“Todo irá bien mientras no nos comportemos como españoles”
Alejandro Suárez, autor de 'Desnudando a Google', analiza las claves para adaptarse al futuro
Alejandro Suárez es uno de tantos empresarios jóvenes que escriben un libro. Es una moda relativamente reciente entre una generación algunos de cuyos representantes parecen necesitados de explicarle al mundo lo buenos que son o lo mucho que se quieren, hasta el punto de darnos consejos al resto de los mortales. ¿Es Suárez uno de estos sujetos? Lo sea o no, sus libros tienen éxito y eso ya es una ventaja.
Suárez podría parecer un gurú por lo que dice y por cómo lo dice: es una máquina de soltar frases cortas, cerradas y difíciles de discutir por su aparente lógica. Tanto es así que, esa inagotable tarea de aconsejar a diestro y siniestro, le ha llevado a producir tres libros. Dos han tenido cierto éxito (Ha llegado la hora de montar tu empresa y Desnudando a Google) y el tercero está en las librerías desde hace unas semanas: ¡Sí, puedes!. Si algo hay que decir del libro en primera instancia es que ha acertado de pleno con el título. Es la frase del fomento, la que se oye ahora en todos los campos de fútbol de España o en manifestación de todo tamaño.
Alejandro Suárez se dirige a toda prisa hacia los 40 tacos. Va deprisa y es muy productivo. Es un producto de la generación puntocom, un producto quizás evolucionado, de tal suerte que ahora da la impresión de que va un paso por delante del resto. Es socio y consejero de varias compañías casi todas relacionadas con Internet, es inversor (o Business Angel como se dice ahora) y una de sus últimas adquisiciones ha sido comprar la revista Capital. Sí, de papel, en estos tiempos. Pero es que Alejandro Suárez, siendo quien es y con los antecedentes que tiene, dice cosas tan raras como esta: “¿Por qué Facebook es un coñazo? Es curioso, pero debo decir que yo lo cogí con muchas ganas. Hoy apenas lo uso. Reconozco entrar cada día, posiblemente menos de 3-5 minutos. Al que me escribe un mensaje por ese medio le respondo de forma semiautomática: “¡Eh! ¿No conoces el correo electrónico? Envíame un email mejor, que esto apenas lo miro”. Acto seguido miro los cumpleaños del día, y si veo que es el cumpleaños de un herbolario o de una tienda de electrodomésticos a la que hace años acepté como amigo (¡!) la doy de baja, luego me desetiqueto de alguna imagen absurda en la que alguien irremediablemente ha añadido mi nombre, y cierro y hasta el día siguiente”.
Y siendo como es un emprendedor nato, resulta que aborrece esta palabra. “Se ha prostituido el concepto. Antes yo era emprendedor, ahora prefiero decir que soy empresario. Lo de emprendedor es marketing para los bancos. Porque ahora el que no es emprendedor es idiota y el funcionario es un ser de segunda división. La mitad de los emprendedores lo hacen por necesidad, solo muy pocos por vocación y no todas las situaciones vitales valen. Para un tipo de 50 años recién despedido con hipoteca puede ser suicida y eso nadie lo dice. No podemos poner a gente así en línea de salida porque se va a buscar un problema”.
“Todo irá bien mientras no nos comportemos como españoles”, sostiene Suárez con la rotundidad que le caracteriza. “No hemos disfrutado de los años buenos y ahora añoramos aquello de lo que no disfrutamos, así que hemos pasado de la España va bien a quejarnos y maldecir a los políticos. Todos tienen la culpa”. Por eso su consejo es pasar a la acción: “Muévete, más que nunca, muévete”.
Pues algo así es lo que trata de expresar en este libro a través de 40 capítulos, cortos, breves, lacerantes y directos. La lectura es amena, está llena de anécdotas y se lee impacto tras impacto. Cómo no interesarse por capítulos que tienen títulos tan atractivos como estos: “Las supermodelos no se casan con albañiles”, “las hormigas siempre llegan a final de mes”, “nunca discutas con un imbécil”, “qué dirán de ti en tu velatorio” o “de los cajeros automáticos a los ciudadanos automáticos”. Todo esto para llegar a la conclusión de que debemos movernos.
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