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La multinacional estadounidense McDermott desiste del litigio contra Colombia por los millonarios sobrecostos en Reficar

Un tribunal de arbitraje en Washington da por cerrado el pleito en el que la empresa anglosajona tenía pretensiones por hasta 700 millones de dólares

Refinería de Cartagena, Reficar
Refinería de Cartagena SA (Reficar), el 20 de mayo de 2016.Mariana Greif Etchebehere (Bloomberg)
Camilo Sánchez

La compañía de ingeniería británica CB&I, filial de la multinacional estadounidense McDermott, ha dado un paso al costado al desistir del litigio que adelantaba contra Colombia ante el Centro Internacional de Arreglos de Disputas Relativas a Inversiones (CIADI), un organismo dependiente del Banco Mundial con sede en Washington. Con la noticia, dada a conocer el pasado martes, concluye el último capítulo de uno de los grandes escándalos empresariales de los últimos tiempos en Colombia, así como también un proceso arbitral internacional largo y complejo por los millonarios costos adicionales en la ampliación y modernización de la enorme refinería de Cartagena de Indias, en la costa Caribe colombiana.

Por su parte, un juez de la Corte del Distrito de Ámsterdam (Países Bajos) aprobó el pasado 21 de marzo un acuerdo entre la firma responsable de las obras, McDermott, y Reficar, mediante el cual la multinacional ya le pagó a la refinería colombiana con la transferencia de un número de acciones que equivalen al 19,9% total del conglomerado estadounidense y han sido tasadas en una cifra cercana a los 450 millones de dólares. “Estamos cerrando el proceso de registrarlas”, explica a EL PAÍS Herman Galán, presidente de la refinería de Cartagena, “hay que tener en cuenta que no son acciones líquidas que se puedan vender mañana porque ellos no están inscritos en bolsa. Entonces hay que aumentar la tasa de riesgo”.

De la misma forma detalla que, adicionalmente, recibieron del gigante estadounidense dos cartas de crédito, una por 70 y otro por 95 millones de dólares, respectivamente. “También nos cedieron unas pólizas de seguro por hasta 213 millones de dólares que había tomado CB&I de responsabilidad y, por último, nos dieron nueve millones de dólares de los gastos en que habíamos incurrido de abogados durante estos procesos de insolvencia”, agrega Galán por teléfono.

Se trata de dos victorias en línea para Colombia. La de este martes, en cabeza del Estado, desenreda un arbitraje de inversión en Estados Unidos. Un proceso que de haberse prolongado le habría costado hasta 700 millones de dólares al país dentro de las pretensiones de la multinacional. El fallo del 21 de marzo del tribunal de arbitraje comercial holandés, por su parte, terminó con un conflicto paralelo y benefició a Ecopetrol, la petrolera de mayoría estatal propietaria de Reficar desde 2009. ¿Qué queda? “Cobrar las pólizas que ellos ya nos cedieron por hasta 213 millones de dólares”, apunta Galán.

Las decisiones de los tribunales internacionales, además, van desvirtuando, poco a poco, los señalamientos por presunta corrupción que algunos organismos de control colombianos y la prensa difundieron contra exfuncionarios o exmiembros de la Junta a lo largo de la última década. Los escritos de los árbitros extranjeros evidencian que la responsabilidad tras los excesos en los costos e incumplimientos contractuales de la megaobra recaen en buena medida sobre dos empresas filiales de McDermott: CB&I UK Limited y CB&I Holanda Limited.

Pero McDermott trató de rebatir las acusaciones con toda su artillería legal hasta el final. En uno de los procesos, esta vez celebrado en Inglaterra, logró convencer a los jueces ingleses de que la situación financiera de su filial CB&I UK Limited era deplorable y reunía los méritos para acogerse a un plan de reestructuración. Un anuncio devastador para los intereses colombianos, pues el texto señalaba que, debido a su estado de insolvencia, la multinacional anglosajona quedaba exenta del pago a Reficar. La deuda, en pocas palabras, se evaporaba. Por eso los abogados colombianos trasladaron su atención al pulso en Holanda, donde su alegato estrella, finalmente, convenció al juez de que había fórmulas alternas para obtener alguna compensación.

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Se ponía así sello final a una secuela que empezó en 2016 con una demanda de Reficar ante la Cámara de Comercio de Nueva York. Aquel primer laudo arbitral tardó siete años en conocerse y en junio de 2023 el tribunal internacional ordenó a McDermott a pagar 1.000 millones de dólares por los sobrecostos y las falencias en el cronograma. Luego vinieron las discusiones legales en Boston, Ámsterdam y Londres. Y mientras cada caso se ha ido cerrando, en Colombia aún hay varios exfuncionarios y exmiembros de la junta directiva de Reficar que deben hacer frente a procesos abiertos por el detrimento de miles de millones de pesos en la ampliación de una planta que hoy funciona a toda marcha y aporta el 17% total de la gasolina que se consume en el país.

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Camilo Sánchez
Es periodista especializado en economía en la oficina de EL PAÍS en Bogotá.
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