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Un cofundador de Facebook pide que los reguladores dividan la compañía porque tiene demasiado poder

Chris Hughes argumenta en un artículo en 'The New York Times' que Mark Zuckerberg tiene más poder "que cualquier persona en el sector privado o en el Gobierno"

Pablo Ximénez de Sandoval
Los iconos de Facebook, Messenger e Instagram, tres de las redes de Facebook.
Los iconos de Facebook, Messenger e Instagram, tres de las redes de Facebook.AP

Ha llegado la hora de dividir Facebook. Su presidente ejecutivo, Mark Zuckerberg, tiene demasiado poder, “más que cualquier persona en el sector privado o en el Gobierno”, de Estados Unidos. Lo dice Chris Hughes, uno de los cuatro compañeros de estudios de Zuckerberg que fundaron con él la empresa. Hughes publicó este jueves un artículo pidiendo que las autoridades partan la compañía en tres y atizó un debate que es parte de la conversación en torno al poder de las grandes tecnológicas desde que se reveló hace dos años hasta qué punto la red social puede ser utilizada como una arma de propaganda tóxica. Hughes propone que la compañía sea partida al menos en tres: Facebook, Instagram y Whatsapp.

“Hace 15 años que cofundé Facebook en Harvard y no he trabajado en la compañía desde hace una década. Pero tengo un sentimiento de enfado y responsabilidad”, dice Hughes en un artículo titulado Ha llegado la hora de dividir Facebook y publicado en The New York Times.

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Hughes dice en su artículo que Zuckerberg “es humano”. No lo presenta como alguien malévolo. “Pero su humanidad es precisamente lo que hace que sea tan problemático que tenga un poder sin control”, afirma. Zuckerberg controla el 60% de las acciones con derecho a voto de la compañía y la gente que está a su alrededor, dice Hughes, apenas sirve como control. Él solo puede decidir qué ven cada día más de mil millones de personas en Facebook o en Instagram.

“Mark es una buena persona”, dice Hughes. “Pero me irrita que su fijación con el crecimiento le haya llevado a sacrificar seguridad y civismo a cambio de clics. Estoy decepcionado conmigo mismo y con el equipo de Facebook de los primeros tiempos por no pensar más en cómo el algoritmo del chorro de noticias (news feed) podía cambiar nuestra cultura, influir en elecciones y empoderar a líderes nacionalistas. Y me preocupa que Mark se ha rodeado de un equipo que refuerza sus creencias en vez de contestarlas”.

“El Gobierno debe pedir responsabilidades” a Mark Zuckerberg, continúa el artículo. Hughes argumenta que el poder del CEO de Facebook es “antiamericano”. Estados Unidos “se construyó sobre la idea de que el poder no debía estar concentrado en una sola persona, porque todos cometemos errores. Por eso los fundadores crearon un sistema de contrapesos. No necesitaban adivinar el surgimiento de Facebook para entender la amenaza que suponen compañías gigantescas para la democracia”.

Hughes pone ejemplos de otras industrias de crecimiento rápido a lo largo de la historia en las que el Gobierno intervino para dividir las compañías que acabaron en una posición dominante, como la partición de la petrolera Standard Oil o la telefónica ATT.

Facebook fue lanzado por un grupo de amigos en 2004 en un dormitorio de Harvard para poner en contacto a estudiantes. 15 años después, su plataforma principal la utilizan 2.300 millones de personas al mes. Por el camino ha comprado otras redes de comunicación. La aplicación de mensajería Whatsapp la utilizan 1.600 millones de personas; la aplicación Messenger, 1.300 millones; su última gran adquisición, Instagram, 1.000 millones de personas. Facebook posee los datos de todas las interacciones de todos esos usuarios.

“El aspecto más problemático del poder de Facebook es el control unilateral que tiene Mark sobre el discurso. No hay precedente de esta capacidad para vigilar, organizar e incluso censurar las conversaciones de 2.000 millones de personas”, escribe Hughes.

Tras el impacto de la publicación del artículo, Facebook rechazó los argumentos de Hughes y la petición pública de que la compañía sea dividida. “Facebook acepta que con el éxito viene una responsabilidad. Pero no se aplica la responsabilidad pidiendo la partición de una compañía americana de éxito”, dijo la empresa en un comunicado firmado por su portavoz, Nick Clegg, y citado por Reuters. “La exigencia de responsabilidades a las compañías tecnológicas solo se puede hacer a través de la difícil introducción de nuevas reglas para Internet. Eso es exactamente lo que ha pedido Mark Zuckerberg”.

La influencia de Facebook en la conversación nacional de Estados Unidos y del mundo quedó patente durante las elecciones presidenciales de 2016 y la campaña del Brexit. Meses después se descubrió hasta qué punto el news feed había sido utilizado como arma de desinformación. Aparte, se descubrió que Facebook había otorgado los datos de millones de personas a una consultora política, Cambridge Analytica. La compañía también se enfrenta a una multa que se espera de unos 5.000 millones de dólares por no cumplir las normas de privacidad. Varios directivos se han ido de Facebook desde entonces, aparte de los fundadores de Whatsapp y de Instagram.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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