¿El fin de los maratones de series?
‘Veneno’ o ‘Patria’ se han beneficiado de la emisión semanal en un momento en el que las plataformas empiezan a experimentar con este tipo de difusión frente a las temporadas completas de golpe
En estas semanas, los seriéfilos españoles disfrutan de domingos mágicos. Patria y Veneno, dos de las mejores series del año (qué maravilla de año este para la ficción televisiva española) estrenan nuevo capítulo los domingos. Y cada semana, las redes se llenan de comentarios celebrándolas. Sin duda, la experiencia semanal ha beneficiado a unos títulos que, de haber estado disponibles completos en el día de su estreno, a estas alturas ya habríamos dejado de hablar de ellas o, al menos, habrían perdido mucha presencia en la conversación y en los medios. Es necesaria una semana para reponerse de sus capítulos y para digerirlos. Las historias de Cristina Ortiz o de Bittori y Miren metidas en vena en modo maratón serían incluso indigestas de lo duras que son.
El dilema entre el estreno de las temporadas completas a la vez o el lanzamiento semana a semana viene de lejos. Netflix revolucionó la distribución y el consumo de ficción y entretenimiento cuando decidió que con sus producciones originales iba a reproducir la forma en la que los espectadores veían series en DVD. Al fin y al cabo, el negocio de los DVD era el suyo antes de que se lanzaran al streaming. Cuando comenzaron con la producción propia, según ese volumen creció, han perfeccionado un modelo que favorece devorar en pocas horas, compulsivamente, y pasar a otra cosa, y para ello las temporadas completas era el método perfecto. Sin embargo, en los últimos tiempos hasta la propia Netflix ha empezado a experimentar con otras formas de distribución del contenido, y algunos de sus realities y talk shows se han lanzado a lo largo de varias semanas.
En España, Movistar + quiso replicar un modelo que daba al espectador el control sobre cómo organizar el visionado de sus series y ha estrenado sus producciones poniendo a disposición del usuario la temporada completa. Sin embargo, los últimos estrenos dejan entrever que están reconduciendo el tiro: la tercera temporada de Mira lo que has hecho se lanzó a razón de dos capítulos semanales, mismo sistema que utilizarán para la comedia Nasdrovia a partir del 6 de noviembre. Dime quién soy, ambiciosa producción basada en la novela de Julia Navarro que estrenan el 4 de noviembre, llegará con dos episodios en su lanzamiento y un nuevo capítulo cada semana. Quizá en sus despachos han hecho la reflexión de que, posiblemente, a series como La Unidad o Antidisturbios, con un alto componente adictivo, les podría haber convenido un estreno semanal que dejara al espectador con ganas de más para regresar siete días después a la vez que el boca a boca fuera haciendo su trabajo.
Un lanzamiento más dosificado es por el que han apostado algunas de las últimas plataformas en llegar al panorama televisivo. Apple TV+ y Disney+, por ejemplo, han optado por lanzamientos con tres episodios de arranque para seguir con capítulos semanales en la mayoría de sus originales. Son plataformas que tienen menos cantidad de producción propia exclusiva y necesitan retener a los usuarios con lo que tienen.
Amazon Prime Video también replicó el modelo de Netflix de lanzamiento de una sola vez, pero esa regla se la ha saltado con la segunda temporada de The Boys, y parece que el cambio de estrategia les ha funcionado bastante bien. Aun así, Eric Kripke, máximo responsable de la serie, quiso salir al paso de las quejas de algunos fans que reclamaban su temporada completa del tirón. Aclaró que la decisión de lanzar los episodios de forma semanal fue puramente creativa. “Mucha gente [en Amazon] fue reacia porque era una idea nueva, o porque no lo hacen normalmente. Pero así lo queríamos y Amazon terminó aceptando darle una oportunidad”. Quizá después de este experimento repitan con alguna serie más.
Amy Sherman-Palladino, creadora de La maravillosa señora Maisel (precisamente de Amazon), se ha manifestado en varias ocasiones a favor de la emisión semanal. “No me gustan los maratones. Creo que la razón por la que a la gente le encanta Juego de tronos y series así es porque construyes una relación con esas series”, decía en un reportaje en Los Angeles Times el año pasado.
En tiempos de necesidad de gratificación instantánea, el peligro de la emisión semana a semana es que la gente se canse de esperar. O se vayan y vuelvan cuando la serie que les interesa esté completa. Sin embargo, los estrenos que potencian los maratones también tienen su contrapartida, como la ansiedad que genera esa aparente carrera por ver rápido una serie para evitar los spoilers o la pérdida de la experiencia compartida de comentar semana a semana lo ocurrido en un capítulo y dejar que la incertidumbre y las expectativas crezcan en ti. Hay estudios científicos que muestran que las series que se ven en maratón no permanecen tanto en nuestra memoria como las que se ven poco a poco. Y, como decíamos antes, la conversación en torno a ella se diluye muy rápido. Un ejemplo, en la primera semana después del estreno de la última temporadas hasta el momento de Stranger Things se enviaron 8,2 millones de tuits sobre la serie. Cuatro semanas después, ese ruido había caído más de un 90%. Si los ocho episodios se hubieran lanzado semana a semana, esa conversación se habría mantenido en el tiempo al estar en emisión ocho semanas. ¿Alguien cree que si Juego de tronos se hubiera estrenado en maratón habría alcanzado la dimensión que logró como fenómeno social?
Los tiempos cambian, los usuarios cambian, y las plataformas se adaptan a esos tiempos y a sus usuarios. Lo que está dejando claro la guerra de las plataformas es que no hay una fórmula secreta para el éxito y que quizá lo que ayer estaba bien, hoy ya no está tan bien. Be water, my friend.
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