El dolor de las madres coraje acecha a María León en ‘El hijo zurdo’

Cuando la actriz María León (Sevilla, 38 años) se sentó por primera vez a ver el montaje final de El hijo zurdo, salió sin decir nada. Pasaron 48 horas hasta que pudo reaccionar. “Me empecé a preocupar, habían pasado dos días y no sabía nada de ella”, confiesa Rafael Cobos, creador, guionista y debutante en la dirección de esta serie que estrena Movistar Plus+ el próximo jueves 27 de abril y que llega a las pantallas ya bautizada como mejor serie en formato corto, después de su paso por Canneseries, “probablemente el mejor festival de esta categoría del mundo”, reconoce Cobos entre el rubor.

“Fue como ver un videoclip de todo el proceso emocional que había vivido con Lola, el personaje, y tuve que tener dos días para despegarme de eso, para asimilar la serie como una espectadora”, recuerda la actriz, que recibe a EL PAÍS de regreso a Sevilla junto a Rafael Cobos, aún con la resaca emocional de lo vivido en Cannes. “Ha sido mágico, antes de conocer el premio, a María la paraban las actrices de otras series por la calle para felicitarla por su trabajo”, rememora orgulloso el director.

El personaje que ha “regalado” Rafael Cobos a María León en El hijo zurdo está afilado por multitud de aristas: una madre temprana, encerrada en la jaula de oro de la alta burguesía sevillana a la que siente no pertenecer, pero también asfixiada en su propio exilio interior, que asiste a la deriva de su hijo menor, Lorenzo, hacia las oscuridades de un grupo radical. La lucha contenida, de una desesperación sin histrionismo, por alejarlo de ese abismo marca la acción de este trabajo audiovisual.

No obstante, la actriz sevillana comparte cartel en esta serie con un reparto “que ha andado por sí solo”, apunta Cobos en referencia al hijo extraviado, encarnado por Hugo Welzel; así como al resto de sus personajes principales: Maru (Tamara Casellas), una madre en la misma situación de Lola que, sin embargo, pelea por llegar a fin de mes como limpiadora en un polígono industrial, en una evidente lucha de clases; Rodrigo (Alberto Ruano), marido de la protagonista, incapaz de ver más allá de sí mismo; o la joven actriz Numa Paredes, que en un símil evangélico interpreta a la hija buena que se rebela ante las constantes atenciones con el pródigo.

“La historia pedía que se pudiera coralizar, pero siempre alrededor de María, sobre la que pivota toda la serie”, matiza Cobos. “Tanto es así que muchas veces estamos contemplando secuencias donde todo lo que ocurre más allá de ella, o del impacto dramático que tiene sobre ella, no nos interesa. Sabemos que los personajes se están moviendo alrededor, los estamos escuchando, pero parecen extra escénicos: la intención es que a través de los ojos de María conociéramos el resto de dimensiones que tiene la serie. Todo eso ha hecho mucho más complejo su trabajo y la hace responsable, en buena medida, de que la serie fuera bien o fuera mal”, explica el director.

Esta carga de responsabilidad la soporta la actriz sevillana con una sorprendente naturalidad, aunque es consciente de que “algo de todo este proceso, de mi aprendizaje con Lola, va a estar ya para siempre conmigo en mis futuros trabajos, ha cambiado mi forma de enfrentarme a un personaje”, sostiene.

Junto al reparto de El hijo zurdo, “ayuda a entender toda esa carga emocional” el propio formato —seis capítulos de poco más de 20 minutos de duración en los que no hay respiro— al que Cobos ha querido imprimirle el tono de un thriller. “Ha sido muy valiente por parte de Rafa hacer una reflexión tan profunda con un ritmo tan vibrante. Ha asumido muchos riesgos y ahí está la diferencia, el sello Rafa Cobos”, elogia la actriz al creador sevillano: “Es muy punki”. El cineasta lo reconoce: “El trabajo ha sido como inyectar las herramientas de un thriller dentro de un drama humano. Hay un giro detrás de otro, pero siempre desde la emoción, los conflictos que están viviendo esos personajes es la acción”.

Ayuda en el tono y el ritmo de esta película trepidante la poderosísima banda sonora firmada por el compositor, también sevillano, Julio de la Rosa, por la que desfilan algunos de los mejores artistas nacionales de la escena independiente, como Bronquio, Nita, Rocío Márquez o Dalia, que aportan una capa narrativa más a la historia: “La serie pesa tanto, es tan grave, que con una banda sonora al uso se hubiera hecho bola. Teníamos claro que la música tenía que ser disruptiva, que cada capítulo empezara con un tema diferente que fuera, ya de entrada, un golpe para el espectador”, explica Cobos.

El hijo zurdo, basada en la novela homónima de Rosario Izquierdo, ha sido la única producción española presentada a Canneseries, y competía contra otras nueve en la categoría de serie corta. No obstante, a pesar del exitoso paso por el festival, Cobos reconoce haber vuelto aún “muy vírgenes”: “Regresamos con un premio, que ya es mucho, pero todavía tenemos que arrancar y contar con el espectador”.

Cobos firma en El hijo zurdo su segundo trabajo para Movistar Plus+ tras La peste, serie creada junto a Alberto Rodríguez, pareja inseparable desde que ambos firmaran la película Siete vírgenes en 2005, película por la que recibió su primera nominación a mejor guion original. Ganador de dos Premios Goya (La isla mínima en 2014 y El hombre de las mil caras en 2016), el sevillano ha afrontado este nuevo rol en la lista de créditos con la tranquilidad de “haber participado siempre de todo el proceso en las películas en las que he intervenido”. “Venía fogueado”, bromea.

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