Las luces se apoderan de la Ciudad de México
La tercera edición del Filux transforma por cuatro noches 30 espacios públicos de la capital
Tres conejos gigantes invaden la plaza de Santo Domingo. Quetzalcóatl, la mítica serpiente emplumada, desciende desde el más allá a la calle de República de Guatemala. El Palacio de Bellas Artes se convierte en un jardín idílico de pájaros y criaturas luminosas. Así se apoderan las luces a partir de este jueves de la Ciudad de México, con la tercera edición del Festival Internacional de las Luces (Filux). La propuesta audiovisual, pionera en su tipo en América Latina, transforma 30 espacios públicos del centro histórico de la capital durante cuatro noches con esculturas, proyecciones e instalaciones de 30 artistas provenientes de 11 países diferentes.
"El despliegue de este año es más grande, es un festival tamaño Ciudad de México", dijo en entrevista David di Bona, el director de Filux. El cineasta y sociólogo explicó que fue difícil abrirse paso y dar a conocer el concepto, pero que la acogida de la audiencia cada vez es mayor. "En la primera edición el público no entendía muy bien de qué se trataba un festival de la luz, pero eso cambió en el segundo año y ahora la gente lo está esperando", aseguró.
El recorrido de 30 puntos es completamente gratuito e incluye sitios icónicos de la ciudad como el quiosco de la Alameda Central, el monumento a la Revolución mexicana o la Estela de Luz. Di Bona subrayó que el festival se instaló en lugares poco convencionales para la exhibición de arte y que pretende crear sitios de convivencia para todas las clases sociales, en los que el espectador pueda interactuar con las obras sin intermediarios. "El festival es un acto de integración social y recuperación del espacio público", señaló.
"En mi trabajo quise retomar motivos y colores característicos de México para que la gente hiciera una reflexión sobre su propia libertad", afirmó Teresa Mar, encargada de transformar con diapositivas análogas la fachada de Bellas Artes. La artista austriaca tituló su obra "Paradiso", una alusión al jardín de la libertad, en la que contrasta los paisajes y el estilo de vida urbanos frente a la naturaleza. Mar y Di Bona destacaron que Filux es un reto importante para los artistas y los organizadores, el de transformar espacios monumentales con pocos recursos.
"Me gusta la posibilidad de acercar estas obras a la gente, que en otras circunstancias estarían reservadas a espacios más elitistas", expuso el director del festival. La exhibición se celebrará del 10 al 13 noviembre, en un horario de seis de la tarde a once de la noche.
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