Cinco proyectos españoles; una plaza en la 'olimpiada techie' de Microsoft

Cinco equipos de universitarios se juegan el próximo miércoles 16 de abril representar a España en la quinta edición de la Imagine Cup, una competición internacional creada por Microsoft para fomentar la creatividad e innovación de los estudiantes a través del desarrollo de propuestas tecnológicas innovadoras y con aplicación a la vida real.

Los proyectos finalistas, previamente seleccionados de entre 48 propuestas, se verán las caras ante un jurado el próximo miércoles en la Universidad Politécnica de Madrid. Sólo uno tendrá la posibilidad de asistir a la gran final que se celebrará en París en julio, donde tendrán que defender su trabajo frente a rivales de más de 100 países.

Los cinco grupos que confrontarán sus proyectos la semana que viene han trabajado bajo el lema Imagina un mundo donde la tecnología facilite un medio ambiente sostenible y utilizando determinadas herramientas de Microsoft.

Comparte tu vehículo

El poder de las redes sociales y la necesidad de reducir las emisiones producidas por el transporte privado han inspirado a estudiantes de las universidades de Oviedo y Alicante, quienes han diseñado Windows Drive, una aplicación diseñada para fomentar el uso compartido de vehículos del entorno personal.

La idea es que los usuarios de la aplicación dispongan de los planes de uso del vehículo de sus amigos y familiares. De esta forma, conocerán si pueden compartir los trayectos con los demás usuarios de su entorno para así reducir el uso del vehículo.

De esta forma, a través de la red social de Microsoft Windows Live los usuarios interactuarán entre sí para acordar las rutas colectivas, además de poder visualizar mapas y rutas o consultar la información del tráfico.

Paneles ecológicos

Son muchos los ayuntamientos españoles que en los últimos años han instalado en sus calles (no sin alguna controversia) paneles a través de los cuales informa a los ciudadanos de diferentes actividades del municipio.

Un grupo de estudiantes de la Universidad de Castilla-La Mancha quiere utilizar esta infraestructura ya existente para que instituciones y habitantes intercambien información medioambiental gracias a tecnología móvil y al uso de tarjetas RFID, de radiofrecuencia. Mientras las instituciones podrán anunciar la creación, por ejemplo, de un nuevo centro de reciclaje, los ciudadanos podrán completar los datos o aportar nueva información: la ausencia de contendores de reciclaje, subir fotos, etc.

Educar a los niños

Concienciar sobre la sostenibilidad del medio ambiente a los alumnos de educación primaria es el objetivo de Greenteacher (desarrollado también en la Universidad de Castilla-La Mancha), aplicación que se basa en un juego de preguntas e información sobre varios temas que permitirán a los niños acercarse al medioambiente sostenible y saber qué conductas lo favorecen o perjudican.

La solución, desarrollada con tecnología .Net 2.0, se divide en dos partes que se comunican a través de servicios web: una aplicación de consolas para las tareas de administración y otra de una aplicación PDA para los juegos y el aprendizaje sobre el medio ambiente sostenible.

Guardabosques tecnológico

El equipo Warriors, de la Universidad de Deusto de Bilbao, ha desarrollado un sistema de prevención de incendios basado en redes de sensores, que consigue predecir y alertar de futuros incendios e incendios actuales así como monitorizar toda una zona boscosa.

El sistema va dirigido a las instituciones públicas dedicadas a la prevención y extinción de incendios, pero también a personas que pueden verse afectadas por el incendio: campistas, residentes, trabajadores, etc; que podrán acceder a información actualizada sobre los incendios y las condiciones meteorológicas de cualquier punto en un momento determinado en un entorno web, PDA, SMS o RSS.

Además, los usuarios también podrán avisar de situaciones sospechosas de forma anónima.

Reciclaje inteligente

El último de los proyectos que competirá el próximo viernes por un puesto en la final de París ha sido desarrollado por alumnos de la Universidad Pontificia de Salamanca y su objetivo es ahorrar recursos y energía, evitando la proliferación de residuos y aprovechando los beneficios de las últimas tecnologías.

El ingenio de la solución radica en su simpleza: una cinta que transporta residuos, una cámara que los detecta, un brazo robótico que los traslada, y un software que los gestiona.

De este modo, y a través de la visión artificial y del control de robots, se procede a la clasificación y separación eficaz de los diferentes tipos de envases susceptibles de ser reciclados, fomentando la sostenibilidad del medio ambiente y agilizando el trabajo del reciclaje.