La primera ministra de Islandia se une a la huelga de mujeres contra la brecha salarial y la violencia machista
El país está considerado uno de los más progresistas del mundo en materia de igualdad
Islandia celebra este martes una nueva edición del denominado Día Libre de la Mujer, en el que este año se espera que miles de mujeres hagan huelga en protesta contra la brecha salarial de género y la violencia machista. La primera ministra islandesa, Katrín Jakobsdóttir, y varios miembros de su Gobierno se unirán a la protesta, que se prevé multitudinaria, entre ellas las ministras de Justicia, Gudrún Hafsteinsdóttir, y de Cultura, Lilja Alfredsdóttir.
Hafsteinsdóttir ha confirmado su participación mediante un comunicado escrito al portal de noticias mbl.is, mientras que Jakobsdóttir lo anunció el pasado viernes durante una entrevista con el mismo medio. Además, el Gobierno islandés pospondrá su reunión semanal de gabinete para atender al encuentro solidario en la colina de Arnarhól, junto al centro de Reikiavik, la capital del país. “No trabajaré este día, como espero que hagan también todas las mujeres aquí presentes”, declaró la primera ministra durante su entrevista.
La primera ministra ha justificado esta decisión por no haber alcanzado los objetivos de plena igualdad de género, algo “inaceptable en 2023″ y que es la prioridad de su Gobierno. De hecho, ha asegurado que esta brecha salarial se encuentra en aumento en todos los sectores del país.
Islandia está considerada como uno de los países más progresistas del mundo en materia de igualdad de género y ha encabezado el índice de menor brecha de género del Foro Económico Mundial durante 14 años consecutivos, según Reuters. Pero en algunas industrias y profesiones, las mujeres ganan al menos un 20% menos que los hombres islandeses, según Estadísticas de Islandia. Los datos de 2022 recogen que la brecha es actualmente del 90,8%.
La protesta islandesa recuerda a la ocurrida en España el 8 de marzo de 2018, cuando las mujeres españolas hicieron una huelga que supuso una movilización sin precedentes contra la desigualdad de género en todas sus vertientes (brecha salarial, discriminación o violencia sexual) y situaron a España a la vanguardia del feminismo mundial. Centenares de miles de personas inundaron las calles en 120 ciudades en las concentraciones de mediodía y las manifestaciones de la tarde, si bien la huelga de 24 horas tuvo escaso seguimiento pese a que fue secundada por rostros muy conocidos de los medios de comunicación que le dieron gran visibilidad y simbolismo. Los paros parciales de UGT y CC OO sí lograron un rotundo éxito y fueron seguidos por seis millones de trabajadores, según las centrales.
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