La ‘tiktoker’ que no miró la letra pequeña de su seguro médico: “Me pedían 9.000 euros por una cesárea y acabé en la sanidad pública”
El caso de Laura Garat, que supo pocos días antes de salir de cuentas que su póliza no incluía el servicio, ilustra la complejidad de los contratos de las aseguradoras
La historia de Laura Garat es la de tantas personas con seguro médico. Embarazada de 41 semanas, el pasado viernes le llamaron desde la clínica que ha seguido su gestación: “Vemos que tu póliza no cubre el parto”. Y tenían razón. Garat, con casi 420.000 seguidores en TikTok, se encontró con un bebé a punto de salir y un hospital que le pedía casi 7.000 euros por un parto vaginal y 9.000 por una cesárea. Entró en pánico y se dio de bruces con una realidad invisible: la sanidad se paga. “No me imaginaba el precio de un parto, nunca me lo planteé”, admite a EL PAÍS.
Sus seguidores le recomendaron alternativas y finalmente acabó en el hospital pediátrico Sant Joan de Déu de Barcelona, donde, dice, se le abrió el cielo. “Estuve horas leyendo los mensajes de la gente y acertaron de pleno con el hospital porque me sentí súper cómoda”. El centro público aceleró la creación de su tarjeta sanitaria catalana —”llegué hace un año de Madrid y no la tenía”, explica— y programó el seguimiento de su embarazo. Sale de cuentas este miércoles por la noche con un parto inducido. “Ahora veo que cuando las cosas se complican, acabamos en la sanidad pública”, agradece.
Su historia tiene final feliz, pero otros casos similares acaban en conflicto judicial. “Los litigios han aumentado con el crecimiento de los seguros médicos”, alerta Ester Pérez, abogada del Col·lectiu Ronda, cooperativa de abogados laboralistas. Según datos del Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat, el número de catalanes con seguro médico ha pasado del 20,7% al 40% entre 2011 y 2022. El bufete recibe cada año más de 300 casos vinculados a conflictos con los seguros médicos y la cifra va subiendo. Las quejas más comunes, determina Pérez, son las condiciones de las carencias (el periodo entre el alta de la póliza y la posibilidad de solicitar los servicios sanitarios), las discriminaciones en salud mental y el cambio de las condiciones a la gente mayor “hasta el punto de que te pueden dar de baja”.
¿Por qué se dan los desacuerdos entre aseguradora y asegurado? “La gente no mira la letra pequeña”, responde Diego Callejón, presidente de la Comisión de Responsabilidad Civil y Seguros del Colegio de la Abogacía de Barcelona. “Para las aseguradoras, cuantas más garantías [los servicios] contratadas mejor, porque sube la prima [el coste mensual]”. El negocio, entiende, llega de vender muchos servicios y no de evitar pagar sus costes. “Sus estadísticas dicen que aquello que contratamos no lo vamos a necesitar”, expone.
Para Pérez, las campañas comerciales son cada vez más agresivas y se ajustan poco a lo que necesitan realmente los usuarios. “Detectamos, por ejemplo, que algunos seguros de reembolso generan confusión”. Este modelo lleva al usuario a pagar por su cuenta unos servicios y recibir posteriormente un reembolso de la empresa aseguradora. “Nos dicen que nos devuelven el 80% o el 90% del coste”, ejemplifica la abogada, “pero después de que te hayas intervenido de un tumor, que puede costar 30.000 euros, te dicen que esta operación no estaba incluida porque corresponde a otra categoría”. “Esto ocurre, y se desnaturaliza el contrato de seguridad con el paciente”, denuncia.
Parte del sector reclama “autorresponsabilidad” antes de firmar cualquier póliza para evitar sorpresas incómodas. Carme Sabater, presidenta de la Coordinadora de Usuarios de la Sanidad, Salud, Consumo y Alimentación, asociación de consumidores, aconseja tres pasos antes de tomar cualquier decisión: hacer un estudio de entidades, tener por escrito las coberturas y ver las carencias. “Una persona joven no piensa si le cubren la estancia en la UCI, y es necesario hacerlo”, avisa. La cobertura médica media, indica, tiene que ofrecer “un médico de referencia, garantizar un ingreso hospitalario de hasta ocho días y tener habilitado la estancia en la UCI en función de la gravedad”, aunque recuerda que todo depende de la necesidad del paciente. El Colegio Oficial de Médicos de Barcelona añade en una publicación propia la importancia de saber qué prótesis están incluidas, el tipo de cuadro médico y el incremento de las primas.
Garat admite que el fallo fue suyo. “Siempre he tenido mutua, y hace cuatro años contraté una nueva póliza, pero no miré la letra pequeña”. Su caso ha sacado a la luz otras realidades. “Me han escrito cientos de mujeres, y alguna de ellas me explicó que acabó pagando casi 10.000 euros por un parto”.
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