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Investigadores de la Universidad de Granada afirman que el ADN de Cristóbal Colón es “compatible” con un origen judío sefardí

RTVE emite un documental que recoge 20 años de pesquisas sobre el origen del navegante y que ubica su nacimiento en el “Mediterráneo occidental”

Documental Colón ADN. Su verdadero origen
Retrato de Cristóbal Colón, de Sebastiano del Piombo.MUSEO METROPOLITANO DE ARTE DE NUEVA YORK
Vicente G. Olaya

Un estudio de la Universidad de Granada, que se inició hace más de 20 años para intentar determinar las enigmáticas raíces de Cristóbal Colón, sostiene que el descubridor de América era de origen judío sefardí, según el análisis de su ADN. El documental Colón ADN. Su verdadero origen, producido por RTVE y Story Producciones y que se emitió en la noche del sábado en La1, reconstruye las dos décadas de investigaciones del proyecto liderado por el forense José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Granada. En él se asegura que “en el ADN mitocondrial y en el cromosoma Y de su hijo Hernando Colón hay rasgos compatibles con su origen judío”. El informe ―en el que han participado expertos en historia, genética y genealogía― ubicaría su perfil genético en el Mediterráneo occidental, en concreto “en Sefarad”, nombre hebreo que designa a la península Ibérica. Según el estudio, en España durante la Edad Media vivían unos 200.000 hebreos, mientras que en la República de Génova ―el lugar más aceptado para el nacimiento del navegante― no pasaban de 15.000, al tiempo que en Sicilia habitaban unos 40.000. De estos dos últimos enclaves, fueron expulsados en el siglo XII. De España, en 1492.

La investigación ―en la que han participado laboratorios de Estados Unidos, Australia, España, Italia y México― analizó 25 posibles orígenes del almirante, entre los que destacaban Italia, Suecia, Noruega, Portugal, Francia, Inglaterra, Escocia, Hungría, Irlanda, Croacia, Galicia, Castilla, Cataluña, Valencia, Navarra y Mallorca. Finalmente, los expertos redujeron a solo ocho los candidatos a ser la posible cuna de Colón.

Las pesquisas comenzaron en 2001, cuando el historiador Marcial Castro propuso a Lorente abrir la tumba del marino en la catedral de Sevilla para comprobar si realmente se tratan de sus restos. El ADN guardado en el interior del cofre mortuorio se cotejó con el de su hijo Hernando ―también enterrado en la catedral― y con el de su hermano Diego, inhumado en la Cartuja hispalense. De ambos se tenía constancia plena de que los huesos eran suyos. En 2005, aunque los resultados fueron positivos, se abandonó el proyecto porque la tecnología de ADN no estaba suficientemente desarrollada y se requería destruir abundante materia ósea para alcanzar conclusiones definitivas.

En la investigación ha participado laboratorios de Estados Unidos, Australia, España, Italia y México”

La investigación se retomó en 2020, cuando el desarrollo de la técnica genética estaba más avanzado y se podían obtener resultados más concluyentes. El documental Colón ADN. Su verdadero origen, dirigido por Regis Francisco López, detalla todo el proceso que se ha seguido en los últimos años para llegar a la conclusión de un Colón judío converso. La cinta, que intercala situaciones de suspense con datos científicos, va descartando una a una a las regiones o países candidatos hasta dejar un único ganador.

Los expertos analizaron 25 posibles lugares de origen y seleccionaron ocho”

La primera sorpresa fue descubrir que Diego Colón (1468-1515), supuesto hermano menor del almirante y gobernador de la isla La Española, era en realidad un pariente en “quinto o sexto grado”, lo que lo convertía en primo segundo o tercero de Cristóbal, no en tío de Hernando como se creía hasta ahora. Estos análisis fueron realizados por las universidades de California y Adelaida (Estados Unidos). En cambio, la relación paterno-filial entre Cristóbal Colón y su hijo Hernando quedó confirmada plenamente.

El forense José Antonio Lorente muestra restos exhumados durante la investigación.
El forense José Antonio Lorente muestra restos exhumados durante la investigación.RTVE

Los especialistas cuentan que procedieron ―ya con el que sería ADN confirmado de los tres colones― a cotejar su huella genética con la de sus supuestos parientes en los ocho lugares seleccionados. La primera de las ciudades elegidas fue Génova, en Italia, donde la bibliografía sitúa la cuna del navegante. Sin embargo, en esta ciudad no existe tumba del descubridor ni se conoce ningún descendiente o ascendiente directo. En España sí, la familia Colón de Carvajal, uno de cuyos miembros participa en el documental emitido en TVE. Por eso, los expertos realizaron pruebas genéticas a distintas personas apellidadas Colón en el área de Génova, aunque en el filme de Regis Francisco López no se revela su número. Los resultados, se cuenta, fueron negativos: su perfil no coincidía con el ADN de las tumbas sevillanas.

En el documental se sostiene además que Colón (Columbus, Colombo) es el apellido que se daba en Italia a los niños abandonados en orfanatos, conventos o casas de acogida, algo parecido a lo que ocurría en España con los Expósito. Por lo tanto, siempre según los investigadores, esto explica que los Colón actuales de Génova no estén emparentados con el navegante. A este hecho, se une que el descubridor de América nunca escribió en italiano o en genovés, ni empleó giros de estas lenguas. Además, cuando enviaba cartas a Italia, las redactaba en castellano. “Algo muy extraño y significativo. Secuencias en negro de su origen”, se señala en la pieza emitida por TVE. “Estaba claro que había un hecho clave en su vida que quería ocultar”, sostiene Lorente.

El resto de los cuerpos analizados por los investigadores ―princesa Leonor de Aviz (Portugal), Juan de Colón (Poio, Pontevedra), Aldonza de Mendoza (Espinosa de Henares, Guadalajara) o don Tello de Castilla (Palencia)― tampoco coincidían con el ADN familiar, lo que dejaba presuntamente una única posibilidad, la que defendía Francesc Albardaner, expresidente del Centro de Estudios Colombinos de Barcelona: Colón era un judío sefardí que se hacía pasar por cristiano para evitar a la Inquisición.

El documental sostiene que los actuales Colón de Génova no está relacionados genéticamente con el navegante”

La coincidencia en los resultados de los análisis en todos los laboratorios, según los investigadores, dio la razón a Albardaner: el ADN mitocondrial y el cromosoma Y de Hernando Colón “son compatibles” con un origen judío. Los expertos sostienen que esta fue la llave que le permitió acercarse a los Reyes Católicos. El judío converso valenciano Luis Santángel, prestamista de Fernando el Católico y escribano de razón (una especie de ministro de Finanzas), le abrió las puertas hasta Isabel I. Colón le presentó su proyecto, y tras años de espera, la reina aceptó. La Real Academia de la Historia describe así lo ocurrido: “Tanto la amistad personal de Santángel, como su apoyo político y financiero no le faltaron a Cristóbal Colón. En sociedad con Francisco Pinelo [genovés] concedió al visionario navegante un préstamo por importe de 1.140.000 maravedís, al módico interés del 1,5 por ciento, un tercio del vigente en los censos otorgados por los organismos de la Administración del Reino, cargando dicha cantidad en las cuentas generales de la Cruzada y el Subsidio”.

Analysis of Columbus' DNA, in an image from an RTVE documentary.
Análisis del ADN de Colón, en una imagen del documental 'Colón ADN. Su verdadero origen', de RTVE.RTVE

Albardaner recuerda que todos los historiadores italianos que defienden el origen genovés de Colón “han escrito negro sobre blanco” que no era judío. “Toda la teoría sobre Colón genovés entra en crisis si se acepta que Colón es judío. Y esto [último] es imposible [en Italia], porque fueron expulsados de Génova en el siglo XII, y no había ni comunidad, ni personas, ni sinagoga ni nada de nada. Solo podían permanecer tres días y luego se tenían que marchar”.

El ADN puede señalar de dónde procede una persona desde el punto de vista étnico, pero no dónde nació”

El documental sostiene que, sin embargo, la teoría de un Colón hebreo “da respuesta a todos los interrogantes que tienen que ver con su vida. ¿Por qué escribía en castellano y sin un ápice de italiano en sus escritos? Los judíos sefardíes hablaban las lenguas de la península Ibérica, por lo que Colón aprendió el castellano en casa”. El marino, se afirma con rotundidad en la cinta, era “judío de raza, de religión, de nación y, sobre todo, de corazón, porque este hombre rezuma judaísmo en sus escritos”.

Fuentes forenses consultadas por este periódico explican que el “ADN puede señalar de dónde es una persona desde el punto de vista étnico y geográfico, pero no dónde nació realmente”. Y ponen como ejemplo el caso de un emigrante español que tenga un hijo en Alemania. “Se puede determinar que su genética es española, pero no que haya nacido en Berlín; es decir, que sea berlinés”. Por lo tanto, en el caso de Colón, podría ser un judío de cualquier parte emigrado a España. O no.

Según el reportaje televisivo, Colón ocultó su origen porque en ese momento los judíos estaban sufriendo la persecución más grande desde que se habían asentado en la península Ibérica, lo que los obligó a marchar a algunos a Portugal, lugar donde vivió varios años el descubridor. (La posibilidad de que Colón fuese el pirata portugués Pedro Ataide también se descartó genéticamente). Allí, el navegante ofreció sin éxito el proyecto al rey Juan II. “Colón toda su vida tuvo que aparentar que era cristiano católico, apostólico y romano. Si hubiese cometido un error, habría acabado en una pira en un auto de fe, aunque estaba protegido por los Reyes Católicos, con lo que la Inquisición le respetaba”, dice el programa.

El ADN analizado, según estos investigadores, indica que nació “en el Mediterráneo occidental”. La falta de rasgos italianos a la hora de escribir, reducen las posibilidades de su nacimiento al arco mediterráneo español o a las Islas Baleares. “A partir de aquí, ante los datos objetivos, tendrán que ser otros los que investiguen y hagan borrón y cuenta nueva o decidan pasar de página”, concluye Lorente. Los investigadores de la Universidad de Granada esperan que su trabajo se acepte en alguna revista científica de renombre para dar a conocer los datos técnicos, información que no aparece en este documental destinado al gran público.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.
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