¿Siguen vidas paralelas Apple y Barça?
Acumular ingresos (o victorias) no es suficiente. Acuñada una imagen de excelencia, necesitan productos que maravillen para seguir mantiendo su aura. El iPhone (y Messi) están amortizados
Cada hora Apple gana 2,4 millones de euros; 5.271 millones en el último trimestre, sin embargo no es suficiente. No contenta a los analistas, que le piden algo más. Apple anunció el martes que había vendido en 90 días 31,5 millones de iPhone, un récord absoluto, aunque con caída de beneficios (21%). Y ha vendido menos iPad y menos Mac y menos iPod. Parece que sus admirados productos, que maravillaron y rompieron mercados en su momento, han quedado ya amortizados.
El problema de Apple es que su éxito se ha dejado de medir en cifras. El reto de su timonel, Tim Cook, no es ganar millones. El reto al que se viene enfrentando desde la desaparición del fundador Steve Jobs se parece en cierta medida, al que se enfrenta también el Fútbol Club Barcelona tras la marcha de Guardiola y su quinquenio triunfal. Los millones, o las victorias, ya no cierran bocas. El objetivo ha cambiado: hay que conquistar corazones.
Apple, siempre, y Barça, últimamente, son marcas acuñadas por personas que, por diferentes circunstancias, han dejado sus empresas. Tanto Jobs como el entrenador Pep Guardiola crearon en sus trabajos un sello de identidad que se mantiene pero que, con el tiempo, se irá diluyendo sin la permanente vigilancia de sus autores, obsesos de la idea antes que de los resultados.
Los analistas no le están pidiendo a Cook que mejore el iPhone o la tabletas, que saque más productos, le están pidiendo magia, un producto revolucionario como los fueron esos en 2007 y 2010. Al Barca tampoco le vale el ganar, porque ya lo hace cotidianamente. El iPhone seguira funcionando, Messi también; pero ambas marcas necesitan algo nuevo. Ni el iPhone ni Messi van a ir a mejor. Las dos empresas necesitan ilusión.
Al Barca parece que le faltan defensas, pero primero se ha dejado la caja en un artista como Neymar; ha gastado en magia. El gran fichaje de este año de Tim Cook, no es un ingeniero zapador, un Busquets que ahorre costes y elimine riesgos, sino Paul Deneve, ex consejero delegado de Yves Saint Laurent, multinacional de produjos de lujo y diseño. Cook también ficha magia.
El problema de ambos es mantener la excelencia., algo que casi nadie tiene y que persiguió durante toda su vida Jobs, ya fuera para diseñar un Mac, elegir el sofá de su casa o calcular los milímetros de las junturas de techos y paredes de su nueva sede. Gracias a esa excelencia, Apple y Barca atrajeron públicos que siempre permanecieron lejanos, gente humilde gastándose 800 euros en un smartphone o masas de mujeres siendo del Barça o de nadie.
Por todo ello Tim Cook prometió el martes más magia: "Estamos enfocados y trabajando intensamente en algunos nuevos y sorprendentes productos que lanzaremos este otoño y a lo largo de 2014".
Mientras Apple y Barca buscaban soluciones filosóficas (fichaje del entrenador Tata Martino) antes que contables, Google se descolgaba el miércoles con un conector al televisor, del tamaño de una memoria USB, con la capacidad para conectar inalámbricamente cualquier aparato móvil. Se llama Chromecast y puede ser un golpe de mano para la interconexión de los aparatos en el hogar. De entrada tiene el poder de que los vídeos de Youtube y las películas y series de Netflix ya se puedan ver con este aparatito en tabletas, móviles portátiles y televisor. No es el primer intento de Google por hacerse con ese mercado incipiente. El pasado año lanzó Google TV, imitando a Apple TV, pero sin éxito. También deberá competir con Roku.
La semana ha dado para mucho más, pese a ser finales de julio. Facebook ya triunfa en el móvil con la mitad de sus usuarios entrando por esa vía, sin embargo, Zynga no se adapta al móvil por lo que pierde el 61% de sus jugadores en un año; Investigadores japoneses han desarrollado la tecnología imperceptible, circuitos tecnológicos flexibles, adaptables a cualquier superficie. Más buenas noticias: el primer ministro británico David Cameron prometió que va a acabar con la pornografía en los hogares británicos. Los proveedores de Internet la caparán de entrada, y a los buscadores les exigirá que mejoren sus filtros. Loable misión, en la que muchos otros han fracasado anteriormente, pero los titulares ya no se los quita nadie. Dentro de seis meses, plazo que se ha dado para aplicarlo, hablamos.
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