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¿Puede un test genético prevenir el cáncer de mama?

Es uno de los cánceres más comunes, pero también de los más estudiados y con mayor tasa de supervivencia. Estar preparados ayuda

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales. Según las estadísticas, una de cada ocho mujeres lo tendrá a lo largo de su vida (afecta fundamentalmente a las féminas, en varones la proporción es muy baja: 1 de cada 100 casos detectados). En España, se diagnostican alrededor de 26.000 de estos tumores cada año, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), pero, a pesar de la incidencia, si se detecta a tiempo, es curable en un 90% de los casos. Aunque aún no existe tratamiento preventivo ni vacuna para esta enfermedad, sí que hay estilos de vida que minimizan los factores de riesgo (la obesidad, el sedentarismo o la diabetes, entre otros) y algunas acciones que podemos realizar para que, en caso de padecerlo, el diagnóstico sea precoz y, por tanto, más fácil de combatir. Ana Lluch, jefa de Hematología y Oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia y vocal del Grupo de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), Agustí Barnadas, director del Servicio de Oncología Médica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, y la investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, Marina Pollán, explican qué hacer para ponerle límites a la incidencia de este cáncer.

1. ¿Qué tipo de dieta ayuda?

Un estudio publicado en el British Journal of Cancer, realizado por 15 centros hospitalarios españoles y uno alemán, observó que “siguiendo la dieta mediterránea, se reducía la influencia de determinados tipos de tumores en la mama”. Barnadas la define como “una dieta rica en vegetales y frutas, en legumbres, en aceite de oliva, y baja en grasas saturadas, en carnes rojas y procesadas, así como en azúcares refinados". Además, aconseja no beber ni fumar, reducir la ingesta de hidratos de carbono y elevar el consumo de pescado, sobre todo azul. También recomienda añadir “cierta actividad física, que puede ser, por ejemplo, caminar a ritmo rápido durante 45 minutos al día, seis días a la semana”.

Las razones por las que este tipo de alimentación es útil contra los tumores no están claras. Según Marina Pollán, coordinadora del trabajo, “hay estudios que relacionan el consumo de aceite de oliva con la protección frente al cáncer, igual sucede con los ácidos grasos presentes en el pescado azul y las verduras”. Cuál es el principio activo es algo que continúa investigándose.

Se sabe, en cambio, que el azúcar procesado “dispara la producción de insulina y de otras hormonas que aumentan el riesgo de cáncer de mama y otros tumores”, afirma Pollán. También hay “bastantes estudios que hablan de que el alto consumo de carne y alimentos procesados es perjudicial. Podría deberse a algún elemento conservante, aparte del contenido de grasas no beneficiosas. También es clave el tipo de cocción: si la carne se quema, se producen sustancias que pueden resultar cancerígenas”, apunta la experta.

2. ¿Cómo puedo autoexplorarme?

La doctora Lluch aconseja a las mujeres, sobre todo a las más jóvenes, que aprendan a autoexplorarse. Para esta profesional, cualquier alteración que encuentre deberá ser comunicada al médico, que será el encargado de hacer las exploraciones y mamografías correspondientes. Cuanto más pronto se detecte un tumor, más sencillo será el tratamiento: “la cirugía será menor y no hará falta perder la mama. Esto es lo que sucede en entre el 55 y el 60% de los cánceres”, explica la oncóloga.

Para realizar la autoexploración mamaria hay que colocarse ante un espejo, como explica, en su página web, la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía. Primero, hay que dejar los brazos rectos y pegados al cuerpo para girar el tronco a ambos lados y, así, observar si hay algún bulto o algún cambio en el color o textura de la piel. Después, se deben levantar los brazos para comprobar si el contorno de los pechos es uniforme y si se elevan del mismo modo. Tras este paso, y mejor tumbada, hay que palpar cada mama con la mano contraria usando la yema de los dedos y realizar movimientos circulares desde la parte externa hacia el pezón, que habrá que apretar para comprobar si sale algún líquido. La autoexploración concluye en las axilas. Si se detecta alguna anormalidad, deberá consultar inmediatamente con el médico. Este vídeo viral le explica cómo hacerlo, sin lugar a dudas.

Eso sí, el momento para hacerlo también es determinante, puesto que las mamas sufren variaciones durante el ciclo menstrual. Los mejores días para realizar la exploración son desde el momento en el que baja la regla hasta “siete u ocho días después” de la finalización de la menstruación, indica la doctora Lluch.

3. Exploración médica, ¿a partir de qué edad?

La exploración médica es el método más eficaz, independientemente de la edad de la mujer, aseguran los expertos. Si se han cumplido 45 años, la oncóloga Lluch insiste en la importancia de acudir a las campañas de diagnóstico precoz, de carácter público y gratuito, puestas en marcha en todas las comunidades autónomas. En algunas regiones, están dirigidas a mujeres mayores de 45 (como Navarra, La Rioja, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana) y, en otras, a las que han llegado a los 50. Los departamentos de sanidad pública llaman a las mujeres de entre 50 y 69 años bianualmente, un tiempo suficiente para diagnosticar el cáncer en una fase inicial, en opinión de la doctora Lluch, puesto que solo “entre el 10 y el 15% de los cánceres de mama aparecen en menores de 45 años", asegura. Hay casos concretos, sin embargo, en los que la frecuencia deberá ser mayor, como por ejemplo, si hay antecedentes familiares de cáncer de mama.

4. Y ¿cuándo es recomendable hacerse un estudio genético?

“Si hay cáncer de mama o de ovario en la familia, sobre todo en la madre o las hermanas, las probabilidades de un tumor son mayores, pero tampoco hay que generar alarma”, cuenta Lluch. Los análisis averiguarán si la paciente ha heredado la enfermedad o si sufre una mutación genética que eleva hasta un 80% la posibilidad de que el cáncer se desarrolle. Este fue el sonado caso de la actriz Angelina Jolie, “portadora de la mutación de un gen (BRCA), que predisponía al cáncer de mama y de ovario, por lo que optó por la mastectomía preventiva (extirpación de gran parte de la mama y del tejido mamario) y la extirpación de los ovarios, para minimizar los riesgos", describe Barnadas. Tras la decisión de esta famosa, se creó lo que se llamó 'efecto Jolie', y los especialistas se quejaron de que muchas pacientes pedían tratamientos así de agresivos sin necesitarlos. El oncólogo considera que no en todos los casos este proceso es necesario: es una opción que se ofrece a las pacientes con una predisposición genética muy alta, aunque también se puede optar por la quimioprevención (el suministro de medicamentos como el tamoxifeno) y una observación mayor.

Para Lluch, existen otros factores de riesgo ante los que hay que estar atenta: haber tenido la regla muy joven, no tener hijos, no darles el pecho, sufrir alteraciones atípicas en la glándula mamaria, una menopausia tardía o haber recibido terapia hormonal sustitutiva contra la menopausia durante más de cinco años. El diagnóstico precoz, como ya hemos visto, es crucial. Gracias a él, cada año aumenta en un 1,4% la supervivencia a este tipo de cánceres. Una vida sana, la autoexploración, el conocimiento de los factores de riesgo y acudir al médico ante cualquier anomalía pueden marcar la diferencia.

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