Las gregueríras inician el 'ramonismo' de Gómez de la Serna

Las obras completas del escritor Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963), que edita en 21 volúmenes Círculo de Lectores /Galaxia Gutenberg, bajo la dirección de Ioana Zlotescu, entraron el miércoles en el espacio literario del ramonismo con la publicación de dos nuevos títulos: el dos, con el teatro de juventud (1909-1912), y el cuatro, con las greguerías de 1917-1919. Las greguerías aparecerán en otros dos volúmenes hasta completar los 15 libros publicados por el autor, en una labor documental de Pura Fernández.El pie dormido sabe a sifón es la greguería mas perfecta de Gómez de la Serna, según el escritor Andrés, Trapiello, quien intervino, en el Círculo de Lectores, de Madrid, en la presentación de los nuevos volúmenes, junto con Ioana Zlotescu, y Luis Carandell. "Ramón no inventó nada, ni siquiera la palabra greguería, que aparece en Galdós y Baroja como sinónimo de algarabía, pero es un descubridor, como Newton, de lo que pasaba ante los ojos de los demás. Ramón será el duño de todas las greguerías, que hay que tomarlas y leerlas como píldoras, para no anular el efecto sorpresa", dice Trapiello. Luis Carandell reivindica la "literatura inmensa" de Ramón Gómez de la Serna frente a los ramonianos que se han quedado con su parte más anecdótica y costumbrista. "En sus libros dedicados a Madrid convierte el costumbrismo en arte mayor. Es el escritor más vanguardista y progresista, aunque políticamente se equivocó y quedó mal con los dos bandos". Opina que con las greguerías hizo "un inventario del mundo", donde define todas las cosas. "Es conceptual y poético, una síntesis poética quizá sin la emoción de la poesía".

loana Zlotescu, además de señalar la novedad editorial de los volúmenes, con títulos poco difundidos, considera que las greguerías forman parte del espacio literario que denomina ramonismo. "Fuera del dogmatismo de los géneros, en el ramonismo se encuentran los libros que llamaba 'inclasificables', con las mayores aportaciones innovadoras. Ramón no es vanguardista; es un clásico. Inventó un género, fue un gran innovador, y tuvo la valentía, en pleno modernismo, de introducir la cotidianidad en la literatura. La greguería, siguiendo a Gracián, es arte y agudeza de los sentidos".