Madres de las menores afectadas por el caso de los desnudos de Almendralejo: “A mi hija le ha dicho uno que ha hecho cosas con su foto”
La localidad pacense permanece en estado de choque. “Lo primero es investigar y parece que ya lo tienen más o menos controlado”, dice el alcalde de la localidad, José María Ramírez (PSOE)
Míriam G. sale de la comisaría de Almendralejo (Badajoz). Saca el móvil del bolsillo. Lo mira. Lo vuelve a guardar. Acaba de poner su segunda denuncia en menos de cinco días por el caso de las menores que han sido víctimas de desnudos manipulados con una aplicación de inteligencia artificial. Con el rostro serio y acompañada de su marido, Manuel, se dirige a un grupo de 10 mujeres que le preguntan a viva voz bajo la sombra de un árbol:
―¿Qué tal ha ido, Míriam?
Míriam es la madre de una niña de 11 años que acude a sexto de primaria en uno de los nueve colegios de la ciudad. Es la víctima más joven de un caso que ha puesto patas arriba a este municipio pacense de 30.000 habitantes. Si Almendralejo siempre había salido en las noticias por su equipo de fútbol ―el ya extinguido Extremadura, que dejó huella en Primera a finales de los noventa―, desde hace 48 horas ha saltado a los telediarios, periódicos y radios nacionales por un escándalo sin precedentes en España. Es la primera vez que, al menos, 20 niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años, y de cuatro centros educativos diferentes, han sido víctimas de la inteligencia artificial. Sus fotos, las que subían a Instagram o compartían por WhatsApp, han sido capturadas y modificadas por completo a través de una aplicación que dice así en su web: “Desviste a cualquiera con nuestro servicio gratuito”.
Las menores, que salían vestidas en las imágenes que subían a sus redes, aparecen ahora con un desnudo integral. Las niñas y adolescentes se enteraron la semana pasada con el inicio del curso, durante el recreo y en clase. La Policía Judicial de la ciudad investiga el caso desde hace una semana. El lunes fueron identificados “varios” de los supuestos autores, según el delegado de Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza. Algunos de ellos van a la misma clase que las niñas. El caso ha sido puesto en manos de la Fiscalía de Menores. “Yo me enteré el sábado porque un compañero lo puso en el grupo de WhatsApp que tenemos del Ayuntamiento”, dice a EL PAÍS el alcalde de la localidad, José María Ramírez (PSOE). “Lo primero es investigar y parece que ya lo tienen más o menos controlado”.
Las madres que preguntan a Míriam por su estado tras la denuncia también tienen hijas de entre 12 y 17 años. Todas forman parte de un grupo de WhatsApp que, desde hace una semana, acumula a nuevos miembros casi a diario. Ya son 27. Se organizaron de inmediato. Algunas se conocían de vista y otras por sus hijas. Ahora tratan de buscar a un abogado que las ayude y las asesore con el caso.
Míriam, por ejemplo, se enteró el miércoles, mientras daba un paseo con su marido. Su hija la llamó por teléfono pasada la media tarde. Inmediatamente, fueron al parque donde se encontraba con una pandilla de amigas. “Esto es alucinante”, relata el padre. “Mi hija está en sexto de primaria, eh. Yo he visto la foto de mi hija desnuda. No se le ve mucho la cara, un cachito, nada más, ahí, con el espejo. Parece real. Porque yo conozco el cuerpo de mi hija, pero si no, ese cuerpo parece real”. Si la semana pasada acudieron a la comisaría para denunciar el caso, el lunes volvieron pasadas las seis de la tarde para poner otra más. “Mi hija me ha llamado al salir del entrenamiento de voleibol diciéndome que acababa de recibir un vídeo con las fotos de siete niñas”. Las imágenes se las ha enviado un amigo que conoce porque, supuestamente, se había enterado de lo que pasada en el colegio y ese vídeo ha comenzado a circular por un grupo de WhatsApp. Salvo una, todas las niñas que aparecen en el vídeo ya están identificadas por la policía.
A la conversación en la puerta de la comisaría de Almendralejo se une también María B., de 44 años, que se enteró al ir a buscar a su hija al centro educativo el pasado martes. “Mamá, ¿sabes una cosa? Hay una foto rulando por ahí con mi cara y el cuerpo desnudo”. María, estupefacta, inmediatamente preguntó: “¿Pero tú te has hecho alguna foto?”. La niña respondió: “No, mamá, no. Esto es una cosa que han hecho, que hay muchas niñas de mi clase porque también les han hecho lo mismo”. Las madres se pusieron en contacto inmediatamente. Entre ellas, Toni F, de 49 años, que tiene una hija de 13. “La mía tiene pruebas, pero no de ella. Yo la foto no la he querido ni ver. Se la pasó un amigo para prevenirla porque ella tiene una foto de dos amigas desnudas, que salen juntas. Mi hija le preguntó a un niño de su clase, al supuesto creador, si tenía fotos de ella”. El chico le dijo que sí.
Pasadas las ocho de la tarde, un agente de la Policía Nacional sale a hablar con el grupo de madres. “Buenas tardes, les digo que no sé si me dará tiempo a tomar más declaraciones, por si están esperando demasiado tiempo”. El policía asegura que ya cuenta con siete imágenes. Las siete pruebas del caso. “Hay una niña que, de momento, no está identificada”, dice. Otra madre responde: “¿Y si es mi hija?”. El agente contesta que se le mostrará la imagen cuando vaya a declarar, y sugiere que quizá ha podido verla en las fotos que tienen las niñas. Una madre interrumpe de inmediato:
—En el grupo de madres hemos decidido que no se comparte nada.
Y otra madre, que prefiere no decir su nombre, dice que a ella se lo contó su hija mientras compraban el material escolar para el instituto la semana pasada. “Mamá, me han hecho una foto desnuda y ahora me da vergüenza salir por si alguien ha visto esa foto”. También le contó que a su mejor amiga le había pasado lo mismo. La hija de Belén C., de 44 años, se enteró porque había un grupo de WhatsApp de niños en clase donde estaban esas imágenes. Las fotos donde aparece la menor habían sido robadas de su Instagram privado. “Yo he llegado a ver fotos de otras niñas, pero no las de mi hija”, dice. “Pero hay testigos de que la foto de mi hija está por ahí. Hoy mi hija me ha dicho que se han reído de ella en el colegio”. Una madre interrumpe: “A mi hija le ha dicho uno que, bueno, que ha hecho cosas con su foto”. Mientras tanto, Míriam, la madre que ya ha puesto dos denuncias, ha mostrado al resto un pantallazo con un supuesto comentario de un chaval que acude al centro educativo de su hija:
―No os quejéis, que luego subís fotos que casi se os ve el coño.
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