Comienza el episodio de calor extremo que puede dejar los primeros 40° en abril

Las previsiones que venían anunciado la llegada del calor extremo se mantienen este lunes con ligeros cambios en cuanto a la duración o el pico, pero la intensidad no se ha rebajado, incluso la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que hasta ahora hablaba de máximas de 36°/38°, apunta ya a la cota de los 40°. Alcanzar semejante temperatura sería “algo absolutamente extraordinario en abril”, certifica Rubén del Campo, portavoz de Aemet. En la Península, nunca había hecho este mes más de 38,6°, medidos en Elche en 2011, una décima menos en Murcia en 2019. Así, “estamos probablemente ante el periodo más cálido registrado en abril desde que hay datos” unificados y fiables, 1961. Durará al menos hasta el sábado y los días más duros serán el jueves y el viernes. Día a día irán subiendo las temperaturas hasta que el jueves casi todo el país se encuentre 15° por encima de los valores normales. El viernes aún será peor, ya que casi todo Jaén, parte de Granada, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Almería, Murcia y Albacete tendrán más de 15° de más.

Los récords de una amplia lista de observatorios se pueden batir hasta por más de 5°, algo totalmente insólito, ya que lo habitual es que se superen apenas por unas décimas. Al margen de estos récords individuales, la agencia espera que del 25 al 30 de abril, ambos incluidos, sean días de récord cálido en su conjunto, es decir, ser las jornadas más cálidas para esas fechas comparados con los mismos días desde al menos 1950. España ya acumula cinco días de récord cálido en lo que va de año ―18 de febrero y 12, 13, 16 y 29 de marzo―, cuenta a la que se pueden sumar cinco de golpe. “El promedio esperable en un año en un clima no modificado es de cinco récords de días cálidos y cinco de fríos. Este año hemos cubierto el cupo de cálidos en un solo en un trimestre y no ha habido ningún día frío y ahora vamos a duplicar el número”, contextualiza el portavoz de Aemet.

Las causas directas del episodio, detrás del que se encuentra sin ninguna duda el calentamiento global, son la suma de las altas presiones y la entrada progresiva en la Península y Baleares de una masa de aire muy cálido y seco, de origen africano. “Esta masa cálida, junto con las condiciones de estabilidad atmosférica y fuerte insolación, provocarán un progresivo y marcado ascenso de las temperaturas, con valores propios de verano”, explica Aemet, que apunta que se trata de la masa más cálida a 1.500 metros sobre la Península en estas fechas en al menos 43 años.

Del calor solo se librarán la costa atlántica de Galicia y la del Cantábrico, aunque en el interior de estas comunidades se podrán superar los 25°, igual que en el litoral catalán y del norte de la Comunidad Valenciana. Las mínimas también serán altas y, desde el jueves, se registrarán noches tropicales ―por encima de 20°― en el sur de la Península y el área mediterránea, en ciudades como Almería, Alicante, Jaén o Málaga. Canarias se mantiene al margen del calor extremo, aunque las temperaturas también estarán altas en el archipiélago.

El episodio empezó a despuntar el domingo, cuando volvieron a subir las temperaturas tras una breve tregua el sábado, día en el que estaban, cosa rara en lo que va de primavera, en sus valores normales. Este lunes ha continuado el ascenso y se esperaba que se superaran los 32° en el valle del Guadalquivir, con los cielos prácticamente despejados en todo el país y apenas lluvias, salvo en puntos de Galicia. A las 16.30, ya se había llegado a 33,1° en Sevilla.

El martes seguirán las altas presiones y llegará más munición en forma de aire cálido, lo que provocará un nuevo incremento de las temperaturas tanto nocturnas como diurnas, especialmente en el sureste, donde podrán sumar 6°/8° y superarse los 28° en amplias zonas del territorio e incluso 34° en el Guadalquivir y puntos de Murcia y de la Comunidad Valenciana. Tan solo podrán ver algo de agua en el extremo norte de Península y alguna tormenta en Cataluña. Desde este día, los termómetros estarán entre 5° y 10° por encima de lo normal en la mayor parte de la Península.

El miércoles se producirá una nueva subida, excepto a orillas del Mediterráneo, donde descenderán ligeramente a causa de las brisas. Pasarán de 32° en el valle del Ebro, interior de la Comunidad Valenciana, puntos de Castilla-La Mancha, sur de Extremadura y amplias zonas de Andalucía. En el Guadalquivir, más de 35° e incluso Córdoba o Sevilla rondarán los 37°, por lo que podrían superar sus récords de abril, de 34° y 35,4°. También se batirá previsiblemente el de Andújar (Jaén) que, según cuenta el colaborador de Aemet en la localidad, Antonio Lomas, está en 36°. “Esto da una idea de lo extraordinario del episodio, ya que se pueden batir ampliamente”, subraya el portavoz de Aemet.

El pico se producirá entre el jueves y el viernes, con más de 30° en muchas zonas de la Península y de Baleares. Por ejemplo, en Madrid se rondarán los 31°/32°, cuando nuca se habían visto más de 30,1°. El viernes alcanzarán 34° o 35° en el Ebro y en la mitad sur. En Zaragoza, cuya marca máxima son 32,4°, podrían superarse los 35°. En el Guadalquivir ―Córdoba, Sevilla y la parte más occidental de Jaén― es “bastante probable” que se registren 38° “y no es descartable que se pueda llegar a 40°”, señala Del Campo, para matizar que, más allá del simbolismo de la cifra, superar los 38° a estas alturas del año ya es “algo absolutamente insólito, muy destacado”.

En todo caso, puede que finalmente no se llegue a dicho umbral, ya que a partir del jueves hay incertidumbre en el pronóstico y es posible que aumente la nubosidad ese día y el siguiente, lo que impediría que se dispararan tanto las temperaturas. El sábado comenzará a remitir el episodio gracias a la entrada de una masa de aire atlántico, algo más fresca, pero será una nueva jornada “extremadamente calurosa” en el este, en todo el sur peninsular y en Baleares, con más de 35°. El domingo, al fin, llegará una bajada generalizada en los termómetros que pondrá fin a este episodio. Sin embargo, todavía podrían repuntar los termómetros en el Mediterráneo.

Menos de 10 litros por metro cuadrado

Las esperadas lluvias del fin de semana, aunque repartidas, quedaron en general en poca cosa. El viernes y, sobre todo, el sábado, se registraron precipitaciones en amplias zonas, las más abundantes en el oeste de Galicia, donde llegaron a acumularse localmente 100 litros por metro cuadrado. En el resto, fueron más escasas, con acumulados superiores de 15 a 20 litros solo en puntos de los Pirineos y menos de 10 litros en el resto de zonas. No llegaron al suroeste peninsular, Cataluña ni Baleares.

"Para los próximos días se espera tiempo seco, con las precipitaciones acotadas al extremo norte, aunque no es descartable que el próximo fin de semana pueda llover en algunas otras zonas del norte, pero en ningún caso serán cantidades abundantes", avanza Del Campo. La situación de sequía se agravará, ya que se sumará otra semana sin agua y las altas temperaturas evaporarán algo de la embalsada. 

Con este panorama de calor y falta de humedad, Aemet advierte de que el riesgo de incendios será muy alto en el este de la Península hasta el miércoles y, a partir del jueves, el riesgo será muy alto o extremo y en amplias zonas de la Península. También hay que tener mucha precaución en la exposición al sol, ya que el índice de radiación ultravioleta presenta ya valores muy altos.

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