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Padua da el primer paso para vetar que los hijos tengan dos madres en Italia

Las asociaciones LGBTI protestan contra la iniciativa de la Fiscalía para cancelar el registro de los menores, incluso con carácter retroactivo, después de una orden del Gobierno ultraderechista de Meloni

Una manifestante por los derechos del colectivo LGTBI, con un cartel en el que se lee "Somos gais, díselo a mamá, díselo al abogado", en Avellino (Italia) el día 10.
Una manifestante por los derechos del colectivo LGTBI, con un cartel en el que se lee "Somos gais, díselo a mamá, díselo al abogado", en Avellino (Italia) el día 10.Ivan Romano (Getty Images)

Más de 30 familias formadas por dos madres en la provincia de Padua acaban de recibir una notificación del juzgado en la que se les comunica que la Fiscalía ha solicitado que se modifiquen las partidas de nacimiento de sus hijos, algunos incluso mayores de cinco años, para que se elimine la referencia de la madre no biológica como segundo progenitor. El tribunal deberá decidir en noviembre si los niños pierden a efectos legales a uno de sus progenitores.

Las consecuencias serían que una de las madres perdería todos los derechos legales sobre sus hijos. Por ejemplo, en uno de los casos de una niña de seis años, que ya ha pasado por la escuela infantil con normalidad, si el tribunal decide acoger el recurso de la Fiscalía, una de las madres necesitará una autorización jurada para recogerla del colegio, no podrá firmar un permiso para que la niña vaya a una excursión escolar o un impreso para vacunarse y tampoco podrá viajar sola con ella, entre otros muchos efectos. Los niños perderían también el reconocimiento legal de sus hermanos, tíos, primos y abuelos por parte de dicha madre.

Se trata de hijos de parejas de dos madres, registrados desde 2017 hasta la fecha por el alcalde de la ciudad, Sergio Giordani, de la coalición de centroizquierda. Los bebés fueron reconocidos en su día en Italia como hijos de ambas madres tras ser concebidos en el extranjero con fecundación asistida heteróloga, la que se realiza con gametos masculinos procedentes de un donante. En el país transalpino, a diferencia de España y otros Estados europeos como Dinamarca, Austria o Francia, el acceso a esta técnica solo está permitido para las parejas heterosexuales casadas o que conviven, por lo que muchas parejas homosexuales o mujeres solteras que quieren tener hijos acuden a clínicas en el extranjero y luego solicitan que se reconozca su situación en Italia. Sin embargo, el trámite de la inscripción en el Registro Civil de estos hijos solo se lleva a cabo en algunos ayuntamientos italianos que aprovechan un limbo legislativo, puesto que la norma no menciona qué hacer con los niños nacidos en Italia con esta técnica practicada en el extranjero.

Giordani ha criticado la decisión de la Fiscalía y ha defendido los registros. “Es un acto de responsabilidad hacia los pequeños, no acepto que se piense que hay niños de primera y niños de segunda a los que se discrimina en sus derechos fundamentales”, ha dicho. Y ha denunciado la existencia de “un vacío legislativo muy grave sobre el que el Parlamento debería legislar y hasta ahora no lo ha hecho”. “Pido a las fuerzas políticas que pongan a un lado la batalla ideológica y piensen en los niños”, ha apuntado.

Italia nunca ha querido tener una norma que reconozca a los hijos de las familias formadas por dos personas del mismo sexo. Es un debate todavía tabú, ni siquiera la izquierda se atrevió a dar ese paso cuando aprobó la ley de uniones civiles en 2016. Las batallas de este tipo son complicadas en el país transalpino.

Pero algunas ciudades gobernadas por administraciones progresistas como Milán, Turín o la propia Padua abrieron sus registros para dar amparo a los progenitores homosexuales. Se trata de una medida fundamental para que uno de los dos padres o madres pueda hacer cosas tan básicas como viajar fuera de Italia con el menor, inscribirlo en la escuela, vacunarlo, dejarle toda la herencia o, simplemente, disponer de su custodia en caso de muerte de su pareja.

Las asociaciones LGTBI han protestado contra la iniciativa de la Fiscalía de Padua para cancelar el registro de los menores con dos madres, incluso con carácter retroactivo, y la atribuyen a la política del nuevo Gobierno de corte ultraderechista presidido por Giorgia Meloni.

Hace unos meses, el Ejecutivo ordenó a todos los delegados del Gobierno de las regiones que prohíban los registros de hijos de parejas homosexuales. En un primer momento, la medida estaba dirigida a detener las inscripciones de los niños nacidos en el extranjero por vientres de alquiler, una técnica ilegal en Italia, pero al poco tiempo, la orden comenzó a extenderse también a las parejas de mujeres que habían recurrido a la fecundación heteróloga en el extranjero, y se empezó a solicitar que se omitiera al progenitor no biológico en las partidas de nacimiento de los niños. “Nuestro modelo de familia prevé un padre y una madre”, afirmó la ministra de Igualdad, Familia y Natalidad, Eugenia Roccella. Aunque se aseguró que la norma no tendría carácter retroactivo, la Abogacía del Estado comenzó a presentar recursos para eliminar de las bases de datos a los niños inscritos, lo que los devuelve al limbo de un solo progenitor. Las asociaciones de defensa de los derechos civiles y LGTBI calculan que en Italia hay unas 150.000 familias en esa situación.

Los partidos de la oposición, en particular el progresista Partido Democrático (PD), han cargado contra la iniciativa de la fiscal, que han calificado de “cruel e inhumana”. La nueva líder del PD, Elly Schlein, ha dado su apoyo al alcalde de Padua. “No se entiende lo que esta derecha tiene en contra de los niños y por qué quiere privarlos de sus familias”, ha dicho.

Asistentes a la marcha del Orgullo de Roma, el día 10.
Asistentes a la marcha del Orgullo de Roma, el día 10.Cecilia Fabiano (AP / LAPRESSE)

“Hipocresía en estado puro”

La asociación Famiglie Arcobaleno ha denunciado que la solicitud de anulación “priva de un progenitor legal a los menores” y lo ha tachado de “hecho vergonzoso e indigno para un país cívico”. “Hipocresía en estado puro de un Gobierno que desde que ha llegado actúa de forma sistemática para cancelar los derechos de nuestros hijos. Lucharemos junto a estos padres”, ha avanzado la presidenta de la asociación, Alessia Crocini, que ha hablado de una “furia ideológica sin precedentes”. Iryna Shaparava, la responsable de la asociación en la región de Véneto, donde se encuentra Padua, apoya la misma línea: “Estamos sufriendo un ataque político. La Fiscalía siempre ha tenido las partidas de nacimiento en la mano, ¿por qué sucede esto ahora?”, ha clamado.

Aunque por el momento la primera ministra, Giorgia Meloni —que durante la campaña electoral arremetió contra las adopciones de las parejas homosexuales—, no se ha pronunciado sobre el caso de Padua, algunos representantes de su partido sí han defendido abiertamente la medida. “Desde que el mundo es mundo, la madre es solo una y el padre debe de estar en alguna parte de la Tierra, querer sustituir a la naturaleza y a Dios es un delirio de omnipotencia”, ha dicho Elena Donazzan, asesora de Educación de la región de Véneto.

En los últimos meses, en varias ciudades italianas ya se han dado casos en los que un tribunal ha anulado el reconocimiento de los hijos de parejas homoparentales. En estos supuestos, el progenitor no biológico solo tiene la opción de que se le reconozca el parentesco recurriendo a la adopción del hijo de la pareja, que es un proceso largo y costoso, reconocido solo para casos particulares.

La ministra de Familia ha defendido recientemente esta vía, que para las familias ya constituidas implica que una de las madres pierda la patria potestad para recuperarla más tarde por adopción. “En Italia solo hay dos maneras de convertirse en progenitores: por parentesco biológico o por adopción”, ha dicho Eugenia Roccella en una entrevista con Il Corriere della Sera. Y ha defendido la anulación de la partida de nacimiento: “Sin duda es un inconveniente y una aflicción para el adulto, pero no creo que los niños noten el cambio, que probablemente solo durará unos meses. Y mientras tanto, nadie excluirá a la persona que conocieron como progenitor de acompañarlos al colegio y de las actividades normales del niño”, ha comentado Roccella.

El eco del caso de Padua ha llegado a Europa. Según el diario La Repubblica, un portavoz de la Comisión Europea, Christian Wigand, preguntado por la situación, ha señalado que “si un progenitor es reconocido como tal en un Estado miembro, los demás Estados miembros deben reconocer esa paternidad y la decisión debe respetarse”.

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