Futuro imperfecto
La segunda entrega de Halo deja en tus manos el destino de la Tierra
Millón y medio de personas esperaban impacientes la publicación del nuevo título de la saga. Sólo en Estados Unidos. Todos ellos habían reservado con anticipación su ejemplar. ¿Del nuevo episodio de Harry Potter? Ni de lejos. Esta ansiosa multitud de fans sólo quiere disparar, disparar y disparar. Virtualmente, eso sí. Y Halo 2 parece el videojuego ideal para ponerse de nuevo en acción.
Millón y medio de personas esperaban impacientes la publicación del nuevo título de la saga. Sólo en Estados Unidos. Todos ellos habían reservado con anticipación su ejemplar. ¿Del nuevo episodio de Harry Potter? Ni de lejos. Esta ansiosa multitud de fans sólo quiere disparar, disparar y disparar. Virtualmente, eso sí. Y Halo 2 parece el videojuego ideal para ponerse de nuevo en acción.
Todo empezó con títulos como Doom, ejemplo todavía viviente de lo que da de sí un título del tipo first person shooting, esa especie de mátalos como puedas en el que toda la historia (generalmente muy poca) está en tus manos y en tus ojos. Para liquidar a bichos y personajes con una apariencia lo menos humana posible, claro, de modo que no salten las alarmas de la incitación a la violencia.
Con Internet por medio, el género se animó mucho. Ya no se trata de compartir y competir con el programa o con un par de amigos. A través de la plataforma Xbox, el primer Halo puso en combate, al menos teóricamente, al millón de jugadores apuntados al servicio online de la casa en todo el planeta (en España, sólo unos 8.000, por aquello del ancho de banda y la velocidad de la Red).
Además, ya no se trata sólo, como en los tiempos heroicos, de correr y disparar a lo loco contra todo bicho viviente. Detrás del nuevo Halo hay toda una novela de ciencia-ficción de Eric Nylund, Halo: first strike, que nos traslada medio milenio hacia un futuro muy cinematográfico y detallado, en un gigantesco mundo circular en forma de halo, por supuesto. Hay también tres años de desarrollo y 18 millones de euros en manos de un equipo de jóvenes cerebros. Aunque la verdadera clave del éxito —o eso asegura Cameron Payne, jefe de producto del proyecto— está en el argumento, en una historia épica e intrigante, más que en el disparo rápido y el gatillo fácil.
Y eso que a Cameron lo que le gustan de verdad son los retos para un solo jugador. Los de toda la vida, vamos. No es el único. A sus 26 años, Chema Antón es uno de los pocos afortunados que han podido probar el nuevo Halo antes de su salida. También se confiesa seguidor de las experiencias solitarias (en el videojuego). "En realidad", dice, "vas a tu bola aunque juegues con amigos". Y eso que el sistema Xbox live permite charlar en línea con quien tengas a tiro. Lo que, para Óscar del Moral, de Microsoft España, quita argumentos a aquellos que opinan que estos videojuegos en primera persona resultan un placer solitario: "No, al permitir el contacto directo y de palabra entre contendientes. Es más divertido, las partidas nunca son iguales y se mantiene el vínculo más allá del juego".
Solo o en compañía de los malvados Covenant —empeñados, cómo no, en acabar con nuestra civilización—, Chema se ha convertido en entusiasta de la nueva aventura del Jefe Maestro, el supersoldado cibernético protagonista, porque sus andanzas permiten "una inmersión increíble, con un argumento atrayente que mezcla varios géneros; entras rápidamente en la historia, la ambientación es perfecta y te encuentras muchas sorpresas".
De modo que, si aceptas el reto, tendrás como misión ayudar al Jefe Maestro a derrotar no a una sino a dos amenazas galácticas que utilizan el mundo Halo para dirimir sus diferencias y, de paso, acabar con las fuerzas terrestres con la ayuda de armas, vehículos y tácticas. Para romper el récord de los más de cinco millones de ejemplares vendidos del primer título (unos 50.000 en España, que es más de lo que parece, dado como va el mercado).
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