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La ley contra la violencia machista de la UE no incluirá el delito de violación

La negativa de varios Estados ha impedido que la normativa, que todavía tiene que ser ratificada por el Consejo y la Eurocámara, incluya una definición de la violación basada en el consentimiento

Silvia Ayuso
Concentración en Valencia, el pasado mes de noviembre, en solidaridad con una joven que sufrió un intento de violación.
Concentración en Valencia, el pasado mes de noviembre, en solidaridad con una joven que sufrió un intento de violación.Mònica Torres

Para ser la primera gran ley europea pactada que busca penalizar la violencia machista, las caras de las principales negociadoras por parte del Parlamento Europeo eran este martes de funeral. El motivo: pese a sus esfuerzos, la futura directiva europea no incluirá uno de los delitos más graves, la violación. La oposición férrea de varios Estados, no la mayoría pero sí suficientes para frenar un acuerdo, a incluir este delito, que tanto la Comisión como el Parlamento europeos querían basar en la noción de consentimiento, como ya hace España y otros países del entorno, ha impedido su entrada en una ley de todos modos calificada de fundamental en la protección de las mujeres en toda la UE ya que al menos criminaliza otras prácticas, como la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado o el ciberacoso.

“Pese a que es un asunto inconcluso, esta directiva es un pilar en la dirección adecuada”, se ha querido consolar una de las relatoras de la Eurocámara, la conservadora Frances Fitzgerald. Una de las características de la negociación de la directiva, que se realizó sobre todo bajo la presidencia de turno española el semestre pasado, ha sido el apoyo transversal a través de prácticamente todas las formaciones de la Eurocámara a la demanda sobre la inclusión del delito de violación, algo que finalmente ha sido imposible debido a que en el Consejo varios Estados impidieron que se llegara a una mayoría cualificada, entre ellos Hungría, pero también Francia y Alemania.

Para estos dos últimos no era tanto una cuestión ideológica, como lo era para Budapest, sino que alegaban que la UE no tiene competencias jurídicas en esta materia, que pertenece al derecho penal de cada país. Su argumento era que, al carecer de base jurídica —pese a las evaluaciones jurídicas favorables de la Comisión y la Eurocámara—, cualquier país que se oponga a la normativa podría acudir al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) y este podría acabar anulando toda la directiva. El pecado original, no obstante, está en los propios Estados, que previamente rechazaron la propuesta de la Eurocámara de convertir la violación en un eurodelito con definición común, lo que habría aclarado la situación jurídica.

“Una gran decepción”, han afirmado todas las eurodiputadas que han participado en las negociaciones, entre ellas las españolas María Eugenia Rodríguez Palop (Unidas Podemos) y Soraya Rodríguez (Ciudadanos). “No hemos logrado la inclusión de la violación como tipo penal porque algunos Estados miembros irresponsables han querido dejarla fuera”, ha lamentado Palop, que ha recordado que, en España, aunque se aprobó una ley de violencia de género en 2004, también hubo que esperar hasta 2022 para incorporar la violación en ausencia de consentimiento. “A caminar se aprende andando y hoy hemos dado un paso importante en favor de millones de mujeres en la UE. Esta directiva conlleva avances muy relevantes en la protección y apoyo a las víctimas de violencia machista. Dejamos a las niñas de hoy y mujeres de mañana la tarea de mejorarla y de lograr lo que nosotras hoy no hemos conseguido. Confío en que encuentren un mundo más feminista gracias también a nuestro esfuerzo”, ha afirmado en declaraciones a este diario.

El acuerdo, que todavía tiene que ser ratificado por las dos partes, significará, una vez entre la directiva en vigor, la criminalización de prácticas como la mutilación genital femenina, el matrimonio forzoso, el compartir de forma no consentida imágenes íntimas, el ciberacoso o la incitación online al odio o la violencia.

La nueva ley facilitará a las víctimas de los crímenes incluidos en ese texto el acceso a la justicia y también obliga a los Estados miembros a proporcionar un “nivel adecuado” de protección y apoyo a las mismas. Los Estados también deberán garantizar acceso a servicios de apoyo especializados como centros de crisis de violación que ofrezcan información y acceso a asesoría legal —en España, estos centros deberán estar abiertos para finales de este año, uno por provincia, según prevé la Ley de Libertad Sexual—. También deberán contar con un teléfono nacional de emergencia para víctimas de violencia machista que funcione las 24 horas del día los 7 días de la semana, además de promover campañas para prevenir la violencia machista.

“Es un mensaje claro en toda la UE de que nos tomamos en serio la violencia contra las mujeres”, ha subrayado Fitzgerald, que también ha destacado que, aunque la violación basada en el consentimiento no estará tipificada como delito, sí ha sido incluida al menos en el apartado dedicado a las políticas de prevención de violencia machista.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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