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Decenas de menores de Extremadura denuncian que circulan fotos de falsos desnudos suyos creadas por inteligencia artificial: “Me dio un vuelco el corazón”

La policía identifica a varios de los presuntos autores de los montajes fotográficos después de que varias familias de Almendralejo alertaran de que habían localizado imágenes en las que aparecían sus hijas adolescentes

Varias personas el lunes frente a la comisaría de Policía Nacional de Almendralejo, Badajoz.
Varias personas el lunes frente a la comisaría de Policía Nacional de Almendralejo, Badajoz.ROBERTO PALOMO
Manuel Viejo

Vuelta al cole. Primer día de clase. Isabel, de 14 años, acude el martes a su instituto de Almendralejo, un municipio de Badajoz de unos 30.000 vecinos, donde casi todos se conocen. Aquella mañana, tras entrar en el patio, un rumor corre de grupo en grupo. No se habla de otra cosa entre los alumnos. La mayoría comenta que hay fotos de alumnas desnudas rulando por los móviles. Isabel, que oculta su nombre real por expreso deseo de su madre, sale al recreo junto a sus amigas. Están en shock. De pronto, un chaval se acerca a ella en mitad del patio:

—He visto una foto tuya desnuda.

La joven se asusta. Al mediodía, regresa a casa. Lo primero que hace es informar a su madre. “Mamá, dicen que hay una foto mía desnuda rondando por ahí. Que lo han hecho a través de una aplicación de inteligencia artificial. Tengo miedo. También hay niñas que la han recibido”. Sara C., su madre, de 44 años, se pone inmediatamente en contacto con la madre de la mejor amiga de su hija, que también acababa de informar a su familia de lo sucedido. Tras la conversación, las madres comienzan a hacer llamadas. El caso acaba de estallar. Hay más de 20 niñas afectadas. Es entonces cuando una madre decide crear un grupo de WhatsApp para coordinarse mejor entre todas. Este lunes, según cuentan tres de ellas por teléfono, ya hay 27 en el chat. En Almendralejo existen cinco centros educativos que dan clase de secundaria. En al menos cuatro se han difundido imágenes de alumnas desnudas, modificadas por inteligencia artificial. Fuentes policiales de Extremadura informan de que les consta la denuncia de, al menos, siete en solo estos días. El caso está siendo investigado por la policía judicial de Almendralejo. De hecho, ya han identificado a “varios” de los presuntos autores de los montajes fotográficos, según el delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza. El caso ha sido puesto en manos de la Fiscalía de Menores.

Sara, la madre de Isabel, interpuso su denuncia el viernes. Al llegar a la comisaría del pueblo, se dio de bruces con otra madre, que justo salía por la puerta:

–Fátima, ¿tú también estás afectada?

—Sí.

Fátima G., de 30 años, tiene una hija de 12, que acude a segundo de ESO. Se enteró del caso el miércoles por la noche, a eso de las 22.00, cuando una madre de una amiga de su hija la llamó por teléfono:

—He visto una foto de tu hija desnuda. Es un montaje.

Fátima, en shock, sufrió después un ataque ansiedad. Más tarde, fue a buscar a su hija y mantuvo una conversación con ella. “¿Tú sabes algo de una foto desnuda?”. La niña no duda: responde que sí y le enseña a su madre una conversación reciente de Instagram con un chico. La conversación, según cuenta Fátima por teléfono a EL PAÍS, dice así:

—Hola.

—Hola.

—¿Me puedes dar algo de dinero?

—No.

Y el chico, inmediatamente, le manda una foto de ella desnuda. Su hija bloquea el contacto. Según relató un agente a la madre, la policía cree que detrás de esta cuenta se encuentra un perfil falso. Mientras tanto, el grupo de las madres de las menores afectadas continúa creciendo. Cada vez son más. Una de las últimas en incorporarse al grupo ha sido Míriam Al Adib, extremeña de 46 años, que trabaja como ginecóloga en el pueblo. Al Adib cuenta con un perfil en Instagram donde la siguen más de 120.000 personas. Allí, el domingo, transmitió un vídeo en directo para contar lo que acababa de pasar en su casa. El vídeo acumula ya más de 70.000 visitas. “Acabo de llegar de un viaje y esto es muy grave y tengo que compartirlo”, dice.

Al Adib, que tiene cuatro hijas de entre 12 y 17 años, cuenta por teléfono a este periódico que justo llegaba de un viaje de Barcelona. Regresaba tras impartir unas ponencias sobre salud sexual femenina.

Al terminar de comer, una de sus hijas, la de 14 años, se acercó a ella y le dijo:

— Mamá, mira lo que ha pasado. Es que esto se lo han hecho a muchas niñas.

La niña le enseñó la foto de ella misma desnuda. “Me dio un vuelco el corazón”, cuenta ahora por teléfono Al Adib. “Si yo no conozco el cuerpo mi hija, esta foto parece real”. La niña le dijo que la iba a llamar una madre de una amiga porque, al parecer, se están juntando más madres en un grupo de WhatsApp.

La madre de la amiga de su hija le cuenta por teléfono que hay un montón de afectadas. “Algunas madres saben que hay fotos de sus hijas desnudas, pero no las tienen”, cuenta. Al Adib le explica al resto que tiene una plataforma donde ella misma puede hacer un vídeo que relate qué ha sucedido para tratar de que les llegue a los chicos que envían estas fotos, que se haga eco. “Esto es un pueblo y lo sabemos, sabemos lo que pasa”. Entonces, Al Adib sube un vídeo de 10 minutos y cuenta lo que le ha pasado a su hija con un texto: “Esto, chicas, no va a quedar así. PARAD ESTO YA. Chicas, no tengáis miedo en denunciar semejantes actos, contadlo a vuestras madres. Madres afectadas, decidme para que estéis al tanto en el grupo que hemos creado”.

La reacción fue de apoyo masivo a todas las madres afectadas, con mensajes privados y públicos de que continúen y denuncien. “No está todo perdido en la sociedad”, cuenta Al Adib por teléfono. “La sensación de que las mujeres no nos callamos es un hecho. Ya no nos avergonzamos. Somos víctimas y ahora ya podemos hablar porque la sociedad nos apoya. Ese es el mensaje que les he dado a mis hijas, que se queden con ese mensaje”.

La investigación, según fuentes policiales, sigue abierta. La foto de una de las menores incluía una mosca en la imagen del desnudo integral. Esa mosca es el logo de la aplicación que supuestamente se ha utilizado para alterar las fotografías. “Desviste a cualquiera con nuestro servicio gratuito”, reza el mensaje de bienvenida de su página web.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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