Miquel Barceló lleva su intervención en la catedral de Palma a la vorágine de Francfort
El artista mallorquín presenta también en Alemania su trabajo sobre la 'Divina Comedia'
Lejos del barullo en el que se desarrolla el trabajo de editores, libreros, autores, agentes y demás gente vinculada al mundo del libro, el pequeño lugar donde Miquel Barceló se encontró con un grupo de periodistas -una de las salas, discretas y ligeramente apartadas, del pabellón tercero de la inmensa Feria del Libro de Francfort- parecía un oasis de silencio en medio de la vorágine comercial.
La catedral bajo el mar (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores) recoge, a través de las fotografías de Agustí Torres, la compleja elaboración de una obra que traslada al interior de un templo católico la heterodoxa mirada de un artista que se declara "completamente agnóstico".
"La cerámica que se realizó para la capilla de Sant Pere no tuvo nada que ver con la cerámica convencional, y no hubo por tanto ni módulos ni baldosines, sino una inmensa superficie de 300 metros cuadrados a la que me enfrenté como si se tratara de un cuadro", explicó Barceló. "El trabajo se convirtió así en algo totalmente físico, donde al pintar no sólo intervenían el ojo o la mano, sino el cuerpo entero".
Una pequeña proyección, tomada de un documental que ha exhibido la cadena de televisión Arte sobre el desarrollo de la intervención de Barceló en la capilla de Sant Pere, sirvió ayer para mostrar al artista en medio de la batalla, lleno de sudor, yendo de un lado a otro sobre los andamios desde los que iba volcando los colores sobre la arcilla todavía viva. Se ve una serie de protuberancias, que luego se transforman en el milagro de los panes y los peces que Barceló eligió como tema del mural de la capilla de la catedral de Mallorca; se ven los botes de pintura, los pinceles y las brochas, la actividad incesante del artista. "La arcilla te permite utilizar una gran variedad de recursos, desde la caricia al puñetazo", comentó ayer Barceló. "Es una materia de una gran versatilidad".
El trabajo se inició en el taller del ceramista Vincenzo Santoriello, en Vietri sul Mare, en el sur de Italia, cerca de Nápoles. Tras una medición milimétrica de la capilla de Palma, se la reconstruyó allí, y fue en ese taller donde Barceló se sumergió en su mural desde febrero hasta el 7 de julio de 2003, en que lo terminó. Un año después se trasladaron las piezas de Italia a Palma, a la catedral. La cámara de Agustí Torres estuvo presente en todo el proceso, y lo ha recuperado en La catedral bajo el mar.
El inmenso desafío de cubrir con una piel nueva la capilla de Sant Pere se inspiró en otras intervenciones anteriores en la catedral de Mallorca, como las que realizaron Gaudí y Josep Maria Jujol. "No fueron trabajos muy bien vistos, y cuando murió el obispo que los había encargado, los artistas se quedaron sin cobrar", contó ayer Barceló. Teodor Úbeda, el obispo de Mallorca que fue uno de los impulsores decisivos de la intervención de Barceló, ha muerto también recientemente, y fue enterrado en la capilla de Sant Pere.
Imaginería
Poco antes de que se hablará del libro sobre su trabajo en la catedral de Mallorca, Barceló presentó en Alemania su Divina Comedia (también Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores). La obra de Dante, tan llena de discusiones teológicas y atravesada por la idea de Dios, y luego el milagro de los panes y los peces en la capilla de Sant Pere, ¿qué tiene Barceló que ver con el mundo religioso? "Soy completamente agnóstico", dijo al respecto. "Pero he crecido dentro de un ámbito judeocristiano y toda mi imaginería procede de ese mundo. Las iglesias me han perseguido toda la vida. Jugaba en ellas cuando era niño y luego, en París y Palermo, tuve mi taller en iglesias abandonadas. Todo este trabajo sobre lo sagrado se ha convertido al final en una forma de exorcismo".
¿Y va a terminar por cambiar la dirección de su obra? "Mi trabajo siempre ha estado sometido a continuas metamorfosis. Y toda la experiencia con Dante y con el mural me han ayudado a limpiarlo de excesos. Mi obra ahora es mucho más depurada".
Primeros pasos
Se abrieron las puertas de la feria, y empezó el ir y venir, las largas procesiones de gente, las minúsculas reuniones en cualquier sitio improvisado, las citas, los catálogos, los precios de los nuevos títulos, las modas, los rumores. Y las noticias que atraviesan fronteras y que parecen moverse en los pabellones con extrema soltura y facilidad. Así, por ejemplo, la reciente compra por parte de RBA de Serres, esa pequeña editorial que ha ido forjando un estilo propio y que se ha centrado fundamentalmente en la edición de libros infantiles, todos hechos con mimo y cuidando cada detalle. Con el acuerdo, RBA refuerza su línea dedicada a los más pequeños.
También empezaron los ágapes. El Grupo Santillana fue ayer de los primeros en invitar a brindar por los tiempos que vienen, sean buenos, regulares o malos, para afrontarlos con entusiasmo. Trasladaron la fiesta esta vez de un hotel cercano a la propia feria, y allí dieron cuenta de sus próximos proyectos y de sus recientes logros. Entre estos últimos, presentaron Objetiva, la editorial brasileña que forma ahora parte del grupo y que ha destacado en su país por un catálogo riguroso -entre sus autores está, por ejemplo, Carlos Heitor Cony- y abierto, a la vez, a los desafíos comerciales más populares (Stephen King) y al ensayismo más riguroso (Harold Bloom). Al mismo tiempo, Santillana recordó su buena sintonía con la Real Academia Española, anunciando para noviembre la publicación del Diccionario panhispánico de dudas, el tercero de los títulos que editan conjuntamente después del Quijote y del Diccionario del estudiante.
Babelia
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