EE UU revoca el visado a un magistrado del Tribunal Electoral de Honduras por “impedir el recuento de votos” en la elección presidencial

Estados Unidos mantiene su interferencia en el proceso electoral de Honduras, cuya recta final inició el jueves con el recuento de miles de actas que presentan inconsistencias. El Departamento de Estado informó la noche del viernes de que revoca la visa estadounidense a Mario Morazán, magistrado propietario del Tribunal de Justicia Electoral (TJE), a quien Washington acusa de “socavar la democracia en Honduras al impedir el recuento de votos”. El organismo liderado por Marco Rubio también ha negado el visado a Marlon Ochoa, integrando del Consejo Nacional Electoral (CNE). Ambos funcionarios son cercados al Partido Libertad y Refundación (LIBRE), el movimiento político de izquierdas de la presidenta Xiomara Castro.

La decisión de EE UU se da un día después de que Castro informara que aceptará los resultados de una elección presidencial empañada por la tardanza en los resultados. Castro había advertido de un supuesto intento de golpe contra su Gobierno y llamó a una movilización masiva, pero la tarde del jueves rebajó el tono y dijo que garantizará una transición “pacífica y ordenada” del poder a quien resulte triunfador de los comicios, cuyo recuento se postergó por varios días, lo que generó manifestaciones y forcejeos en las instalaciones del órgano electoral que custodia las actas.

El Departamento de Estado sanciona a dos figuras claves del oficialismo. El magistrado Morazán, que forma parte del órgano encargado de dirimir controversias sobre procesos electorales y garantizar la legalidad de los comicios, denunció irregularidades internas dentro del Tribunal durante el proceso electoral, como decisiones tomadas sin quorum legal y retrasos en la tramitación de expedientes. Ochoa, por su parte, es uno de los tres integrantes del CNE, nombrado bajo el respaldo de LIBRE. El consejero ha sido crítico con los retrasos en el recuento de votos y ha denunciado públicamente un “fraude electoral” y posibles manipulaciones de las actas. También ha acusado a los partidos tradicionales (el Partido Nacional y el Partido Liberal) de conspirar para influir en los resultados. La noche de la elección, cuando el CNE debía de ofrecer los primeros resultados preliminares, Ochoa se mostró en desacuerdo con los procedimientos de las otras consejeras electorales por los retrasos en el sistema de procesamiento de las papeletas. Ha sido una voz beligerante y crítica en los medios hondureños.

El comunicado del Departamento de Estado, firmado por Marco Rubio, informa de que las medidas han sido tomadas al amparo del reglamento “que generalmente prohíbe la entrada a Estados Unidos a quienes su ingreso o actividades propuestas tengan consecuencias adversas potencialmente graves para la política exterior estadounidense”. Washington también advierte que impondrá restricciones de visados a otros funcionarios hondureños. “Estados Unidos no tolerará acciones que socaven nuestra seguridad nacional ni la estabilidad de nuestra región. Consideraremos todas las medidas apropiadas para disuadir a quienes obstaculicen el recuento de votos en Honduras”, alertó el Departamento de Estado.

La decisión se da mientras avanza el llamado recuento especial de miles de actas con inconsistencias. La tarde del viernes estaba ya escrutado el 99,8% de las papeletas y esos resultados preliminares daban una ventaja mínima a al conservador Nasry Asfura, del Partido Nacional, quien tiene el respaldo de Trump. Asfura sumaba 1.322.695 millones de votos (40,4%) mientras que Salvador Nasralla, del Partido Liberal, obtenía 1.290.119 millones (39,4%). El sistema electoral hondureño establece como ganador a quien obtenga la mayoría de votos una vez terminado la verificación de todas las papeletas y el CNE tiene hasta el 30 de diciembre para nombrar un vencedor.