Cincuenta años después de la muerte de Franco, el golpe de estado de Tejero triunfa en el Congreso de los Diputados
El primer episodio de la serie ‘Anatomía de un instante’, sobre el 23-F, se estrena en un evento en el Parlamento con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Fátima Aburto ha celebrado hoy jueves de manera muy especial el cincuenta aniversario del 20-N, aquel día de 1975 en que murió el dictador Francisco Franco. Esta licenciada en Medicina ha vuelto una tarde fría de noviembre al Congreso de los Diputados como quien pisa su casa, porque fue senadora, primero, y diputada después —de 2004 a 2011—, por el PSOE. Aunque en esta ocasión la política socialista se ha asomado al hemiciclo como invitada de un evento especial, y del brazo de su nieta: Aburto es la madre de la productora Manuela Ocón y, por ello, la suegra del cineasta Alberto Rodríguez, director de la serie Anatomía de un instante, que en sus cuatro episodios —escritos por Fran Araujo y Rafael Cobos— adapta el libro de Javier Cercas dedicado a desentrañar lo ocurrido antes y durante el intento del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
El primer episodio se ha proyectado este jueves por la tarde en la Sala Constitucional del Congreso, con la presencia de sus creadores, varios diputados actuales, la presidenta de la cámara baja, Francina Armengol, y, sobre todo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuyo discurso ha sido meticulosamente escrutado para encontrar ecos de respuesta a la condena, horas antes, del Tribunal Supremo al fiscal general del Estado a dos años de inhabilitación por revelación de secretos. Y sí, al hablar del medio siglo desde el fallecimiento de Franco y al reflexionar sobre los 44 años de la frustrada sublevación militar, ha enhebrado un hilo hasta los acontecimientos de hoy: “La democracia es un privilegio a defender cada día de nostalgias infundadas, intereses económicos, de ataques que van cambiando su forma”, para después asegurar su “firme deseo de neutralizar esa amenaza, de defender la soberanía popular y la democracia frente a aquellos que se creen con la prerrogativa de tutelarla o de amordazarla”.
El presidente ha alabado el “monumental” libro de Cercas y la propia serie dirigida por Alberto Rodríguez, ya que ambas “cumplen una función esencial, y es ayudar a que nuestros jóvenes entiendan que la democracia en España no fue un accidente ni tampoco un automatismo histórico, sino que fue un logro colectivo, un gran logro colectivo, una conquista que corrimos el riesgo de perder, pero que defendimos con uñas y dientes”. Sánchez ha insistido: “La democracia se puede perder en un instante, como nos dice Javier Cercas, pero se construye y se preserva día a día, entre todos y entre todas. Y mantenerse firme frente a un golpe de Estado no estaba escrito en ningún guion. No era inevitable. No era seguro”.

Antes Cercas, que había prometido portarse bien, tras sus últimas críticas al presidente (“Le he hecho algunas perrerías”) recordó que los tres protagonistas de su libro (el presidente saliente Adolfo Suárez, el vicepresidente y capitán general Manuel Gutiérrez Mellado y el entonces líder del PCE Santiago Carrillo) “no habían creído en algún momento de sus vidas en la democracia”, y que ese “instante”, el ocurrido a las 18.23 de la tarde del 23 de febrero de 1981, cuando el coronel de la guardia civil Antonio Tejero entró en el hemiciclo a dar su golpe de Estado “es el mito fundacional de la democracia” por encima de otros hitos o fechas conmemorativas. Ese trío, “los tres traidores”, se negó a tirarse al suelo como les requirió Tejero. Y “al jugarse las tres la vida por la democracia” hicieron que en ese momento “naciera la democracia, acabara la Transición y finalizara la Guerra Civil”.

El escritor rememoró que “el golpe de Estado está saturada de mentiras”. “Yo mismo dediqué diez horas diarias durante cuatro años para encontrar la verdad: mi libro se creó contra la mentira. Ya lo dice el Evangelio: la verdad os hará libres, lo que significa que la mentira os hará esclavos”, apuntó con media sonrisa. A pocos metros estaba otra diputada con relación directa con la serie de Movistar Plus+, Blanca Cercas, diputada por Girona del PSC y hermana del escritor.

Hubo un escalofrío en la sala constitucional del Congreso cuando empezó la proyección del primer episodio y apareció en las tres pantallas una imagen de Antonio Tejero en el atril del hemiciclo, gritando: “Quieto todo el mundo”. David Lorente, el actor que le encarna brillantemente, estaba presente en la sala, al igual que Alvaro Morte (Adolfo Suárez), Eduard Fernández (Santiago Carrillo) y Pedro Casablanc (Teodulfo Lagunero). Faltaban, del elenco principal, Miki Esparbé (el rey Juan Carlos) y Manolo Solo, que construye desde la sutileza y de manera descomunal un doliente Gutiérrez Mellado. Por los aplausos recibidos al acabar la proyección, Tejero triunfó en el Congreso, aunque solo fuera desde la ficción y durante un rato.
Finalizado el evento, el equipo técnico y artístico y los directivos de Movistar Plus se asomaron a las gradas del hemiciclo, donde comenzaba el acto Memoria en escena, en el que varios actores recrearon discursos clave de diputados durante la Transición como Soledad Becerril, Santiago Carrillo, Enrique Tierno Galván o Miquel Roca. Allí Alberto Rodríguez, que ha grabado la serie en sus escenarios reales, saludó a Antonio Chaves, el ujier que aquel 23-F vio cómo Tejero encañonó con su pistola a Suárez. “De lo mejor de este viaje ha sido conocer a todos los trabajadores del Congreso de entonces y de ahora”, confesaba el director sevillano. Y dicho lo cual, emocionado, fotografió juntas a su suegra, a su pareja y a su hija en el hemiciclo que durante unas horas albergó uno de los latigazos postreros del franquismo.
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