El editor de la revista ‘Mongolia’ defiende que la portada satírica del belén no quería ofender sino hacer crítica social
Pere Rusiñol ha comparecido este miércoles ante el juzgado de instrucción número 12 de Barcelona, que investiga el caso a raíz de una denuncia de Manos Limpias
Pere Rusiñol, uno de los editores de la revista Mongolia, ha explicado este miércoles al juez que investiga si hay delito en una portada que satirizaba un belén en dicha publicación que “no pretendía ofender” sino hacer “crítica social de un ultracatolicismo que ataca a los derechos humanos”. Rusiñol ha comparecido este miércoles ante el juzgado de instrucción número 12 de Barcelona, que investiga, a raíz de una denuncia de Manos Limpias, si la portada de la revista satírica mensual Mongolia del pasado mes de diciembre constituye un delito de ofensa a los sentimientos religiosos.
En dicha portada se representaba un belén navideño, en el que en lugar del niño Jesús había una caca, representada por el icono que se utiliza habitualmente para simbolizarla en aplicaciones de mensajería, y acompañada del mensaje “Ha nacido el hijo de Dios. Es igual que su padre”. Por dicha portada, tanto Pere Rusiñol, en concepto de editor, como el coeditor de la publicación y autor de la portada, Darío Adanti, están investigados en la causa que tiene abierta el juzgado número 12 de Instrucción de Barcelona.
“Le he explicado al juez que con la portada no pretendíamos ofender sino hacer crítica social contra un ultracatolicismo que ataca derechos fundamentales y a colectivos como el LGTBI o los migrantes”, ha explicado Rusiñol a los periodistas a la salida del juzgado. La declaración de Rusiñol ha durado apenas 15 minutos y se ha basado, principalmente, en una explicación de la intencionalidad de la portada, que, según el editor, “no es otra que la de hacer crítica social y está protegida por la libertad de expresión”.
A la vista no ha acudido ningún abogado de Manos Limpias ni el representante de la Fiscalía, por lo que la bancada de la acusación ha quedado vacía. El editor ha declarado al término de la vista que cree que Manos Limpias no quería una condena a Mongolia sino solo obligarlos a tener que dedicar tiempo y dinero en contratar a un abogado y defenderse judicialmente para perjudicarles económicamente.
En ese sentido, Rusiñol ha recordado que en 2018 un juzgado ya condenó a Mongolia a pagar 40.000 euros al extorero José Ortega Cano por vulneración del derecho al honor en un cartel que hacía propaganda de la revista y en el que aparecía un extraterrestre con el rostro del matador.
También debía declarar este miércoles junto a Rusiñol el autor de la portada, Darío Adanti, pero la notificación judicial no le ha llegado a tiempo y finalmente no lo ha podido hacer. “Muchos cristianos nos elogiaron la portada porque consideraron que critica a aquellos que comparten su fe pero que son hipócritas y no viven el mensaje de Jesús, por lo que lo tratan como una caca”, ha añadido Rusiñol.
“Para mí, que soy ateo, representa una crítica a la idea de que si Dios es omnipotente, no entiendo cómo puede haber en el mundo tantas cosas malas como la guerra, el hambre, el fascismo, etc”, ha añadido. Cuando el juez le ha preguntado si la portada tenía intención de vejar los sentimientos religiosos de los que profesan el cristianismo, Rusiñol ha insistido en que ese no es su objetivo sino el de hacer crítica de una institución “que es regresiva en derechos”.
Rusiñol ha explicado finalmente que su defensa pedirá el archivo de la causa este mismo jueves porque consideran que con su declaración ya ha quedado acreditado que no hay ningún delito en la publicación de la portada.
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