Una misión especial del papa Francisco viaja a Perú para investigar las denuncias de abuso de la congregación Sodalicio
El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote español Jordi Bertomeu tendrán el encargo de determinar la culpabilidad del Sodalicio, una organización acusada de vejaciones sistemáticas de índole física, psicológica y sexual
El Vaticano ha enviado a Lima a dos de sus expertos más reconocidos en desenmarañar y combatir casos de abuso en el seno de la Iglesia católica. El arzobispo de Malta, Charles Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu han llegado este martes a Lima para comenzar su misión e investigar a la congregación Sodalicio de Vida Cristiana, fundada en 1971 por el laico consagrado Luis Fernando Figari. Después de casi una década, el caso continúa en fase de instrucción en la Fiscalía en medio de sospechas de impunidad. “Por fin pienso que el caso está en buenas manos”, afirmó días Pedro Salinas, periodista peruano que destapó el escándalo del caso Sodalicio. En 2015, junto a la periodista Paola Ugaz, publicó Mitad monjes, mitad soldados, un libro que expuso de manera sólida la manipulación sistemática que padecieron decenas de menores, en su mayoría colegiales, al interior de la congregación católica.
En este 2023, ambos miembros del Dicasterio para la Doctrina de la Fe realizaron visitas a Paraguay y Bolivia para escarbar en denuncias por pederastia y abuso sexual en contra de varios sacerdotes. Pero su trabajo cuenta con dos antecedentes emblemáticos: en 2005, Scicluna lideró las investigaciones al cura mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, quien abusó sexualmente de por lo menos 60 menores de edad, mientras que en el 2018 ambos indagaron sobre las vejaciones cometidas por el sacerdote chileno Fernando Karadima, que acabó siendo expulsado del sacerdocio por el papa Francisco.
“Sé que nuestra capacidad de hacer justicia real es muy limitada. Sé que nunca podremos reparar el mal cometido. Nunca jamás. Pero tenemos que intentarlo. Hemos de luchar por hacer de la Iglesia un espacio seguro para la infancia y la juventud. Un espacio sin ningún tipo de abusos”, afirmó Bertomeu, en 2021, en el libro Intrigas y poder en el Vaticano del periodista catalán Vicens Lozano, en unas de sus pocas declaraciones públicas. Scicluna, quien sí ha respondido más cuestionarios a lo largo de su trayectoria, se pronunció en una conversación con EL PAÍS en 2019 acerca de quienes intentan encubrir estos males. “Aunque sea un momento dramático para la Iglesia es por su bien. Cubrir o intentar olvidar a toda prisa no nos ayudará. Hemos visto que cuando la sociedad, la Iglesia y los medios se despiertan y llaman pan al pan y veneno al veneno, nos ayuda. Aunque nos humille, nos haga temblar y sentir una gran vergüenza. Es el momento de la verdad”.
Scicluna y Bertomeu sostendrán entrevistas con víctimas del Sodalicio, sus actuales líderes, periodistas que les han seguido el rastro y otros implicados en el caso más escandaloso de abuso sexual en Perú vinculado a un grupo religioso. Al concluir con sus pesquisas deberán elaborar un informe que le será entregado al papa Francisco. Este miércoles se reunirán con el monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana en la Nunciatura Apostólica, en Lima. “Me parece excelente que se investigue a profundidad este asunto, que se escuche a las personas involucradas. Estoy seguro que el informe será justo y objetivo para bien de todos”, ha saludado la visita Cabrejos.
El Sodalicio de Vida Cristiana, por su parte, ha emitido un comunicado donde aseguran que les otorgarán todas las facilidades a Scicluna y Bertomeu. “Todos los miembros del Sodalicio que han sido citados a dichas reuniones con los enviados del Santo Padre participarán y colaborarán en todos los requerimientos que sean solicitados”, señalaron. Luis Fernando Figari, su fundador, vive en un lugar de penitencia desde 2017, presumiblemente en Roma, por orden de la Santa Sede y está prohibido de tener contacto con el Sodalicio y prestar declaraciones. Sobre Figari pesa una solicitud de nueve meses de prisión preventiva que no ha podido consumarse. “La sanción a Figari no fue una sanción, sino un premio. Una burla para las víctimas”, afirmó el periodista Pedro Salinas a Radio Uno de Tacna. El número dos del Sodalicio, Germán Doig, falleció en 2001. Diez años después se canceló su proceso de beatificación tras conocerse que “llevaba una doble vida de inconductas sexuales”.
Otros antiguos miembros del Sodalicio tampoco han sido debidamente juzgados, como es el caso de Jeffery Daniels Valderrama, quien vive en los Estados Unidos. Álvaro Urbina, de los pocos denunciantes que ha dado el rostro y su nombre completo, lo acusa de haber abusado de él cuando tenía 14 años, en la década de los noventa. Su testimonio inspiró la obra teatral San Bartolo. No es la única pieza artística que ha sublimado el dolor: desde el 2017, Omar Rojas Rodríguez, un exaspirante a miembro, prepara un filme autobiográfico animado sobre el calvario que sufrió que se llamará Los Santos.
Como han revelado varias investigaciones periodísticas, el Sodalicio de Vida Cristiana ha consolidado un holding empresarial que incluye colegios, universidades, agroexportación, centros de salud, cementerios e incluso inmobiliarias. Sobre este último rubro, el periodista Daniel Yovera destapó nexos entre el Sodalicio y el tráfico de terrenos en Piura, una región ubicada en la costa norte de Perú. “Yo espero que el resultado termine siendo el cierre de esta organización por orden del Papa. Por primera vez siento que el Sodalicio está con miedo”, concluye Pedro Salinas que a fines de 2022 publicó Sin noticias de Dios, un libro voluminoso que incluye todas las aristas sobre el caso que, más pronto que tarde, estará en manos de la dupla Scicluna-Bertomeu.
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