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La base de datos de los dioses

Una plataforma desarrollada por la Universidad Carlos III cataloga y geolocaliza piezas arqueológicas religiosas en la península ibérica

Lápida hallada en Braga, en el siglo II d.C. Actualmente colocada en el altar de la capilla de San Geraldo, Braga.
Lápida hallada en Braga, en el siglo II d.C. Actualmente colocada en el altar de la capilla de San Geraldo, Braga. Hispania Epigraphica

La península ibérica del siglo III a.C. era un punto de encuentro entre culturas y religiones de todo el Mediterráneo. Este afluente de personas, junto con la necesidad de nuevos dioses derivada de la derrota ante el Imperio romano, hizo que se adoptaran divinidades procedentes de distintos lugares. Así aparecieron en la península gran cantidad de motivos religiosos inspirados en dioses originarios del antiguo Egipto. Obras que recoge Gens isiaca en Hispania, una nueva base de datos desarrollada por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), en colaboración con la Biblioteca de Humanidades de la institución.

La plataforma ha catalogado más de 200 piezas de inspiración egipcia datadas de la época romana que se hallaron en la península ibérica entre los siglos I a.C. y III d.C. Desarrollada por el grupo de investigadores de Historiografía e Historia de las Religiones, este catálogo digital “ayuda a comprender mucho mejor cómo funcionaba la pluralidad religiosa dentro del Imperio romano, tanto para el ejercicio de poder como para la satisfacción de anhelos individuales”, asegura Jaime Alvar, catedrático de Historia Antigua y director del proyecto.

El objetivo de la herramienta era, en sus inicios, facilitar el trabajo de investigadores y otros especialistas en la materia, puesto que, según el responsable del proyecto, permite acceder a una información pionera y constantemente actualizada de las fichas de manera inmediata. “Hay muchos catálogos en papel, pero hacen perder mucha agilidad en la transferencia de la información, que es importantísima para la investigación”, explica Alvar, haciendo hincapié en la necesidad de conocer las novedades y cambios de interpretación de obras sin tener que esperar a la edición en papel, “que tarda demasiado o a veces nunca llega”, subraya. 

Los lazos afectivos entre personas y lugares han demostrado que los ciudadanos no expertos en la materia también pueden utilizar Gens isiaca en Hispania y disfrutar de sus ventajas. Varios investigadores involucrados aseguran haber recibido comentarios de personas sorprendidas al conocer que su pueblo natal o, por ejemplo, la localidad donde veranean, fue un yacimiento arqueológico de piezas milenarias. “También es una forma de incentivar el amor por el patrimonio colectivo, o sea que también tiene una proyección social relevante”, comenta el catedrático.

Este catálogo digital “ayuda a comprender mucho mejor cómo funcionaba la pluralidad religiosa dentro del Imperio romano, tanto para el ejercicio de poder como para la satisfacción de anhelos individuales”

La base de datos se ha elaborado en dos fases. La primera, de diseño, desarrollo, tratamiento de imágenes e introducción de contenidos. La segunda fase consistió en la geolocalización de la información. Esto se ha conseguido mediante un mapa personalizado de Google que determina exactamente dónde se encontró cada pieza recogida. Los responsables del proyecto aseguran haber logrado “una especie de diálogo entre la base de datos y la geolocalización”, destaca Inmaculada Muro, responsable de apoyo a la investigación de la Biblioteca de Humanidades de la UC3M.

Además del lugar del hallazgo, el inventario informa sobre el lugar de conservación de la pieza, excepto en aquellas que se han perdido. “La inmensa mayoría están en museos expuestas al público”, recalca Jaime Alvar, que cree que “no habría ningún museo que, teniendo alguna pieza relacionada con estos cultos, la tuvieran en el almacén, porque son vistosas y reflejan el culto a divinidades exóticas”, señala.

La colaboración con proyectos de este tipo demuestra cómo “las bibliotecas han dejado de ser únicamente un almacén que conserva el conocimiento, para convertirse en un elemento difusor del mismo”, sostiene Teresa Malo, directora del Servicio de Biblioteca de la UC3M. Este proyecto es uno de los escalones de una investigación que se lleva a cabo en el marco del proyecto ‘Religiones Orientales en España’ (ORINS, por sus siglas en inglés), y está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. También colaboran en ella el Instituto de Ciencias y Técnicas de la Antigüedad de la Universidad de Franche-Comté, Francia, y la Asociación de Antigüedad, Religiones y Sociedades (ARYS). La editorial Dykinson es co-editora del proyecto.

Jaime Alvar echa en falta la presencia en el mapa de universidades de otros países como Reino Unido, Italia, Suiza o Francia, porque “podríamos completar un mapa tremendamente significativo de la situación en todo el Imperio romano”. Mientras, la aplicación recoge la realidad de las tres provincias de la Hispania romana: Baetica, Lusitania y Tarraconensis. “Como funcionario público, estoy al servicio de una sociedad que financia mi investigación”, destaca el catedrático, que confía en “las plataformas abiertas y en la labor divulgativa para que puedan acceder especialistas y cualquiera que tenga una inquietud no necesariamente profesional”, concluye.

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