La señora Maisel se crece en un mundo de hombres
La comedia de Amazon ganadora del Emmy y el Globo de Oro estrena su segunda temporada
"Los hashtags y discursos sobre la necesidad de tener directoras y guionistas son maravillosos, aunque al final todo se resume en una cuestión de dinero. Cuando las series de Shonda Rhimes o Amy Sherman-Palladino hacen dinero, les dejan crear más historias de mujeres. Y abren oportunidades a otras". La actriz Alex Borstein lleva décadas en el negocio del entretenimiento y tiene suficientes éxitos y fracasos como para no callarse. Guionista, dobladora, monologuista... Y ahora por fin reconocida por su carismática secundaria de The Marvelous Mrs. Maisel, comedia que con su primera temporada ganó el Emmy y el Globo de Oro (como su protagonista, Rachel Brosnahan), con un argumento que reconoce: una mujer de los años cincuenta da un vuelco a su vida subiéndose al escenario para dedicarse al humor, terreno entonces vedado para ellas.
La entrega inicial llegó en noviembre de 2017 a Amazon Prime Video como una serie pequeña. Pero, con el estreno este miércoles de la segunda tanda de capítulos ya juega en otra liga. Es el título más laureado de la familia de Jeff Bezos, uno cuyo estreno coincidió con la explosión del movimiento Me Too y la reclamación de más roles para mujeres en ficción. No podía estar más al día. La creadora Sherman-Palladino, responsable de Las chicas Gilmore, dice que tuvo suerte: "Siempre hemos contado estas historias optimistas. Llevamos cientos de años trabajando. A veces funciona. Salvo por las fabulosas ropas y extravagantes abrigos, 2018 presenta las mismas luchas. Midge Maisel seguiría siendo hoy un unicornio, una mujer que no tapa sus fallos y pelea por su hueco. Por eso un espectador joven no piensa que es su abuela. Dentro de 20 años, la lucha seguirá".
El elenco se ha desplazado a Milán, donde EL PAÍS acude invitado por Amazon, para hacer su gran estreno europeo y mostrar ese poderío que este año lleva a sus protagonistas incluso a pasear por París. "Lo bueno de Amazon es que pides viajar y lo pagan. Eso no nos pasaba en abierto", cuenta con su habitual sorna la escritora y directora, ataviada siempre con un vistoso gorro. Su marido Daniel Palladino, inseparable cómplice, lo explica: "Nuestra protagonista va a lanzarse a la carretera y a viajar. Se multiplicarán los destinos porque Midge es del mundo".
Entre gestos de cariño y bromas internas, ella siempre dispuesta a callar a quien haga falta, y él más apocado, es difícil saber dónde acaba el discurso de uno y empieza el otro. Él abre la botella de agua de ella; ella hace bromas internas sobre su suegra. "Estamos aburridos el uno del otro. Solo hablamos frente a la prensa y a través de nuestra publicista Tiffany", bromean. Su interacción deja clara la inspiración para los diálogos veloces y plagados de referencias de sus personajes: "La gente en la vida tiene prisa por llegar a los sitios, así que habla más rápido. Buscamos eso. Es una coreografía imposible de improvisar y somos dictadores", subraya Sherman-Palladino.
Esa cadencia es la que utilizan para hacer natural la inesperada amistad de la protagonista con su representante, interpretada por Bornstein. Un juego de personajes opuestos que, para sus creadores, es el alma de la serie. Así se complementan también en la vida real. La elegante Rachel Brosnahan, protagonista desatada en la ficción cuando sube a escena, tiene estudiado su discurso tras su imagen de estrella perfecta, mientras que Borstein, criada en la mesa de guionistas mayoritariamente masculina de Padre de familia (donde pone voz además a Lois), se lanza a traducir una y otra vez "polla dura" al italiano. La primera se ha quedado en su hotel en Italia, pero la segunda, que vive en Barcelona, lleva días visitando y comiendo todo lo que puede. "Esta amistad es sencilla. No nos obligan a hablar solo de hombres. Es una relación más real, donde dices a una amiga 'que te jodan', 'hazlo mejor', 'deja de comportarte así por un hombre'... Lo entendemos mejor. Esa intimidad es difícil de ver", explican.
"La esencia de la serie es que las mujeres se unen porque solo pueden conseguir el objetivo así. Un mundo donde no tienen que estar buenas ni gustar a los hombres, pueden cometer errores", explica Sherman-Palladino: "Para llegar al cambio tenemos que romper la cábala de señores que dirigen el poder y el dinero. Hasta que las mujeres no podamos dirigir las decisiones, nada cambia", remata.
La revolución francesa
La temporada empieza con la madre de la protagonista, hasta ahora familiar y sumisa, huyendo a París para reencontrarse. "Te he echado de menos, mamá", dice su hija. "Yo también me he echado de menos", replica la madre. Para la actriz Marin Hinkle esta interacción define esa creencia de los hijos de que sus padres no existían antes que ellos: "Recuerdo a mi madre diciendo lo agobiada que estaba por trabajar para sacarnos adelante. Yo no me creía su sacrificio. Mi personaje hasta este momento estaba controlando desde arriba. Ahora tiene que cuidarse ella".
Si la primera temporada se centró en la liberación de Midge Maisel, ahora es el momento de que los secundarios se desmelenen y busquen su voz. "Rompen con el arquetipo predefinido y buscan su camino. Todo sucede antes de entrar en una década de cambio cultural como los sesenta", observa Tony Shalhoub, que interpreta al padre de la protagonista y que durante ocho años interpretó al protagonista de Monk: "Lo que normalmente quieren en televisión es que repitas una y otra vez tu protagonista. Eso limita y te aburre como actor. Aquí evolucionamos y nos sorprenden los personajes".
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