Google Play no puede con la App Store
Pese a haber el triple de móviles Android que iPhone en el mundo, la clientela de Apple es más activa y gastadora
Ni para ver a José Tomás. Las entradas de 1.200 euros se agotaron en minutos. Más de 300.000 personas aspiraban a una. Y no para ver al torero ni la final de la Superbowl, sino para asistir a un encuentro de informáticos, los desarrolladores de aplicaciones de Apple.
Antes del iPhone, Apple tenía que recurrir a llamadas personales para incitar a que algunos conocieran las bondades del encuentro. Todo cambió con la llegada del móvil. En 2008, por primera vez se agotaron las entradas, en unas semanas. En la edición de 2012 duraron unas horas; este año, dos minutos.
La expectación por la conferencia de Apple iOS, que se celebra del 10 al 14 de junio en San Francisco, se justifica con cifras: un catálogo de aplicaciones en la App Store de más de 850.000 programas, de ellas 350.000 son para tabletas iPad.
Desde su creación, de la mano del iPhone en 2007, suman 45.000 millones de descargas. El ritmo en el último trimestre es vertiginoso: 800 descargas por segundo, casi 70 millones al día. En el mundo hay el triple de móviles Android que iPhone, pero la tienda App Store se mantiene intratable ante Google Play.
El máximo responsable financiero de la manzana, Peter Oppenheimer, destaca el valor del negocio de aplicaciones gratuitas o de menos de un dólar, en la mayoría de las ocasiones. Apple ha pagado casi 7.000 millones de euros a los desarrolladores. La cuenta es fácil, el 70% es para el creador, el 30% restante para Apple. Un negocio en el que no hace falta tener dependientes, ni arreglar aparatos, tampoco cadenas de montaje. Todo son bienes digitales con distribución a través de Internet.
El hecho de que la App Store funcione en 155 países ha permitido que los editores de programas aspiren a una audiencia difícilmente abarcable de otra manera. La empresa Mubiquo, ha creado la aplicación de la petrolera Shell para todo el mundo. Esto incluye versión en chino, ruso, árabe y turco. Empezaron como un pequeño estudio y ya son 40 personas contratadas entre las oficinas de San Francisco, Madrid, Barcelona, Murcia y Shanghái.
Rubén Aparicio, fundador y consejero delegado, cree que no hay fórmulas mágicas, pero sí cita algunas claves para el éxito: “Dar valor añadido, que sea algo más allá de lo que se obtiene navegando por la Red, con un buen equilibrio entre utilidad y entretenimiento”. Su negocio es principalmente por encargos de empresas. De su estudio han salido Nestlé Cocina y Nestlé Postres, cuya aprobación llevó algo de tiempo. “Desde Apple querían asegurarse de que no era publicidad. Estuvieron muy encima de los textos. Se trata de branded content. Muchas recetas no tienen productos de la marca, de hecho algunas son de Arzak”.
La norma no escrita para cualquier desarrollador que se precie es lanzar primero en iOS, el sistema operativo de iPhone e iPad, después en el resto de plataformas. Aunque nació más tarde, Android es la gran amenaza para este negocio. No solo con la tienda oficial Google Play, también con la creada por Amazon, cada vez más popular.
Vanatur, la empresa de Estrella Caso, se ha centrado en la música. Su última obra es la aplicación del grupo adolescente de moda Auryn. La intención era estrenar en los dos sistemas operativos a la vez, pero solo lo han hecho en los móviles de Google. “Es más cómodo desarrollar para Apple, pero los plazos no dependen de ti”, expone. En su opinión no hay una fórmula secreta del éxito, pero sí algunos factores que ayudan: “Lo primero es escoger bien el público al que se dirige; después, que se mantenga viva, con actualizaciones y dinamismo”.
Ana Ormaechea, fundadora de Tablet Army, percibe que el proceso de aprobación de Apple Store no es del todo adecuado. “Hay una barrera cultural y se nota. Todo pasa por Cupertino y, desde luego, no tienen el contexto necesario para entender que lo que allí no es correcto, aquí sí lo es”, explica. Hace dos años vio que un ejemplar de Muy Interesante, revista en la que trabajaba, aplazó su publicación durante tres semanas por considerar que la imagen de un desnudo no era adecuada para menores.
El desarrollador independiente, Diego Bezares, creador de Rythmic Thumbs, valora, sin embargo, ese control: “Se aseguran de que todo funciona. Da garantías al usuario para que no descargue productos que defraudan”. También valora la obligación de contar con una tarjeta de crédito al darse de alta: “Las ventas en Android aumentan poco a poco, pero no al nivel de Apple, donde el cliente solo tiene que hacer clic y ya está comprado”.
AppGratis ha sido una de las aplicaciones sacrificadas por este exhaustivo control de Apple. Llevaba más de dos años con normalidad y era una de las más populares. Hace dos semanas desapareció de la App Store. Su negocio consistía en promocionar gratis durante un día, aplicaciones que son habitualmente de pago. En esto son tajantes, no hay tolerancia con aquellos que quieren montar un negocio paralelo dentro de su escaparate. AppGratis paliaba uno de los problemas de la tienda, encontrar algo interesante en poco tiempo.
Aparicio cree que en Apple son conscientes del problema: “Hace un par de meses tuve una reunión con el vicepresidente responsable de la App Store. Le dije que desde los cambios de octubre apenas se ven las tablas con lo más vendido de cada categoría. Desde entonces hay menos descargas y es más lento”. Bezares tiene la misma sensación: “Solo tienen visibilidad las 50 primeras aplicaciones”.
Todos reconocen una dificultad, dar con el precio correcto. Ormaechea considera que es una ventaja: “En una revista de papel el precio va impreso. Aquí fluctúa. Por ejemplo, un ejemplar de hace seis meses se puede ofrecer a un precio muy rebajado y seguirá despertando interés y generando ingresos. Se pueden ir haciendo promociones especiales en fechas concretas o ir ajustando hasta encontrar el precio adecuado”.
Google Play tiene más problemas, y no solo que el mayor número de móviles Android no se traducen en ventas de aplicaciones. Aparicio no se explica cómo Google, un gran buscador, es incapaz de arreglar la forma de encontrar el programa deseado en cuestión de segundos. “Es penoso. Aunque pongas el nombre exacto no sale como resultado”, subraya. También echa en falta la manera de poder regalar un programa, algo que Apple ha resuelto con códigos. La queja de Caso va directa a uno de los puntos flacos del robot verde, la fragmentación, como denominan a la diversidad de características de móviles y tabletas: “No se verifican los programas y cada tamaño de pantalla o potencia del procesador es un mundo. Es muy difícil no decepcionar a los que tienen móviles antiguos”.
Su recomendación es ir a otras tiendas que no sean Google Play. “Optar por Amazon o Samsung, puede ayudar a destacar y encontrarse con otros programas que superan unos mínimos”, argumenta. El ratio aplicaciones/descargas no siempre es favorable a los grandes. A veces, según qué producto, sale más a cuenta ponerlo en otras tiendas.
Apple no inventó la distribución online. Nokia y Blackberry ya tenían antes sus propias tiendas, aunque farragosas y poco atractivas. El último en sumarse será Firefox OS, todavía en fase de pruebas. Su planteamiento, dado que pertenece a la Fundación sin ánimo de lucro Mozilla, es radicalmente diferente. Habrá tantas tiendas como se quieran crear. Juan Tomás García, desarrollador en esta plataforma y reconocido hacker, considera que su oportunidad será la libertad de elección. “Para saltarse la App Store solo hay un camino, liberar el teléfono, hecho que Apple penaliza diciendo adiós a la garantía”, explica. Le cuesta bregar con el control ejercido por Apple: “Aprender a programar para iOS es muy complicado. Apple no autoriza aplicaciones que les pueda hacer la competencia, de ahí que Firefox no esté en iPhone e iPad”.
Apple mantiene firme el control sobre su tienda. Pese a que en el parque mundial de móviles el 64% son Android y solo el 19% iPhone, su tienda sigue por delante. Cierto es que este año, las descargas en Google Play superarán a las de App Store, pero el negocio no. El dueño de un iPhone es tecnológicamente más avanzado, descarga más aplicaciones y, no solo gratuitas. Tira más de tarjeta de crédito. Según el App Annie Index, en el último trimestre los ingresos de la tienda de Apple fueron 2,6 veces mayores que la de Google Play, aunque en el navideño la proporción era de 4 a 1. La App Store se le resiste a Google y al mundo Android. De momento.
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