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Mises desvela trucos para filmar con iPhone

La utilización de teléfonos inteligentes ya no es un recurso reservado al cine alternativo

Cuando Luis Conrado Mises se fue de vacaciones en verano de 2010 decidió inmortalizar sus vivencias en un vídeo grabado con su móvil. Nada del otro mundo si no fuera porque lejos de los soporíferos filmes que se acostumbra a producir durante este periplo, la producción de Mises era “buenísima”, según le confesaron los amigos del autor. Empujado por el ánimo de sus colegas aunque con un presupuesto irrisorio, decidió dirigir y producir sus propios filmes: el primero con una cámara de vídeo “casera” y el segundo, The Fixer, con el iPhone 4 de su mujer. Este corto capturado con el teléfono inteligente le valió el reconocimiento internacional, y en menos de seis meses ya se había convertido en una eminencia en el mundo del iPhone filmmaking, o lo que es lo mismo, la grabación de filmes con el teléfono de Apple.

La utilización de teléfonos inteligentes no es un recurso reservado al cine alternativo. Más de uno se quedó boquiabierto cuando hace dos años el director de fotografía de la película Los Vengadores, Seamus McGarvey, confesó en una entrevista que varias escenas de esta superproducción, que costó más de 162 millones de euros, se filmaron con un Iphone 4. “Y las tomas están en el tráiler”, aseguró McGarvey.

Paralelamente al crecimiento del número de iPhone filmmakers y de sus producciones, de las cuales el 85% están hechas con los móviles de la compañía de Copernico, en los últimos dos años se ha ido desarrollando un circuito de festivales en todo el mundo. En el Festival de Sitges se inauguró Phonetastic, una sección en la que participan cortos grabados con móviles. Christian Molina, director de Diario de una ninfómona y creativo de la fundación Mobile World Capital, fundación colaboradora en el impulso del certamen, asegura que este tipo de filmes “tienen un gran potencial”.

Mises, rebautizado como Conrad Mess por su “amor al cine estadounidense” y sin más conocimientos de cine que su “instinto”, se presenta a esta edición con el corto The other side, con el que espera aumentar la cuenta de 20 premios que ha ganado en los últimos dos años. “Hay mucha limitaciones cuando grabas con un móvil: el sensor del iPhone no puede hacer un tracking con croma sino es de forma muy lenta (jelly effect), no puedes controlar el diafragma, y no puede hacer un zoom, para pasar de un plano medio a un primer plano tienes que mover el teléfono”, asegura Mess, que recuerda que el alquiler de un equipo de cámaras profesional puede superar los 1.000 euros diarios. Un escollo, el económico, que el director coreano Park Chan-wook no tenía cuando grabó Paranmanjang con su iPhone 4. “Es una película maravillosa, no parece que esté hecha con un móvil”, dice Molina.

“Hay mucha limitaciones cuando grabas con un móvil: el sensor del iPhone no puede hacer un tracking con croma si no es de forma muy lenta (jelly effect); no puedes controlar el diafragma, y no puede hacer un zoom; para pasar de un plano medio a un primer plano tienes que mover el teléfono”

Pero los móviles por sí mismos no son capaces de conseguir una calidad similar a las de las cámaras profesionales. Por ese motivo, se ha desarrollado un mercado de accesorios para mejorar las prestaciones de los smartphones: lentes tipo gran angular, macro; carriles deslizadores para hacer movimientos horizontales y verticales; pequeñas grúas, e infinidad de aplicaciones para la edición. Molina reconoce que la utilización de móviles para grabar “condiciona el lenguaje, por ejemplo, no tienes tanta profundidad de campo”.

Unos equipos que según Mess y Molina ha democratizado el cine, aunque esta popularización no asegura que el creador ingrese dinero. A pesar de ser el director más premiado, Mess reconoce que la única recompensa económica que obtiene de sus trabajos cinematográficos son los que obtiene en los certámenes. “Es prácticamente un pasatiempo, el premio más grande han sido 800 euros”, revela el dueño de una tienda de suplementos deportivos.

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