Sanidad adelantará el plan de alertas por altas temperaturas al 15 de mayo
El objetivo es “reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura”
En un escenario de cada vez más calor en fechas más tempranas, el Ministerio de Sanidad activará 15 días antes de lo habitual el Plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud. Este jueves, en la Comisión de Salud Pública, propondrá adelantarlo al 15 de mayo, según confirman fuentes del departamento a EL PAÍS.
El plan, que se activa cada año el 1 de junio hasta el 15 de septiembre, determina, entre otras cosas, los umbrales de temperaturas máximas y mínimas en cada provincia y zonas isotérmicas (cada provincia tiene varias en función de sus características climáticas), que determinan las alertas de riesgo por calor para la salud. También están en revisión estos umbrales para tener en cuenta las temperaturas de los últimos años.
El plan ya iniciaba rutinariamente un seguimiento 15 días antes y lo termina un mes después de las fechas de vigencia, pero ahora el objetivo es que oficialmente esté en marcha desde el 15 de mayo, algo que previsiblemente ratificarán los directores de salud pública de las comunidades este jueves.
El objetivo del plan es “reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura”. Para ello, establece el desarrollo del Sistema de Información Ambiental (que incluye la predicción de las temperaturas), información a la población sobre los efectos del calor excesivo y sobre medidas de protección y prevención, desarrollo del Sistema de Información sobre Mortalidad, información a los profesionales sanitarios y de los servicios sociales, coordinación para la identificación de los grupos de riesgo y coordinación con las administraciones y entidades competentes.
Para implementarlo, la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) proporciona a las autoridades sanitarias las temperaturas máximas y mínimas esperadas para cada día y las predicciones para los cuatro siguientes. A partir de ahí, y con los umbrales establecidos, se valoran los niveles de riesgo a partir de los cuales comunicar con la comunidad autónoma afectada para poner en marcha conjuntamente las medidas previstas en el nivel correspondiente.
El sistema se basa en el llamado índice Kairós, que estima la probabilidad que existe de exceso de mortalidad. El nivel 1 se sitúa cuando la probabilidad de exceso es inferior al 40%, por lo que no hay avisos. En 2, la probabilidad del exceso está entre el 40% y el 60%, y se considera un nivel medio. El tercer escalón se establece cuando se estima una probabilidad de más del 60%, y es un nivel alto. Para cada uno de estos niveles existen unas acciones indicadas en el plan, que tienen que ver sobre todo con la información a los servicios sanitarios y a la población general.
“El criterio para establecer los umbrales de referencia se basa en las temperaturas de disparo de la mortalidad máximas en base a las temperaturas máximas y mínimas para cada una de las 52 capitales de provincia españolas y para aquellas zonas isotérmicas que estén disponibles”, establecía el plan del año pasado.
Efectos del calor en la salud
El calor produce una serie de efectos, sobre todo en las personas más vulnerables (niños y, especialmente, ancianos) que pueden conducir incluso a la muerte. Puede alterar las funciones vitales cuando el organismo es incapaz de compensar las variaciones de temperatura corporal y producir pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento del organismo.
Los golpes de calor son el efecto agudo e inmediato de unas temperaturas extremas. Pero es una situación muy extraordinaria. Lo que se cobra miles de muertes durante los veranos más cálidos es la descompensación tras episodios persistentes de calor en personas con un estado de salud precaria.
Sanidad mide este “exceso” de fallecimientos a través del sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas del Instituto de Salud Carlos III (MoMo). El verano pasado registró unos excesos extraordinarios, de más de 21.000 decesos. El sistema, sin embargo, solo achacó al calor unas 6.000. Los propios responsables de esta estadística explicaron a este periódico que era un cálculo que probablemente se había quedado corto y que sería necesario actualizar el algoritmo. Otros estudios elevaron la cifra de fallecimientos por el calor a 12.000.
Tanto el MoMo como el Plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud se pusieron por primera vez en marcha en 2004, tras un verano (el de 2003) de temperaturas extremas. Liderado por Sanidad, establece una comisión interministerial para su coordinación, en el que también están implicados Interior, Transición Ecológica, Justicia y las consejerías de Sanidad y Servicios Sociales de las comunidades autónomas.
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