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Los nacimientos en Colombia caen a menos de 500.000 al año por primera vez desde que hay registros

Los 445.011 nacidos en 2024, según información provisional del Dane, suponen una reducción de 32,7% en la última década

Diego Stacey

Los nacimientos en Colombia caen en picada. Durante 2024 nacieron 445.011 bebés y supone la primera vez que la cifra cae por debajo de los 500.000 desde que comenzaron los registros, en 1998, según ha revelado este miércoles el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). La cifra para 2024 de la entidad estatal es aún provisional, pero indica una caída de 70.538 nacimientos frente a 2023, una reducción del 13,7% en un solo año y un 32,7% menos que el dato de 2015. El dato exhibe una tendencia que se registra desde los últimos años y que pone cada vez más presión a la transición demográfica.

La tasa de fecundidad, el indicador que mide el número de nacimientos por cada 1.000 mujeres entre los 15 y 49 años, se redujo a 32, una caída de 21,3 nacidos vivos con respecto a la última década. Por edad, la mayor reducción se presentó en el grupo de mujeres adolescentes de 15 a 19 años, con una reducción de 51,1% en los últimos 10 años. En el grupo etario de 10 a 14 años —todo acto sexual con un menor de 14 años es considerado violencia—, también se ha registrado una disminución constante: en 2015 era de 3,1; en 2020, de 2,2; y en 2024 concluyó en 1,6.

El informe del DANE muestra también que las mujeres son madres a una edad cada vez más avanzada. La edad de fecundidad promedio llegó en 2024 a 27,1, mientras que la edad promedio en el que las mujeres tienen su primer hijo subió a 24,4 años, casi dos más que en 2005.

Por segundo año consecutivo, todos los departamentos del país presentaron una reducción en el número de nacimientos. Los pocos que mostraron cifras positivas en el último lustro, como Bolívar, Caquetá, Guainía o Vaupés, ahora presentan números rojos. Entre los más poblados, en 2024, Bogotá registró una caída de 7,1% a comparación del año anterior. La dinámica se repite en Antioquia (-11,7%), Valle del Cauca (-9,5%) y Atlántico (-17,3%).

Para la demógrafa Ángela Vega, si la tendencia se mantiene, “vamos a tener un envejecimiento superacelerado. El dato de 2024 es tremendo”. “Preocupa mucho porque las regiones que estaban sacando la cara por la fecundidad también entraron en la misma dinámica. Si seguimos así, tendremos un crecimiento natural negativo”, explica sobre el fenómeno que ocurre cuando se registran más defunciones que nacimientos.

Las muertes no natales crecieron un 2% con respecto a 2023. Se registraron 273.772 defunciones en 2024, lo que representa 5,2 muertes por cada 1.000 habitantes. Esta cifra se estabilizó después de los años de la pandemia y que en 2021 alcanzó un pico de 363.089 defunciones y una tasa de mortalidad de 7,1. Por décimo año consecutivo, murieron más hombres que mujeres, principalmente a edades tempranas. Por departamento, Quindío lideró la tasa de mortalidad con un 7,9, seguido de Risaralda (7,6), Tolima (6,8) y Valle (6,7).

Falta de políticas públicas

La reducción en la tasa de fecundidad no es un fenómeno reciente, aclaró en rueda de prensa la directora del DANE, Beatriz Piedad Urdinola. Desde los años setenta, las mujeres están teniendo cada vez menos hijos. Lo que sí se puede resaltar de la última década es que la transición demográfica se ha acelerado a un ritmo cada vez mayor.

A pesar de este panorama, no hay políticas públicas para incentivar a las mujeres a tener más hijos ni tampoco a responder a la contracción poblacional que se hará notar más pronto que tarde, sostiene Vega. “Para empeorar las cosas, no podemos buscar las mismas soluciones que los países desarrollados, que se apoyan en la migración: muchos abren fronteras, atraen a gente joven y les ofrecen condiciones de seguridad para suplir la baja fecundidad de las autóctonas. Pero Colombia es un país expulsor y no tenemos esa misma capacidad de atracción”, apunta la experta.

Económicamente, el impacto también será importante. José Ignacio López, director de Anif, un reconocido centro de estudios económicos, señala que el sistema de reparto pensional “será cada vez más inviable” por lo que considera que la reforma del sector que fue aprobada el año pasado en el Congreso “se deberá repensar”. En el aspecto laboral, señala que la gente va a tener que trabajar durante más tiempo y se va a jubilar más tarde, en la medida en que aumente el envejecimiento de la población.

En un informe publicado la semana pasada, Anif mostró sus preocupaciones ante la baja natalidad en el país de 52 millones de habitantes: “A medida que la población se envejece y no hay nuevas generaciones que la releven, la fuerza laboral disminuye. Esto afecta directamente los niveles de producción del país. Igualmente, si el ahorro que realiza la población joven no logra superar el desahorro de las generaciones mayores, la inversión en capital podría verse comprometida, afectando también el crecimiento económico”.

Los expertos afirman que el número de nacimientos aún está ligado a las consecuencias de la pandemia del covid-19. “Ese era un escenario de incertidumbre total y la fecundidad es sensible ante la realidad global”, considera Vega, que descarta otros factores como las mejores expectativas educativas o laborales para las mujeres. “Eso ya venía pasando desde hace años y no explica una caída tan estrepitosa como la de los últimos dos años”, indica. Es la segunda vez desde que hay registros que el DANE consigna una caída de natalidad mayor a 10%. La primera fue en 2023, cuando los nacimientos cayeron justamente en ese porcentaje frente a 2022.

¿Cómo mitigar este escenario? Para Vega, la respuesta está en las mujeres, no en el Estado. “¿Por qué no les preguntamos a ellas qué las motiva a tener hijos? La respuesta no puede ser únicamente una licencia no remunerada más larga a la actual. Mucho tiene que ver con el machismo”, sentencia.

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Sobre la firma

Diego Stacey
Periodista de la sección Internacional. Anteriormente trabajó en 'El Tiempo', en Colombia. Es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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