Las claves del episodio de calor extremo que comienza a gestarse hoy y que llevará los termómetros a 39° a finales de abril

Tras un fin de semana con temperaturas normales, algo raro en lo que va de primavera, este domingo comenzará una nueva escalada progresiva y generalizada en los termómetros que se mantendrá al menos hasta el jueves. Pero esta vez se trata de un calor “muy extremo y muy anómalo” para estas fechas, tanto que “podríamos estar ante uno de los periodos cálidos más intensos, si no el que más, de los registrados en abril desde que hay datos”, es decir, desde 1961, advierte Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Estas son las claves de un episodio que se prolongará hasta el fin de semana y que teletransportará a España de un tiempo de finales de abril a uno de julio, con máximas que pueden rondar los 38°/39° y mínimas por encima de 20°:

¿Cuánto va a durar y cuál será el pico?

Este domingo empezarán a subir las temperaturas y en algunos puntos del interior de Murcia y de Valencia y el valle del Guadalquivir ya se superarán los 30°. El lunes, continuará el ascenso y los 25° se instalarán en amplias zonas del centro, sur y este de la Península, mientras que se superarán los 30° en el Guadiana y los 32° en el Guadalquivir. El martes se llegará a 30° en el Tajo y el Guadiana y en el interior de Cataluña y a 32° en el Guadalquivir e interior de Murcia. El miércoles, nuevo repunte, sobre todo en el norte. Podrán superarse los 30° en el Ebro, en puntos del sur de Galicia y en todo el centro y sur y los 34° o 35° en el Guadiana y el Guadalquivir.

El jueves será el peor día, con los 30° muy generalizados: entre 30° y 32° en el sur de Galicia, 30° en el centro de Castilla y León, 32° en el Ebro y 30° en el interior de las comunidades cantábricas. Madrid podría superar los 32° y se esperan más de 34° en Extremadura, oeste de Castilla-La Mancha y buena parte de Andalucía. Incluso en Andújar (Jaén), la provincia de Córdoba y buena parte de la de Sevilla se llegará a entre 36° y 38°.

Es posible que la situación continúe hasta el viernes, cuando comenzarán las noches tropicales ―en las que los termómetros no bajan de 20°― en Castilla-La Mancha y Andalucía oriental. Pero ese día “parece que habrá una bajada notable por el Cantábrico, que también afectaría al oeste de Castilla y León y de Extremadura”, aunque las temperaturas todavía subirían más por el este, con más de 35° en buena parte de Andalucía, Murcia e interior de la Comunidad Valenciana. El fin de semana “bajarían algo, pero continuaría este episodio muy cálido”, según Del Campo.

¿Cuánto por encima de lo normal estarán las temperaturas?

La anomalía respecto a los valores propios de abril será brutal. La temperatura media entre las máximas y las mínimas estará entre 6° y 10° por encima de lo normal en la mayor parte de España, valores de la segunda quincena de junio. El lunes, las máximas serán entre 5° y 10° más altas de lo normal en casi toda España y de más de 10° en algunas zonas.

El martes, una lengua de fuego de entre 10° y 15° de más se extenderá por Andalucía, Murcia, Albacete, Alicante y Valencia; el miércoles se ampliará a Extremadura, Castilla-La Mancha y zonas de Castilla y León, Navarra, País Vasco y Aragón; y el jueves abarcará casi todo el país, salvo las costas. Incluso habrá puntos de Andalucía, Albacete y País Vasco donde los termómetros marcarán de 15° a 20° de más. Las mínimas también estarán altas, aunque menos, entre 3° y 5° por encima los primeros días, anomalía que aumentará a partir del jueves.

¿Se salvará alguna zona?

Apenas ninguna, es un episodio muy generalizado. “Al principio, a orillas del Mediterráneo y del Cantábrico, pero en la misma costa, las temperaturas serán más propias para la época por efecto de las brisas”, matiza Del Campo. En Baleares también hará calor, con 25° en el interior de Mallorca los primeros días y 30° el jueves y el viernes. En Canarias las temperaturas estarán “algo más altas de lo normal”, pero nada comparable a las anomalías de la Península y Baleares.

¿Es una ola de calor?

No lo es en sentido estricto, ya que, por definición, solo ocurren en verano. Aemet establece tres umbrales de duración, intensidad y extensión: se tienen que registrar “temperaturas por encima del percentil del 95% de las máximas de julio y agosto, afectar al 10% de las estaciones y durar al menos tres días”.

Para que se tratara de una ola de calor, deberían alcanzarse las temperaturas más extremas de la canícula, del 15 del julio al 15 de agosto. Sin embargo, los valores son extremadamente altos para ser abril y los criterios de extensión y duración sí se cumplen. Para Aemet, es un “episodio muy cálido, muy intenso y muy inusual para abril”.

¿Cuáles son las causas directas?

Confluyen varios factores que se retroalimentan y que ayudan a que se disparen las temperaturas. A partir del domingo se impondrán las altas presiones provocadas por una dorsal anticiclónica ―estructura en capas medias de la atmósfera que genera movimientos descendentes del aire―, lo que dará lugar a un tiempo estable. Además, al aproximarse la dorsal, arrastrará a la Península a una masa de aire muy cálida subtropical que, por los movimientos descendentes de esta, calentará aún más a dicha masa ―fenómeno llamado subsidencia―. La subsidencia impide además la formación de nubes, por lo que el sol brillará con fuerza. Al no haber viento, la superficie se calienta mucho y añade más calor a las capas más bajas de la atmósfera.

¿Y las de fondo?

“Este episodio de temperaturas de verano en abril no se puede explicar sin el cambio climático antropogénico, porque no es algo puntual, sino que abrumadoramente vemos cómo en las últimas décadas los episodios cálidos dominan sobre los fríos y cada vez llegan antes, son más frecuentes, duran más tiempo y son más intensos”, subraya Del Campo. Este episodio cálido es el segundo de esta primavera tras el de mediados de marzo.

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), no se necesitan ya estudios de atribución en estos casos, porque es indiscutible que, al haber más calor en la atmósfera, sube tanto el calor medio como el extremo. “Las temperaturas antes consideradas extremas, ahora son poco frecuentes, y las que antes eran prácticamente imposibles son la nueva definición de extremas”, explica la OMM. Pero el cambio climático no solo provoca el calentamiento de la atmósfera, sino que, “y esto aún es objeto de estudio”, parece que también “está modificando los patrones y corrientes atmosféricos”, lo que “es posible que esté ayudando a que los países del sur de Europa experimenten un calentamiento más intenso, que se acelerará en el futuro”.

¿Ha sucedido antes?

Hay algunos precedentes, como abril de 2011, cuando se llegó a 37,4° en Murcia, y el de 1997, cuando Sevilla registró 35,4°. Las previsiones apuntan a que se superarán estas cotas pero, hasta que no concluya el episodio, no se sabrá si es o no el peor de la historia. Es muy posible que se batan muchos récords mensuales y el climatólogo Maximiliano Herrera, de la cuenta de Twitter Extreme Temperatures Around The World, apunta a Sevilla, Córdoba, Granada, Madrid y Toledo. La temperatura más alta medida en la capital en abril es de 30,1°, un valor de primeros de julio, y ahora se esperan hasta 32°. El récord de Córdoba es de 34° y podría batirse por más de cuatro grados. De cumplirse los pronósticos, “sería algo nunca visto en nuestra historia moderna”, sentencia el investigador de Aemet Juan Jesús González Alemán.

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