Biochar, el carbón ecológico que busca combatir la deforestación en Haití
El uso de esta solución orgánica quiere responder a la dependencia al carbón tradicional. Además, puede ser beneficiosa para la economía haitiana
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El biochar es un carbón orgánico que se produce a través de la carbonización de residuos orgánicos, como restos de aserraderos, desechos agrícolas y otros productos biodegradables. Se usa principalmente para cocinar, hacer brasas o calentar. A diferencia del tradicional, este proceso es menos contaminante y ayuda a reducir la deforestación, un problema ambiental que crece cada año en Haití. La transición de este combustible fósil a uno más sostenible, como el biochar, podría traducirse también en una oportunidad económica para el país.
En mayo de 2024, la Organización de Jóvenes Combatientes Activos para el Desarrollo de Burin (Ojcabd), la Universidad Notre-Dame de Haití y la organización Fanm Franchiz comenzaron un proyecto para promover su uso. Según Jhems Aristil, líder de la iniciativa, hasta diciembre se produjo aproximadamente un cuarto de tonelada de biochar. Los miembros del grupo recolectaron materiales como cáscaras de plátano, yuca, hojas secas de árboles y otros desechos orgánicos de la comunidad para ello. “Nuestro objetivo es producir un combustible que permita a los hogares cocinar sin dañar el medio ambiente”, explica. El biochar tiene una apariencia más densa y compacta en comparación con el carbón tradicional, y su color es profundamente negro, con una textura más uniforme. Sin embargo, se utiliza de manera similar, aunque su combustión es más limpia y eficiente y libera menos humo.
Aristil, agrónomo, tuvo la idea de este proyecto en 2022, después de haber tomado un curso en línea sobre la producción de carbón verde impartido desde Benín. El interés por este tema se originó en su juventud, durante las visitas al Jardín Botánico de Los Cayos, en el sur del país, que solía realizar junto a su padre. Estas experiencias no solo despertaron su curiosidad por la naturaleza, sino que también le ayudaron a comprender la fragilidad de los ecosistemas y el impacto del cambio climático en ellos. Con el tiempo, este interés evolucionó hacia la búsqueda de soluciones prácticas, como la producción de biochar, un enfoque sostenible para mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la salud del suelo.
A partir de 2024, el proyecto cobró fuerza y la producción de biochar se hizo de forma diaria con la participación de obreros voluntarios. Los habitantes de Torbeck, en Los Cayos, contribuyeron al proyecto recolectando desechos biodegradables, lo que también les permitió limpiar terrenos locales.
El biochar estuvo disponible para la venta en la zona desde los primeros meses de producción, principalmente en Torbeck. Además, se organizaron sesiones de formación para aquellos que no sabían cómo producir el carbón o que no estaban familiarizados con su uso. La última de estas sesiones se realizó en noviembre de 2024, y participaron más de 30 personas.
Thérèse Olgat, una de las primeras consumidoras del producto, asegura que el biochar tiene varias ventajas, como que no genera grandes cantidades de humo ni mancha las ollas. “Esta iniciativa debería ser replicada a nivel nacional y sus fundadores deberían obtener de las instituciones un apoyo capaz de impulsar la producción del combustible”, asegura Carine Dorélus, una usuaria de Torbeck.
El 71% de la energía consumida en los hogares haitianos proviene del carbón vegetal, según el Departamento de Minas (Bureau des Mines en francés). Se utiliza como fuente principal de energía para la cocina. El 30% restante se distribuye entre el propano, el queroseno y el GLP (gas licuado de petróleo). Según los datos oficiales, Puerto Príncipe consume más de 486 toneladas de carbón diariamente. En cuanto a la energía doméstica, no existe una gran variedad de opciones. El carbón vegetal sigue siendo la más barata y accesible para los hogares haitianos.
La producción de carbón vegetal en Haití, un sector sin regularizar
La producción de carbón vegetal ha sido un tema de discusión en Haití durante décadas, pero ha sido tratado de manera superficial por diferentes Gobiernos. Este sector, vinculado tradicionalmente a la deforestación, sigue siendo una fuente de energía importante en el país. Aproximadamente el 70% de la energía consumida proviene de la leña y el carbón vegetal, según datos del Bureau des Mines.
A pesar de que los ingresos generados por la producción de carbón vegetal ascienden a 300 millones de dólares desde 2012, Haití no ha logrado aprovechar estos recursos de manera efectiva. El sector es informal y su impacto ambiental es claro, con una cobertura forestal del país inferior al 2%, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“La producción de carbón vegetal no es la única responsable del desmonte de los bosques, aunque sí es uno de los factores principales”, comenta el ingeniero Bétonus Pierre, del Bureau des Mines. “La industria de la construcción y la fabricación de muebles también contribuyen al problema”. A pesar de ello, el especialista considera que es crucial regular mejor la explotación del carbón vegetal para mitigar los daños.
En este contexto, la producción de carbón verde podría convertirse en una oportunidad para promover la regeneración forestal en Haití. En ciertas regiones, como Aquin y Cote de Fer, se ha observado un aumento en la cobertura forestal debido a prácticas controladas dentro de este sector, apunta el genetista Gaël Pressoir, director de los Laboratorios Chibas-Quisqueya.
Según el Censo General Agrícola (RGA), más de 395.000 familias haitianas dependen de la explotación forestal como fuente de ingresos. El sector continuará existiendo debido a la alta demanda de carbón en los hogares, por lo que, según Andrew Tarter, antropólogo y profesor de la Universidad de Florida, “es necesario buscar alternativas para gestionarlo de manera sostenible”. Regular y supervisar la producción podría no solo reducir los impactos negativos en el medio ambiente, sino “también transformar este sector en una fuente de ingresos más estable y beneficiosa para la economía haitiana” agrega.
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