El conservador Merz se prepara para ser canciller con una extrema derecha más fuerte que nunca en la Alemania moderna
El líder democristiano hablará con “los posibles socios” de gobierno a la espera de ver si le bastará con los socialdemócratas, que han sufrido su peor revés electoral, o si también necesitará a Los Verdes
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Alemania ha dado este domingo un mandato claro al democristiano Friedrich Merz para que forme Gobierno y sea el próximo canciller federal. Con quién podrá gobernar tras el complejo resultado de estos comicios es una incógnita. Y, si logra negociar una coalición que le dé una mayoría parlamentaria, lidiará con una situación insólita en su país: un partido de extrema derecha más fuerte que nunca desde la II Guerra Mundial y que emerge como segunda fuerza parlamentaria y primera en la oposición.
Según la última proyección de la cadena pública ARD, la Unión Democristiana / Unión Socialcristiana bávara (CDU/CSU) de Merz ha obtenido un 28,5% de votos, seguida de la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) con un 20,6%, casi el doble que en las elecciones de 2021. En tercera posición ha quedado, con un 16,5%, el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz, que abandonará el cargo antes de agotar la legislatura —las elecciones fueron adelantadas— y se convertirá en el jefe de Gobierno más breve desde Kurt-Georg Kiesinger en los años sesenta. Los Verdes son cuartos con casi un 12%. Y La Izquierda obtiene un 8,7%. La participación ha sido de un 84%, la mayor desde la reunificación alemana en 1990.
Todo dependerá, a la hora de calcular las posibles coaliciones, de si en el Bundestag entran solo estas cinco formaciones o también entra el nuevo partido de izquierdas Alianza Sahra Wagenkencht (BSW), que, según las proyecciones, roza el umbral del 5% que permite entrar en el Bundestag. Con cinco partidos, los democristianos alcanzarían una mayoría absoluta y podrían reeditar la gran coalición, como las que gobernaron bajo la democristiana Angela Merkel, aunque con ambas fuerzas más debilitadas. Con seis, Merz debería aliarse con un tercer partido, probablemente Los Verdes, y esto complicaría sumamente las negociaciones y el calendario para que Alemania tuviese un Gobierno sólido y efectivo.
“Vamos a hablar con los posibles socios para formar un Gobierno tan pronto como sea posible”, declaró Merz en una abarrotada Konrad-Adenauer-Haus, sede de la CDU, en Berlín. El ambiente intentaba ser festivo, pese a que el resultado está por debajo de lo que esperaban los democristianos y complicará la coalición. “El mundo no espera por nosotros. Y tampoco espera largas conversaciones y negociaciones de coalición”, añadió el vencedor de los comicios.
Alice Weidel, candidata de AfD, anunció su disposición a participar en la formación de un Gobierno para cumplir lo que denominó “la voluntad del pueblo, la voluntad de Alemania”. Pero su oferta no tiene ninguna posibilidad de cumplirse, ya que el resto de los partidos descartan negociar con el partido de extrema derecha. En el tradicional debate de candidatos en la noche de electoral, Weidel pronosticó que, si Merz pacta con socialdemócratas y verdes, en las próximas elecciones AfD superará a la CDU/CSU y será la primera fuerza de Alemania.
El peor resultado histórico del SPD
Para el SPD, el partido de Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schröder, es la peor derrota electoral de su historia, con una caída de casi diez puntos que lo sitúa por detrás de la extrema derecha. “Ha sido un resultado amargo para la socialdemocracia, una derrota”, admitió Scholz, antes de señalar que no participará en las negociaciones de coalición ni será ministro en un futuro Gobierno con el SPD como socio menor. La guerra en Ucrania, la crisis energética, el estancamiento económico, los límites constitucionales a la inversión pública y las continuas peleas internas en la coalición tripatita que él dirigía han arruinado su mandato.
En conjunto, los tres partidos que en los últimos tres años formaron la coalición semáforo (SPD, Los Verdes y FDP) han perdido apoyo, una señal clara del electorado en favor de una alternancia después de tres años de disputas internas y parálisis en una Alemania y un mundo en crisis.
El SPD se sitúa en la senda de otros partidos socialdemócratas europeos que han quedado al borde de la irrelevancia. Pero podrá salvar los muebles si sigue en el poder gracias a una coalición con la CDU/CSU, que, pese a la victoria clara, obtendría el segundo peor resultado de su historia. Merz se había propuesto superar el 30% y ahora pueden surgir interrogantes en sus filas. Dudas sobre su figura, demasiado polarizadora. Y sobre la idea, que muchos democristianos aplaudieron a regañadientes, de aceptar, en plena campaña, el voto de AfD en el Bundestag para varias iniciativas sobre política de inmigración. Fue una apuesta arriesgada, que según la izquierda rompía un tabú e incluso mereció críticas de su correligionaria Merkel, y sacó a la calle a centenares de miles de alemanes para protestar en su contra. Ahora está claro que no le dio ningún rédito electoral e incluso le pudo costar votos.
La sorpresa de la jornada ha sido La Izquierda, heredera del partido poscomunista de la Alemania Oriental. Se ha beneficiado probablemente del voto útil a la izquierda y de la imagen de un partido constructivo y reacio a la retórica antisistema. Posiblemente hayan sido también los principales beneficiarios del desconento en una parte de la sociedad con el voto de Merz y AfD.













De quedarse fuera los liberales y BSW y haber solo cinco partidos en el Bundestag, la CDU/CSU y el SPD sumarían 327 diputados, 11 escaños por encima de la mayoría absoluta. Sería, pese a todo, una mayoría escasa que reflejaría la fragilidad de los antiguos grandes partidos. Ambos encarnan en Alemania la moderación y una voluntad de consenso ampliamente compartida durante décadas. Hasta hace unos años sumaban juntos amplias mayorías absolutas. Hoy su influencia se ha reducido significativamente, y cuando se pongan a negociar lo harán en nombre de partidos que representan a una parte menor de la sociedad.
La futura coalición, en todo caso, afrontará la rivalidad con una extrema derecha que, en Alemania y el mundo, siente el viento a su favor. Weidel, su candidata, será la líder de la oposición, y podrá postularse como alternancia al Gobierno que encabece Merz. Los democristianos podrían formar una mayoría todavía más cómoda con AfD que con el SPD, pero Merz ha dejado claro que “jamás” pactará con este partido.
Comienzan los primeros tanteos
Ahora empezarán los primeros tanteos para explorar y posteriormente negociar la coalición que deberá gobernar Alemania en los próximos cuatro años. Merz se ha dado de plazo hasta mediados de abril. Es un plazo ambicioso, teniendo en cuenta que la campaña, una de las más polarizadas en años, ha agrandado la desconfianza entre los potenciales socios de coalición, y que cuestiones como la inmigración o el gasto público pueden complicar el acercamiento entre los democristianos y sus potenciales socios.
En 2005, cuando se formó la gran coalición de socialdemócratas y democristianos que lideraría la canciller Angela Merkel, las negociaciones duraron 65 días. En 2015, se alargaron a 86 días.
Esta vez, la expectativa en Alemania y Europa es enorme tras una campaña marcada por las propuestas para endurecer las leyes sobre la inmigración y por el apoyo desde la Administración de Donald Trump a AfD y a su candidata, Weidel.
Si logra una mayoría que le elija canciller, Merz afrontará una triple crisis, con elementos internos e internacionales. Primero, por el estancamiento de la economía que lleva a dudar sobre los pilares de la identidad alemana moderna: la eficiencia, el crecimiento, el bienestar. Segundo, por una situación internacional caótica y una relación transatlántica al borde de la ruptura, otro pilar de la identidad. Y tercero: por el avance, elección tras elección, de la extrema derecha y la posibilidad que, para muchos, supone que algún día se convierta en el primer partido de Alemania.
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