, cuando dicen que recuperó el 3% o 4% o 5% en un año, estamos hablando de una base significativamente inferior. El colapso de la economía venezolana es el mayor colapso de cualquier economía que se haya registrado a nivel mundial, que no haya estado precedido o acompañado de una guerra civil. Está el caso de Liberia, que perdió 90% de su PIB (Producto Interno Bruto) en una década, pero derivado de una guerra civil. Todo el mundo tiene en su mente que Venezuela es un país petrolero, así que para que la gente se dé una idea: si tomas todos los barriles producidos y los repartes por cabeza, entre el año 2000 y el 2010 le tocaban entre 40 y 45 barriles por persona por año. Hoy en día son ocho. Esa es la economía de la que estamos hablando, una economía que se ha empobrecido tanto que ha ocasionado una diáspora de aproximadamente un cuarto de su población registrada, es decir, entre siete y ocho millones de venezolanos.

P. El activista serbio Srdja Popovic llama “el modelo Maduro” a la aceptación del colapso económico por parte de un autócrata con el fin de retener el poder. Con las recientes medidas económicas y la posible relajación de sanciones si Maduro gana legítimamente las elecciones, ¿estaríamos viendo un fin del “modelo Maduro” en Venezuela?

R. Hay un momento que marca cierto apartamiento de este modelo Maduro, pero no su fin. El colapso económico llega a su clímax en 2020 y con esto la hiperinflación, una de las más prolongadas que se haya registrado en la historia, también termina y suceden varias cosas. Primero, el Gobierno deja de imprimir dinero para financiar el gasto público, pero eso no resuelve el problema. Hizo muy poca diferencia entre imprimir dinero y que la gente gane más durante episodios hiperinflacionarios y no imprimir dinero y reducir drásticamente el gasto. Estamos hablando de que el salario mínimo hoy en día son 3,50 dólares mensuales. Para mí, la diferencia es nominal. Venezuela es como un cine en donde tú estabas sentado y no veías nada. Se paró todo el mundo y bueno, ahora estás parado, pero sigues sin ver nada. Se ha logrado bajar la inflación, pero las proyecciones al cierre de este año rondan entre 30% y 35%. Y luego hay una política draconiana de encajes bancarios. El gobierno todavía imprime algo de dinero, pero para que ese dinero no genere tanta inflación, ha aumentado mucho el porcentaje de ese dinero que debe permanecer en el sistema bancario y que no se puede dar vía crédito. Es decir, por un lado, es bajar la velocidad del chorro y por el otro lado le quitaste amplificación al chorro. Esto ha reducido al sistema bancario a un tamaño minúsculo. Este modelo de Maduro no tiene ninguna posibilidad de sacar a Venezuela de la miseria, no tiene ninguna posibilidad de reducir la pobreza de manera significativa. Lo que se ha producido es un ajuste nominal a través de mecanismos completamente draconianos. La tasa de cambio se estabilizó, la hiperinflación bajó y dado que estaba en un punto muy bajo de actividad económica, hay algo de crecimiento. Pero básicamente esto significa que Venezuela se ha estabilizado en un nivel donde ningún país se quisiera estabilizar.

P. Hoy se habla de una posibilidad real de que la oposición gane la elección. ¿Qué hizo la oposición en esta ocasión que es diferente a otras elecciones?

R. En mi experiencia con estos procesos en Venezuela, los dos momentos de mayor unidad de la oposición son el 2012 y el 2024. ¿Qué tienen en común estos dos procesos? Unas elecciones primarias con participación masiva de la cual salió un líder político fortalecido que se convierte en el abanderado. En 2012 fue Henrique Capriles, quien ganó una elección presidencial por amplio margen, con más del 60% de los votos en las primarias. Y ahora es María Corina Machado, quien ha ganado unas primarias celebradas en un país muchísimo más pequeño y en condiciones mucho más adversas y las ha logrado ganar con más del 90% de los votos. Lo que yo he aprendido es que es mucho más probable que se alineen las demás fuerzas políticas alrededor del líder que ha sido establecido a través de un proceso abierto de primarias. Eso no ocurrió en otros procesos, como el de 2014. Lo otro es la economía. Cuando yo era parte del equipo de la campaña presidencial de Capriles en 2012, un venezolano promedio consumía en volumen 64% más que 15 años antes. Era extraordinariamente complicado explicarle a la gente que eso se estaba pagando con petróleo y con deuda y que no era sostenible. Hoy en día, el gigantesco deslave económico y la pérdida de familiares vía el proceso de migración masivo han llevado al país a una situación tan crítica que esta opción contraria resultaría ganadora, sin ninguna duda, si el proceso es abierto justas y transparentes.

P. ¿Por dónde empezaría un Gobierno de oposición a reconstruir la economía?

R. En estos 25 años, ha habido muchos planes de transición y todos tienen en común tres elementos. Por cierto, todas las ideas de las personas cercanas a la campaña de María Corina Machado y de Edmundo González siguen organizadas alrededor de estos tres elementos. El primero es establecer los mecanismos de mercado. El chavismo creó precios controlados, tasas de interés y de cambio controladas, una ley de máxima ganancia. En pocas palabras, creó una estructura que esencialmente desmontó el mecanismo de mercado y lo sustituyó por un sistema de planificación centralizada cuyos destructivos efectos no fueron evidentes hasta que el precio internacional del petróleo cayó. Para reconstruir, lo primero que hay que hacer es restablecer los mecanismos de mercado a través de una serie de decretos de ley para que el mercado empiece a funcionar y los pocos recursos que Venezuela tiene empiecen a ir hacia las áreas en donde se genera mayor valor. De esta manera, la rueda de la economía empieza a funcionar y pudieran, inclusive, atraer algo de inversión. Lo segundo es reestructurar la deuda externa estimada en 160.000 millones de dólares, dependiendo de a quién le creas. Porque, esa es otra cosa que los lectores necesitan saber: no hay estadísticas de la economía venezolana. Las últimas estadísticas fiscales se publicaron en 2011. Las de balanza de pagos y crecimiento, en 2018. Tú y yo estamos teniendo esta conversación seis años después presumiendo que entendemos ciertas cosas, pero en realidad no tenemos las cifras. La deuda externa de Venezuela pudiera ser tres o cuatro veces el PIB. No hay ningún país que sea capaz de recuperarse al ritmo que Venezuela necesita recuperarse teniendo semejante deuda externa, heredada de estos 26 años de administración chavistas. Hay que reestructurar la deuda con apoyo del Fondo Monetario Internacional. Y, por último, hay que atraer inversión privada a la industria petrolera. Venezuela no va a salir de la situación actual solamente con petróleo, pero es el mango que tiene más bajo. Se puede empezar por ahí a generar recursos que se puedan invertir en otras partes de la economía y hagan al país un poco más competitivo para inversiones no asociadas a recursos naturales. También se pudieran crear esquemas legales que permitan atraer inversión privada.

P. Ese es un escenario de transición, ¿qué pasa si Maduro se queda en el poder?

R. Venezuela no va a tener ninguna posibilidad de recuperarse de manera significativa si no ocurre una transición política. Esto se lo digo con sanciones y te lo digo sin sanciones. En este escenario que plantea, hay dos posibilidades: gana Maduro y es reconocido internacionalmente o se anuncia que ganó Maduro cuando efectivamente todos las estadísticas y los resultados de la oposición indica que no es así. En ninguno de los dos escenarios se puede pensar que el país experimentaría una atracción de inversión de la magnitud necesaria para crecer de una manera que te permita frenar la migración. La inflación seguiría bajando, la economía seguiría en ese tamaño ínfimo y miserable que tiene en este momento y la emigración por falta de oportunidades en el país y los problemas para nuestros países vecinos seguirían. No veo tanta diferencia entre que gane Maduro y sea reconocido o no sea reconocido en términos económicos. Sinceramente, no veo una diferencia significativa, porque en ambos casos el país sería incapaz de atraer las grandes cantidades de inversión que necesita para producir una recuperación acelerada que revierta el colapso.

P. Me da la impresión de que lo que está en juego en estas elecciones nunca había sido tan grande, ¿considera que esto es una exageración?

R. No es una exageración. Si se queda Maduro en el poder o si se da una transición política son dos planetas completamente diferentes. Yo nací en 1970 y no recuerdo una elección en donde se jugara tanto.

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Sobre la firma

Isabella Cota
Es corresponsal económica para América Latina. Como periodista de investigación trabajó con Quinto Elemento Lab, NHK, BusinessWeek y OpenDemocracy, entre otros. También fue staff de Bloomberg News y Reuters en Centroamérica y Reino Unido. Es licenciada en Comunicación y Máster en Periodismo de Negocios y Finanzas por City University London.
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