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El proceso emocional de los conductores de metro tras un atropello: “Me vine abajo”

Las empresas de transporte han implementado protocolos psicológicos para atender a los trabajadores que viven este episodio que consideran traumático

Metro Madrid
Estación del Arte, Madrid, en enero de 2025.Francesca Raffo Melgar
Francesca Raffo

“Incidencia en la vía por causas ajenas al metro”. Para algunos puede ser un retraso al trabajo y para otros un cambio de ruta obligatorio. Lo cierto es que una o dos veces al mes, para un maquinista del Metro de Madrid, esto significa un atropello, según calcula el Sindicato de Maquinistas. “No quiero ni volver a acordarme”, dice Francisco del Sol Bermejo (Madrid, 47 años), vicesecretario del sindicato y quien en 2007 o 2008 ―no lo recuerda con precisión― conducía un tren cuando un hombre se acercó a la vía, accidentalmente, y fue arrollado. “Intenté no volver a trabajar en la línea 6 para no pasar por Conde de Casal, cada vez que paso por ahí digo: ‘madre mía, la que me llevé aquí”, cuenta.

Francisco recuerda aquel día: “Era uno de los últimos trenes de la noche y había un señor en el borde con unas bolsas pesadas entre sus piernas. Cuando vio que se acercaba el tren, se agachó a recogerlas y yo entré con el tren y le golpeó”. Agrega que en ese momento ya no se puede hacer nada aunque se intente parar el tren lo antes posible.

“La primera noche se pasa mal, muy mal”, comenta Francisco, quien trabaja en el metro desde hace 25 años.

El Metro de Madrid indica que no puede compartir el número de atropellos, pero el sindicato calcula que podrían ser unos 20 al año. Desde Barcelona, Ana, trabajadora del metro de 45 años ―quien prefiere no compartir su verdadero nombre― cuenta: “Nos dicen que puede pasar, pero a lo mejor te tiras 40 años trabajando y nunca te pasa; o a lo mejor en un mes te puedes llevar a más de una persona”. En Barcelona, en 2024 hubo 15 atropellos; en 2023 fueron 18, según la empresa.

Francisco del Sol Bermejo, vicesecretario del sindicato de maquinistas de metro Madrid y presidente del comité de empresa de Metro de Madrid, afuera de la oficina del metro en enero de 2025.
Francisco del Sol Bermejo, vicesecretario del sindicato de maquinistas de metro Madrid y presidente del comité de empresa de Metro de Madrid, afuera de la oficina del metro en enero de 2025. Francesca Raffo Melgar

Fue en junio de 2008 o 2009 ―Ana no recuerda el año exacto― cuando ella estaba conduciendo el metro entre la estación Ciutadella y Barceloneta y arrolló a una persona que escapaba por los túneles tras un robo. “El peor momento fue cuando vi a los bomberos, ambulancia, policía. Me vine abajo, porque… uf”, dice sin poder terminar la frase. “Ahí te das cuenta de lo que ha pasado, recuerdo a los bomberos buscando a la persona”. El hombre sobrevivió y eso, a pesar del susto, le dio cierto alivio.

Un atropello en el metro puede ser un intento de suicidio o un accidente. Los trabajadores que han pasado por ello coinciden en que cada uno tiene un impacto emocional distinto. Sin embargo, en todos deja huella. Las empresas de metro de distintas ciudades han implementado un protocolo de atención para los trabajadores. En Barcelona, por ejemplo, se instauró en 2016, en Bilbao en 1995 ―aunque ha sido modificado con los años―, y en Madrid en 2021. En Sevilla no existe, ya que todos los andenes tienen puertas que impiden estos accidentes.

Una vez sucede el atropello, el conductor tiene que parar el tren, llamar a los supervisores de la estación y evacuar a todos los usuarios. Francisco dice: “Estás con la cabeza en shock, porque ha ocurrido un accidente muy grave y empiezan a atiborrarte con preguntas. Yo no era capaz de volver a hacer que el tren se moviera”.

La mayoría de protocolos son parecidos. Después de parar el tren, el conductor recibe una primera atención en el sitio, presta declaración y luego es movilizado para una atención médica especializada. Le brindan atención psicológica ese día y otra un par de días después. Se dan entre dos y tres días de baja, pero si lo necesita, el trabajador puede solicitar más. El regreso a las labores depende de cada persona. Las diferencias en cada empresa varían entre si la asistencia psicológica es virtual o presencial, si son empresas subcontratadas, o cuántos días de baja se dan.

Jose Luis Cejudo, secretario general del sindicato de maquinistas de Metro de Madrid, cuenta sobre el protocolo: “Fue una lucha, tenía que ser reconocido como un accidente de trabajo. En algunas ocasiones ha traído trauma en compañeros que no han podido volver a coger un tren”. Agrega que ahora se sienten más “arropados”; antes era “más forzoso: dos días a casa y al tercer día al puesto de trabajo”.

Jose Luis Cejudo, Secretario General del Sindicato de maquinistas de Metro de Madrid, afuera de la oficina del metro en enero de 2025.
Jose Luis Cejudo, Secretario General del Sindicato de maquinistas de Metro de Madrid, afuera de la oficina del metro en enero de 2025. Francesca Raffo Melgar

Sara Liébana, directora del máster universitario en psicología general sanitaria de la Universidad Europea de Madrid, sostiene que las empresas de metro tienen la responsabilidad de apoyar a sus trabajadores. “Es vital tanto para el bienestar emocional de los empleados como para garantizar un entorno laboral seguro”. Además, las repercusiones de estos eventos pueden variar según “factores como el nivel de exposición al evento y las características psicológicas previas de la persona”, dice.

Explica que se debe poner el foco en intervenciones inmediatas y diseñar un retorno progresivo de los trabajadores, dependiendo de su estado emocional. Además, crear espacios seguros para que los maquinistas compartan sus experiencias y estrategias de afrontamiento. Esto último es algo que los maquinistas aseguran que funciona mucho: que les arropen los compañeros.

El regreso al tren

Ferrán Anguera, responsable de protección civil de TBM, Transportes Metropolitanos de Barcelona, comenta que después de la segunda sesión de terapia, el 90% de los empleados quiere volver a trabajar. “Entienden que cuanto antes lo hagan, antes podrán ver si les ha ido bien la ayuda psicológica”, explica.

Ana, por ejemplo, cogía vacaciones por un mes al día siguiente, por lo que prefirió volver de inmediato. “No quería irme con esa sensación y luego tener más miedo a coger el tren”, dice. “Cuando volví a pasar por el sitio, fue con muchísimos nervios. Lo hice porque yo quise”, agrega.

Francisco apostó por lo mismo y aunque él estaba obligado a volver a los dos días ―no había protocolo en su momento― el prefería subirse rápido al tren. “A mí no me gusta tener miedo, no me podía quedar con ese sentimiento”, dice. “Cuando pasé por Conde de Casal...”, cuenta y hace una pausa.

Estación del metro Sagrada Familia en Barcelona, en agosto de 2021.
Estación del metro Sagrada Familia en Barcelona, en agosto de 2021.SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

Recuerdos del accidente

El año pasado, durante una madrugada de abril, Javier (Barcelona, 53 años) ―quien pide no ser identificado con su apellido― estaba llegando a su puesto de trabajo en la estación Torras i Bages cuando, en el andén del frente, se bajaron dos jóvenes. Uno de ellos se subió al estribo de la puerta del tren, “con la mala suerte de que se le enganchó el pantalón”, dice Javier. “Y el metro lo arrastró”. Recuerda la estación en completo silencio y los gritos del otro chaval, que era el hermano.

Como parte del protocolo, una psicóloga lo llamó y le mencionó que podría sufrir ciertas consecuencias psicológicas en los siguientes días. Lo que él tuvo fueron imágenes de cómo el tren se había llevado a la persona. “Iba caminando por el andén y sabía que ahí, hacía nada, había un cuerpo sin vida”, dice. Liébana explica que algunas consecuencias pueden ser recuerdos del evento, pesadillas, irritabilidad, problemas de sueño o evitación del lugar del evento; aunque, en la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen en días o semanas.

Francisco cuenta que todavía es muy duro pensar en el atropello: “Sabes que no tiene que ocurrir de nuevo, pero lo piensas. Hay épocas en que es peor: exámenes o Navidades”. “Durante la fecha de Navidad la gente se siente muy sola”, agrega. De hecho, el atropello que él vivió fue en diciembre. Las bolsas pesadas que se agachó a recoger el señor eran regalos de Navidad, recuerda.

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Sobre la firma

Francesca Raffo
Peruana. Periodista. Escribe en la sección de Sociedad. Antes lo hizo en El Comercio (Lima), donde desarrolló parte de su trabajo en temas sociales, salud y educación. Actualmente cursa el máster de periodismo UAM - El País.
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