Qué significa la llegada de Elon Musk a Twitter para las redes sociales en crisis
El excéntrico cofundador de Tesla y SpaceX aterriza en un sector en busca de identidad: “Será una plaza común digital importante para el futuro de la civilización”
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Elon Musk cargó con un lavabo para anunciar su llegada el miércoles a la sede de Twitter en San Francisco: “Dejad que penetre” (o “let that sink in” en inglés), era el texto que acompañaba al vídeo. Sink es lavabo, de ahí el juego de palabras del vídeo, y es una expresión que tiene cierta categoría de meme. El lavabo de Musk revela sus intenciones: ¿quién se gasta 44.000 millones de dólares en algo e interpreta un meme absurdo para confirmarlo? Probablemente solo Musk.
Su bio de Twitter ahora es “chief twit”, que combina la palabra “jefe” con otra que aparte de implicar “Twitter” en inglés puede significar “tonto”; la palabra para tuit es “tweet”.
Sus gestos tienen al menos tres lecturas: sus ideas y acciones no son las habituales en un millonario, su comprensión del lenguaje de los usuarios de la red es refinada y la opinión de los demás le da igual. Musk decidió comprar Twitter en abril, en mayo se echó atrás, y ahora antes de llegar a juicio vuelve a asumir su decisión final.
Estas son algunas de las implicaciones de su irrupción para el sector de las redes, que lleva unas semanas lleno de dudas sobre su futuro. Meta, la empresa propietaria de Facebook e Instagram, acaba de presentar pérdidas de nuevo en su largo camino hacia el metaverso y su batalla con TikTok. YouTube ganó menos de lo esperado, quizá debido al anuncio de añadir publicidad de Netflix. Snapchat presentó esta semana su crecimiento más lento debido al parón publicitario. TikTok es la teórica campeona de esta batalla, pero está a dos escándalos de seguridad de que el Gobierno de EE UU la limite o la prohíba con acusaciones de ser un arma de espionaje masivo del Gobierno de China, donde la red social tiene a su empresa madre, ByteDance.
Este panorama decadente es en el que aterriza Musk presuntamente cargado de ideas y energía. ¿Qué intentará cambiar?
1. Twitter sufre como todas
Al materializarse la compra de la firma, la red social saldrá de Bolsa y se ahorrará los anuncios públicos trimestrales. Hasta ahora, sus ingresos han sido escasos. Esta semana Reuters ha publicado una investigación interna que lamenta el cansancio de sus usuarios más activos y la caída de los mejores temas.
El 90% de contenido lo crea un 10% de usuarios. Esto es algo habitual en todas las redes. Los usuarios más animados, según el informe interno, entran en Twitter casi cada día y tuitean tres o cuatro veces por semana. Este grupo está “en declive absoluto”. Los temas principales han pasado a ser criptomonedas y pornografía, en lugar de otros más atractivos para anunciantes: deportes, información y entretenimiento.
2. La libertad de expresión, por encima de todo
El consenso más repetido es que Donald Trump volverá a Twitter una vez que Musk tome el control. “Sería magnífico que se relajaran las suspensiones permanentes, excepto para las cuentas de spam y quienes abogan por la violencia explícita”, escribió Musk al hasta ahora jefe ejecutivo de Twitter, Parag Agrawal, en mensajes privados revelados por los tribunales. “Twitter debería moverse hacia el centro”, añadió.
El regreso de Trump tiene pinta de ser el primer gran gesto de Musk. ¿Pero quién más volverá? ¿Cómo será la nueva política de moderación de Musk? La crítica habitual que el empresario recibe es que no tiene ni idea de lo complicado que es gestionar acoso, insultos y amenazas en una red social tan pública y llena de periodistas como Twitter. Pero igual sorprende.
3. No hay alternativa
A pesar de las críticas progres que recibe, Musk tiene una carta a su favor: quien se ha acostumbrado a visitar Twitter no tiene alternativa. No hay dónde ir para ver un servicio parecido. Mastodon es compleja y minoritaria. Parler y Truth Social son para conservadores. TikTok e Instagram no son para informarse. Facebook no es para última hora.
Quizá haya algún grupo que acabe entrando menos o buscando otras rutinas, pero no les será fácil. Si un día Twitter muere, será de muerte lenta. Por pocas ideas que Musk tenga, posee margen para atraer a nuevos usuarios sin perder a los habituales.
4. Los amados anunciantes
El jueves, Musk publicó un tuit con un larguísimo texto destinado a los “queridos anunciantes de Twitter”. Musk tiene mucho dinero, pero echar a perder una parte sustancial de su fortuna no es algo que ni siquiera un millonario quiera hacer. Twitter debe dar dinero.
Dear Twitter Advertisers pic.twitter.com/GMwHmInPAS
— Elon Musk (@elonmusk) October 27, 2022
En el texto, Musk promete que hará de la red social un lugar “cálido y agradable para todos” y no “un pozo infernal donde todo puede decirse sin consecuencias”. En ese lugar simpático, “que será una plaza común digital importante para el futuro de la civilización”, y donde no dominarán los extremistas, los anunciantes deben ver la “plataforma para anunciarse más respetada”.
5. ¿Qué es una ‘superapp’?
Otro gran sueño de Musk es convertir Twitter en una superapp. La gran aspiración es parecerse a la china WeChat, que incluye red social, mensajes y pagos. Aunque si en países occidentales no ha cuajado, por algo será.
En los mensajes privados, Musk soñaba con una red con micropagos por tuit basada en blockchain, sobre todo para aniquilar bots, pero él mismo admitía que no era viable técnicamente. Es su sueño más lejano.
6. Hay ‘apps’ nuevas
Un nuevo sondeo de Pew Research revela que TikTok es la app que más crece como buscador de noticias, sobre todo entre menores de 30 años. También crece algo Instagram. Todas las demás caen: el porcentaje de usuarios de Twitter que busca noticias en la plataforma pasó del 59% en 2020 al 53% este año; en Facebook cayó del 54% al 44%.
BeReal, que permite colgar fotos una sola vez al día, o Gas, que sirve para elogiar aptitudes de colegas del instituto, son apps que acaban de salir.
El sector de las redes no está por tanto detenido en un paraíso regado por millones de euros. Hay movimiento, novedades y caídas. Entre esos cambios, las apuestas de Musk pueden revitalizar una ballena amuermada como Twitter.
7. Los peligros geopolíticos
Un gran problema de Musk es la dependencia de sus otras empresas de países complicados. El gran ejemplo es China. Tesla depende del territorio asiático. Musk ya ha defendido que Taiwán sea algo parecido a parte de China. Igual que ha abogado por que el este de Ucrania sea Rusia. Cuando estos gobiernos le presionen por determinados tuits, está por ver cómo defenderá la libertad de expresión hasta el final.
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