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Harvey Weinstein suplica al juez el adelanto de su juicio para “salir del infierno” de la cárcel: “Estoy en una situación de emergencia”

El magnate, que tiene leucemia y problemas cardíacos, está a la espera de una vista en abril, pero asegura que no se ve capaz de sobrevivir hasta entonces en la prisión de Nueva York donde cumple condena por abusos sexuales

Harvey Weinstein, en su vista en Nueva York el 29 de enero de 2025.
Harvey Weinstein, en su vista en Nueva York el 29 de enero de 2025.TIMOTHY A. CLARY / POOL (EFE)
María Porcel

Harvey Weinstein ha vuelto a sacar al jefe que lleva dentro y al que parece que no han aplacado los años de juicios y cárceles. El antes todopoderoso productor de Hollywood ha vuelto a los juzgados de Nueva York para verse las caras con el juez que lleva su caso, Curtis Faber, y lo ha hecho con una exigencia muy concreta: pedirle que adelante su juicio.

El magnate, condenado a dos penas de 16 y 23 años de cárcel (aunque solo cumple cárcel por la primera, pues la segunda le fue revocada en abril), afirma que su salud es muy delicada, y que no se ve capaz de aguantar en Rikers Island, la prisión en la que cumple condena, hasta el 15 de abril, cuando el juez ha fijado la vista. “Estoy en una situación grave, de emergencia. Le ruego al tribunal que mueva la fecha”, le pidió Weinstein a Faber, asegurándole que necesita “salir de este infierno lo más rápido posible”.

En principio, Weinstein, de 72 años y enfermo de leucemia, diabetes y problemas cardíacos, tenía el 12 de noviembre como fecha para su juicio, en el que se le juzga por abusos sexuales. Pero después de que en septiembre una mujer le acusara, también, de abusar de ella en Manhattan en 2006 (de lo que él se declaró no culpable), el juez decidió retrasarla a 2025 y fijar esta vista de finales de enero para volver a ver al reo y decidir una fecha exacta.

Ahora, quien fuera magnate de los estudios de cine afirma que no se ve capaz de aguantar casi tres meses más, hasta el 15 de abril. “Estoy rogando al tribunal que mueva su fecha para que podamos proceder con este juicio tan rápido como se pueda y salir de este agujero infernal”, ha dicho, asegurando que “cada semana cuenta”.

“Le pido y le suplico, señoría, que mueva la fecha del juicio”, ha rogado el empresario a Faber, afirmando que el hecho de adelantarlo una semana, algunos días, ya es mucho. De hecho, en un gesto poco habitual para un preso, sea cual sea su origen y condición, ha cuestionado al juez acerca de su agenda, preguntándole los motivos por los que no se puede adelantar la vista de abril. Faber ha explicado que todo se ha retrasado a causa de la nueva acusación realizada en septiembre, pero que además tiene un juicio por asesinato en marzo, cuya fecha está “grabada en piedra”, inamovible, ha afirmado, pero él ha insistido: “Le ruego que cambie los casos y que lo haga por clemencia. No sé cuánto más podré aguantar”.

“Para mí es un misterio cómo, cada día que paso en Rikers Island, logro seguir caminando”, ha afirmado el acusado, que ha calificado su estancia en la prisión como “una situación medieval”. “No puedo más. Aguanto porque quiero justicia para mí mismo y quiero que esto acabe”. El magnate ha llegado a la vista sentado en una silla de ruedas más de media hora tarde, y alegó que los funcionarios le habían dado mal sus medicamentos el miércoles por la mañana. “Hay muchísima gente sufriendo en Rikers Island”, ha añadido.

Según la agencia AP, que estuvo presente en la vista, se asemejaba al todopoderoso magnate de antaño, que con alzar la voz hacía y deshacía a su antojo.

Harvey Weinstein, en su vista en la Corte Suprema de Nueva York el 29 de enero de 2025.
Harvey Weinstein, en su vista en la Corte Suprema de Nueva York el 29 de enero de 2025.TIMOTHY A. CLARY (via REUTERS)

El juez ha mostrado cierta flexibilidad y ha asegurado que “si los abogados informan de que pueden hacerlo antes”, se pondrá “a su disposición”.

Anteriormente, los letrados ya pidieron al juzgado que adelantara la fecha por “interés humano”, con el argumento de la delicada salud de su cliente. “Saben que el señor Weinstein se está muriendo de cáncer y que ahora mismo es un hombre inocente en el estado de Nueva York”, suplicó Arthur Aidala, el defensor, la semana pasada. “¿Puedo juzgar primero el caso de este hombre moribundo?”.

El equipo de Aidala también defiende a Steve Bannon, y el 4 de marzo tiene el juicio del exasesor de Donald Trump por fraude millonario en la construcción del muro entre Estados Unidos y México.

En el juicio programado el 15 de abril, el fundador de la productora Miramax será juzgado por tres acusaciones. Primero la de una asistente de producción de televisión y cine llamada Mimi Haleyi, que asegura que en el año 2006 él la obligó a practicar sexo oral en un hotel. Después, por la de una actriz llamada Jessica Mann que le acusa de violarla en 2013. Fue condenado por ambas en marzo de 2020: evitó la cadena perpetua, porque el jurado le exculpó de los cargos más graves, pero fue condenado a 23 años de prisión. Sin embargo, esa condena fue revocada a finales de abril de 2024, y ahora volverá a ser juzgado por ella, sumando una tercera: la acusación de septiembre de otra mujer.

En diciembre de 2022, Weinstein fue condenado en Los Ángeles por una violación y por dos cargos más de acoso sexual, lo que le mantiene en la cárcel, inicialmente por otros 16 años. En junio, sus abogados apelaron afirmando que no tuvo un juicio justo. Desde 2017, cuando se conocieron las primeras acusaciones y cuando se originó el movimiento MeToo, casi 100 mujeres han acusado a Harvey Weinstein de acoso y abuso sexual.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.
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