Facebook acerca el Congreso de EE UU a los ciudadanos
El 'hackaton' de la red social reúne a 250 personas.- Entre las ideas, perfiles cívicos de participación en la vida política y leyes que tuitean su propio estado
La oficina de un congresista en Estados Unidos recibe cada día centenares de cartas, correos electrónicos, faxes y llamadas telefónicas de los ciudadanos. Algunos piden ayuda con un problema concreto, otros piden apoyo para su causa, y muchos simplemente quieren dar su opinión sobre la próxima legislación que va a votar -o rechazar- el legislador. Sus voces transmiten el pulso de la ciudadanía. Pero esta comunicación, multiplicada cuando aumenta la actividad legislativa y que a veces obliga a emplear a más de dos personas exclusivamente para leer y catalogar cada uno de los mensajes, puede convertirse en una auténtica pesadilla.
¿Podría una red social como Facebook ayudar a resolver este problema? ¿Qué puede hacer Facebook para que el Congreso sea una institución 'abierta'? ¿Puede una ley tener perfil en Facebook y actualizarse automáticamente cuando es modificada, aprobada o rechazada? ¿Podrían los ciudadanos publicar mensajes públicos a sus senadores y congresistas en la red social?
Estas son algunas de las preguntas que anoche intentaron responder unas 250 personas en el primer hackathon de Facebook en el Congreso de Estados Unidos. Miembros del congreso, responsables de tecnología y redes sociales de algunos políticos, informáticos, programadores, líderes de empresas privadas y ciudadanos, acompañados por un puñado de empleados de Facebook, compartieron ideas durante varias horas para solucionar problemas complejos con ideas simples y la ayuda de tecnología, innovación y creatividad.
Hackathon, de las palabras 'hacker' y 'marathon', maratón en inglés, es un evento que se celebra en Facebook cada seis semanas. Los informáticos y diseñadores de la red social se juntan desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana con el objetivo de crear nuevas aplicaciones que, con suerte, acabarían siendo implementadas en toda la red social. Así nació el botón "me gusta" y, gracias a la sesión celebrada ayer en el Congreso, pronto podríamos ver "perfiles cívicos" que especifiquen el nivel de participación de un ciudadano en su sistema político.
Facebook, con 150 millones de usuarios en Estados Unidos -850 millones en todo el mundo- puede conseguir que la actividad diaria del Congreso sea verdaderamente social. El apoyo de un ciudadano a una determinada ley, compartido de manera inmediata con sus amigos y seguidores, puede hacer que una legislación sume o reste apoyos gracias al poder de las redes sociales, un potencial inalcanzable ahora mismo para el equipo de ayudantes de un político.
El congresista demócrata del estado de Maryland Steny Hoyer, uno de los impulsores de este primer hackathon, reconoció que una de la mayores contribuciones de las redes sociales al Congreso es hacerlo más transparente y cercano a los ciudadanos. "La democracia funciona mejor cuando esto se cumple", dijo Hoyer, quien se declaró inspirado e interesado por los resultados que traería la reunión. "Muchos de ustedes nunca han utilizado una máquina de escribir, pero son el tipo de personas que han hecho que Estados Unidos sea magnífico y que conseguirán que lo siga siendo".
Hoyer retó a los asistentes a imaginar que una ley pudiera twittear su propio estado, que el Congreso pudiera compartir todos los datos que maneja y permitir así que otras instituciones y empresas creen aplicaciones y programas que acerquen la actividad de los legisladores a los ciudadanos. También les invitó a descubrir, ordenadores en mano, cómo archivar y compartir todos los datos que producen las dos cámaras legislativas a diario: los textos de las leyes, enmiendas, informes, transcripciones de audiencias, debates y comparecencias, las imágenes de cada una de estas sesiones o el vídeo de la retransmisión.
El desafío no era sencillo y muchos de los equipos de congresistas presentes en el encuentro mostraron rápidamente sus preocupaciones. ¿Cómo saber que un ciudadano que comenta en el perfil de Facebook de un político de verdad vive en su estado? ¿Cómo eliges a quién contestas de manera privada o pública? ¿Eliges el email o es mejor que la respuesta sea pública para que la puedan compartir en Facebook?
Todas estas preguntas chocaron con el espíritu de informáticos y emprendedores, que lejos de querer analizar en profundidad los problemas, preferían dar rienda suelta a la imaginación hasta encontrar una solución. Sacaron las pizarras blancas, repartieron rotuladores y empezaron a dibujar esquemas.
Un grupo propuso revolucionar el portal Thomas.gov, la página de la Biblioteca del Congreso que aloja todas las leyes y proyectos de ley que han pasado por la Cámara de Representantes y el Senado. Con un sistema de búsqueda efectivo pero anticuado, historiadores e investigadores, así como las instituciones que quieren aprovechar todo ese material para compartirlo con los ciudadanos, chocan con una web estática desde la que no se puede compartir nada. Dos trabajadores del congreso, aliados con otra pareja de informáticos, propusieron un sistema para etiquetar en Facebook las leyes con los perfiles de los congresistas que las hayan redactado y que además permita a los ciudadanos suscribirse a un proyecto de ley para conocer en directo todos sus cambios.
En otro caso, un ingeniero propuso añadir a los perfiles de Facebook el apartado "civil", de manera que los usuarios norteamericanos puedan especificar su distrito electoral, los senadores y congresistas de su estado, si participaron en las últimas elecciones y otros detalles que podrían llegar a ser tan específicos como los miembros de su gobierno local o su alcalde. El ciudadano tendría así a su alcance la información y un método de contacto directo con sus representantes políticos.
El Congreso ha dado ciertos pasos en los últimos meses para abrir sus actividades al público y compartir más información a través de la red. Todos los comités están obligados a retransmitir sus sesiones en directo mediante livestream, los legisladores pueden utilizar tabletas en audiencias y reuniones, y por primera vez todas las leyes y documentos que manejan los políticos están disponibles en formato electrónico.
Los organizadores reconocieron el importante papel de la Administración Obama en la transformación de las instituciones públicas, especialmente tras la creación de Data.gov, una página con 250.000 bases de datos disponibles para cualquiera, ciudadanos, empresarios o periodistas, que quieran obtener la información.
"Sólo podremos servir a los ciudadanos como debemos si ellos están informados y si nosotros nos informamos constantemente", reconoció Hoyer. Su objetivo es convertir la institución en un ente abierto, transparente y al que los ciudadanos puedan acceder con las mismas herramientas que utilizan en internet.
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